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Llegué tarde al entrenamiento y al ir entrando me detuve por la voz de Lawrens.
-Si quieres ser algo más que un nerd con una cicatriz en el labio debes cambiar el guión, hazte un tatuaje en la cara o sacate un ojo.
-¿Qué carajos Jonny?.
Dije en cuanto ví a Eli salir.
Corrí detrás de él para detenerlo, cuando lo alcanze volteó a verme molesto y herido.
-Eli yo-
-¡Cállate Corina! Estoy harto. De todos, pero especialmente de tí. Solo vienes a mi cuando estas en problemas o cuando quieres un favor.
-Eso no es cierto Eli. Tu eres mi mejor amigo.
-Lo único que te interesa eres tú. Siempre te quejas de tu padre y terminas siendo igual que el.
-¿Qué?
-Eres la persona más malditamente egoísta que conozco. "Tienes que ser fuerte emocionalmente para ser fuerte físicamete". Solo mirate. Eres perfecta. Nunca has tenido que lidear con ningún problema real. Eres buena la mejor en todo Corina. Y es estúpidamente irritante, lo único que tienes que hacer es pedir algo y te lo dan. No eres más que una cara bonita Corina. Ni siquiera tus padres te querían.
-Perdón, esto es mi culpa, debí dejar que renunciaras junto a Demitri.
-Eres tan patética Alyssa. No sé cómo te soporté tanto tiempo.- Dijo para después alejarse.
-No! No te vallas Eli. No le hagas caso a Lawrens es mentira lo que dijo. Tu eres perfecto Eli. No tienes que cambiar nada, eres la mejor persona que conozco Eli.
-¿Qué no entiendes que te quiero lejos de mí?
-No me dejes tu también. -Susurre, pero el ya se había ido.
Volví a mi carro, con lágrimas en el rostro. No tenía a nadie, y odiaba estar sola. Manejé sin rumbo por horas hasta llegar a la casa.
Abrí la puerta queriendo ir a mi habitación, pero me detuvieron cuando Iba a subir las escaleras.
-Corina. ¿Estás bien? ¿Qué pasó? Pensé que te quedarías con Aisha.
Preguntó Amanda y las lágrimas comenzaron a salir sin control de manera rápida.
-¿Cielo que te paso?-Dijo abrazándome.
Se escucharon las risas de Samantha desde arriba.
Me separé de Amanda y subí a encerrarme en mi habitación.
Escuché un par de golpes en mi puerta pero no contesté. Mi teléfono igual sonaba sin parar pero lo ignoré.
Escuché un par de pasos seguidos de unos golpes suaves en la puerta con un ritmo diferente.
