El trono no está en juego, el tablero se reinicia y Daren Volkov deberá enfrentarse al pasado del qué tanto a querido desertar ya que el tiempo es la aflicción de la tormenta que inrumpe en su alma.
La reina que arde bajo las llamas de la venganza e...
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El que nunca ha sido herido se ríe de las cicatrices. —William Shakespeare—
Indicios Lilieth
Los nervios que persisten en mi cuerpo desde que Daren me mandó a llamar es una locura, el pecho me duele, junto con un calor que me embarga por la mirada penetrante que no deja de detallarme. Las sensaciones que me transmite con el peso de su mirada me recuerda porque pese a los años, las heridas y los desplantes, mis emociones florecen en medio de la llaga caliente que quema el fruto de lo que se consideraría prohibido.
—Deben partir esta misma noche —aconseja mi padre, y Daren dirige su mirada al hombre que me crío sin dejar el puro de lado.
No me concentro como me gustaría, con el hombre que me distrae y me recuerda porque caí en lo prohibido e indebido. Su mandíbula marcada que se tensiona cada vez que le da caladas a su puro: remarcada por la barba ligera que adorna su rostro, me hace tragar grueso por el deseo que despierta enfundado en ese traje negro que le remarca los músculos de los brazos, y le resalta la mirada que me hace suspirar sin poder evitarlo.
—¿Lo tienes claro? —indaga mi padre a mi dirección, sacándome de mi ensoñación con el hombre que me dedica una mirada divertida al verme pérdida, «qué demonios me pasa», dejo de verlo y niego avergonzada, mi padre suspira —Deben demostrarle a Isabella que pese a la distancia saben comportarse como un matrimonio estable, está mujer pese a vivir rodeada de criminales piensa que él cenó de la familia es lo más importante para la vitalidad de la descendencia.
Un nudo se forma en mi pecho, y asiento sin cuestionar nada al respecto, escucho detalladamente que lo relevante aquí es la mayor de los Ferreti, ella es la que lidera al resto y por ende tiene el poder en sus manos, aunque sus primos no son la excepción, son letales y mantiene en lo alto el apellido Ferreti como un día lo hizo su tatarabuela y bisabuela quien gracias ellas están donde están ahora.
—Tendrá una reunión mañana en la noche, donde quiere renegociar con ustedes.
—Bien, al parecer hay un viaje que planear —suspira Darkó, y Daren no hace ningún comentario al respecto.
Está concentrado en sus pensamientos y lo entiendo, ya que una enemistad con la mafia italiana no nos conviene por muchas razones, los griegos junto con los árabes ya es suficiente problema cómo para añadirle otro. Darkó habla con mi padre de no sé qué, y la ansiedad no me abandona al conocer que podre obtener a York Iluishin más pronto de lo que hubiese pensado.
—Mi Korol —entra Mark, saludando a todos con una inclinación de cabeza para concentrarse en Daren.
—Encárgate de todo lo necesario —ordena, concentrándose en Darkó y en mi padre —. Pueden retirarse —concede y Darkó niega, puesto que estos más haya de ser aliados, son amigos desde la infancia junto con Nadir.
