Capítulo 13 - Reflejo

18 2 0
                                    

Desperté y todo era gris de nuevo, pero ahora estaba en un jardín, el pasto estaba seco y detrás de mi había una casa abandonada o eso creía. Traía puesto un vestido de color rojo, era lo único que veía que tenía color, empece a caminar alrededor de la casa, parecía abandonado al mirar por una ventana vi a la misma niña de mi cuarto.

Al pasar por la entrada de la casa la puerta se abrió, asi que me acerque para ver si había alguien dentro, mire alrededor y solo veía un pasillo que me llevaba a una puerta, llegue al final del pasillo y abrí la puerta, el cuarto tenia una cama sin cobijas solo tenía el colchón.

Revise la habitación, ademas de la cama había un espejo, me acerqué y vi un reflejo mio pero con diferente ropa, el reflejo tenía un vestido pero de color negro.

(-Por fin te veo-)- dijo mi reflejo.

-¿Quién eres?

(-Soy tu, la que te habla cuando estas en problemas-)

-¿Qué hago aquí?.

(-Estas en el limbo-)

-¿Estoy muerta?

(-Digamos que sí-)

-¿Pero...? ¿Cómo?.

(-No estas muerta, solo tu alma-)

No entendía, ¿Cómo mi alma puede estar muerta?, me retire del espejo y volví afuera, el jardín había desaparecido, estaba en una playa igual con el día nublado, a lo lejos se veía una mujer así me que acerque a ella para preguntarle en donde estaba. Toque su hombro y cuando se dio la vuelta era mi abuela, la abrace con tanta fuerza que olvide todos mis problemas mientras que mis lagrimas salían de mis ojos.

-Me prometiste que serías fuerte.- Dijo

-No puedo, te necesito a mi lado.

-Te extraño,pero mi tiempo a tu lado a terminado.

-No resisto estar ahí, es difícil, nadie me entiende.

Mi abuela comenzó a cantarme, su voz era hermosa, me tranquilizaba tanto que me dormí.

-Sam, despierta, es hora de que vuelvas a casa.

-No, quiero quedarme con tigo.

-Tienes mucha vida por delante.

-Tal vez ya no quiero vivir.

Puso sus dedos sobre mis ojos y los cerró, sentí un frío en mi cuerpo, desperté.

Nuevamente estaba en el hospital, por favor por una sola vez quisiera despertar en el mismo lugar.

Pero ahora estaba sola, no había nadie en mi habitación del hospital, intente moverme pero varios cinturones sostenían todo mi cuerpo, un doctor entro y me miro.

Me rodeaba hasta que por fin tomo un frasco de vidrio, saco un jeringa, con ella puso el líquido en un tubo que conectaba a mi brazo. Sentí como el líquido pasaba por mis venas, era algo frío.

-¿Como te sientes?.- Me pregunto.

-Siento frío.

-Es normal, dentro de poco entenderás todo.

No sentía mi cuerpo, solo podía mover la cara, el doctor salió del cuarto y me quede quieta. Al poco rato entro una mujer con bata blanca, era alta, de piel morena y sus ojos eran color azul.

-Tu tienes algo que necesitamos.- En verdad parecía la vida real, pero aun tenia mis dudas.

-¿Qué necesitan?

-Tu ADN, cuando estabas en el hospital nosotros hicimos experimentos con tigo.

-Debe de ser una broma.

-El tratamiento esta finalizando, y al parecer tu eres la indicada.

-¿Qué me van a hacer?.

-Ya lo verás.

Se acerco a mi y me abrió los ojos con sus manos, me observo la cara y después casi un tubo y lo presionó fuertemente contra mi brazo, sentí un pequeño un pequeño piquete. En cuanto retiró el tubo mi brazo empezo a sacar pequeñas gotas de sangre, y se veía como una luz parpadeaba.

-Es un chip, te ayudar con este trabajo.- Me dijo.

-¿Cuál trabajo?.

No dijo nada, solo se retiró. Dos personas pasaron a la habitación y me llevaron con todo y camilla a otro cuarto, pero era diferente, esta ves tenia muchos niños y niñas, la mayoría eran de mi edad. Me desamarraron y me dieron una tarjeta con un numero 117-P, talvez era el numero de alguna cama o algo parecido.
Mientras pasaba por los pasillos todos se me quedaban viendo, y porfin encontre una habitación con el mismo numero. Toque la puerta y una chava no muy grande de edad, abrió la puerta.

-Hola.- Respondió.

-¿Esta es mi habitación?.

- ¿Dónde esta tu tarjeta?-dijo de una manera muy seria.

-¿Esta?- le mostré la tarjeta que me habían dado.

-Si.- se que observándola un momento y me dejó pasar.


Al entrar, habían dos camas individuales en cada lado de la habitación. En el armario solo estaban tiradas algunas prendas.

-Esa es tu cama, ponte tu uniforme.- me señalo la cama del lado izquierdo.

-¿Cuál uniforme?.- pregunte mirando varios lados de la habitación.

-En el armario, no sabía que tendría una compañera, si no lo hubiera preparado todo.- hecho una risilla que me hizo sentir un poco segura.

Me puse el uniforme, me quedaba un poco ajustado. Me mire varias veces en el espejo del baño, mi cara se veía pálida, con las mismas ojeras de cansancio y de confusión.

Ya no era la misma chica de siempre, algo había cambiado en mi, tal vez solo es un sueño y cuando despierte estaré de nuevo en mi cuarto del hospital esperando a que me trajeran mi desayuno con mi medicina a un lado de la charola. Solo espero que cuando termine todo esto, entienda que en verdad paso con mi vida. Al final salí de la habitación con algo de inseguridad, no era la única que se veía confundida. Notaba la diferencia entre las personas que sabían donde estaban y las que no, sus expresiones lo decían todo.

Después, todo se volvió negro.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 03, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una promesa de un corazón olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora