Capítulo 11 Visión

16 1 0
                                    

Me acerque cuidadosamente a mi mamá, y le toque el hombro.

-Hola de nuevo, ¿Puedo preguntarte algo?

-Claro.

-¿Mi abuela dejo testamento?.- No sabia como preguntarle sobre el dinero fue lo primero que se me ocurrió.

-Pues, si lo dejo, pero eso lo verá el abogado.

-¿Y no sabes que le dejo a mi papá?

-¿Por que tanto interés?

-No, por nada, solo me entro la duda.

-Jajaja.... te lo diré cuando tu padre vea al abogado.

Me aleje de todos y subí por mi celular al cuarto, tenia 15 llamadas perdidas de John y 10 mensajes, me había olvidado de el por completo, ni siquiera recordaba que tenía novio.

El teléfono volvió a sonar y conteste.

-Hola John, lo siento no había oído el celular.

-¿Donde has estado Sam?, me preocupe por ti.

-Pues en mi casa, no he salido de aquí desde lo de mi abuela.

-Lo siento mucho Sam, nunca pensé que pasaría eso.

-Nadie se lo esperaba.

-¿Y como esta tu familia?

-Pues, digamos que no los conosco, pero parecen buena gente.

-¿Crees que podría ir a verte?

-No lo se, hay varias personas en mi casa.

-¿O quieres salir?

-Humm.. mejor ven, y nos quedamos en el jardín.

-Okay, te veo en 1 hora.

-Te espero.

Deje el celular en mi cama y me senté en el piso, seguía pensando lo de aquel frasco que vi, no estaba completamente segura de que eso fuera veneno,pero si lo era, Iván debió haberlo usado para matar a mi abuela recuerdo que ese día dijo que Iván le había preparado el desayuno antes de irse a trabajar.

Nunca pensé que ese desgraciado fuera capaz de hacer eso, pero por conseguir el dinero hasta mataría a Maggie.

Me llegó un mensaje, era John, me decía que se retrasaría un poco, al parecer había un incendio cerca de su casa y los bomberos tapaban el paso. Le conteste que no importaba, pero que llegara bien.

Me levante y me mire al espejo, me quede viendo fijamente y había una chava de negro asomándose por mi puerta, sus ojos eran negros y su cara como un tono de gris. Volteé y no había nada, mi corazón comenzó a papitar demasiado fuerte que mis oídos lo podían oír. Me asome por el pasillo de mi cuarto y tampoco había nada. Cuando volví a ver al espejo, tenia marcas de manos, como cuando hace frío y marcas tus manos en el vidrio de los carros. Me acerqué y se trono, no grite, sentí un frío escalofriante en mis piernas y luego una presión como si alguien me las agarrara, y luego de un jalón termine en el piso.

Abrí mis ojos y todo era gris, no había muebles, las paredes parecían viejas, me puse de pie y vestía con una bata blanca como las que usaba en el hospital juntó con la pulsera que te identificaba con residente. Salí de mi cuarto, el pasillo era como el de el hospital donde estaba pero esta vez con mas puertas, hasta el fondo del pasillo había una luz y se oía a una mujer gritando de dolor, me fui acercando poco a poco al cuarto donde supongo que la mujer estaba, en cada una de las puertas que pasaba oía personas susurrando cosas, hablaban solos.

Una promesa de un corazón olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora