Propuesta [Aren y Cleo]

172 16 9
                                    

𝖠𝖽𝗏𝖾𝗋𝗍𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈: +18.
╼━━━━╾

Aren

Viví creyendo que el amor tan solo era un mito. O una dicha que muy pocos lograban tener. Y terminé enamorándome de quien menos lo esperé. De alguien completa y absolutamente diferente a mí. En todos los sentidos. Para empezar, Cleo era una sirena. Y a pesar de eso, en el momento en que me di cuenta de que la quería, también supe que no había vuelta atrás.

Ers ella con quien quería pasar el resto de mi vida. Y cuando la perdí, todo mi mundo se vino abajo. Pero debí suponer que nuestro amor tan peculiar, como nosotras, terminaría siendo más fuerte que la misma muerte. Así que, ahora que la había recuperado, no iba a desperdiciar más tiempo.

Ahí estábamos, nadando bajo la escasa luz de la luna, ella con su enorme cola, danzando en el agua y yo en su espalda. Como aquella vez en el lago. Sentí la necesidad de respirar, así que me solté y salí a la superficie. Cleo me siguió. Estaba nerviosa. El corazón se me iba a salir del pecho. Y los labios me temblaban del frío.

—¿Quieres que vayamos adentro? —preguntó. La luz de la luna golpeaba el agua y al reflejarse en sus ojos grises, hacía que estos brillaran.

—No. Aún no. Solo... un segundo —nadé a la orilla. Sentí su mirada en mi espalda, pero no dijo nada. Y cuando volví el rostro, solamente alcancé a ver su cola hundiéndose en el agua.

Busqué en el bolsillo de mi abrigo, observé el pequeño estuche un momento. Cerré los ojos y respiré con profundidad. Me estaba llenando de valor. Yo sabía que uno de los sueños de Cleo era casarse. Y también sabía que deseaba que se lo pidieran en el mar. Por eso Larissa y yo planeamos esa salida.

Ella buscó la fecha de algún eclipse y yo le sugerí que hicieramos el viaje a la playa. Miré a mi alrededor, buscándolas a ella y a Nyx, pero habían desaparecido. Seguramente en ese momento le estaba haciendo la petición. Sonreí sin poder evitarlo, empuñé la mano en el estuche y volví al agua. Me sumergí y la vi. El cabello de Cleo cobraba vida bajo el agua.

Toda ella cobraba vida bajo el agua. Su piel brillaba. Amaba ver la forma en que su cola se movía con tanta ligereza. Como una pluma. Se acercó a mi y me dio un beso. Hubiera querido poder decirle todo lo que quería bajo el agua, pero era imposible. Así que solo abrí la mano, dejándole ver el pequeño estuche. Lo abrí. La piedra del anillo brilló. Y Cleo salió a la superficie.

—Aren —dijo. Me miró con sorpresa.

—Cleo —respondí. Mi respiración estaba agitada.

—¿Qué significa esto? —extendió la mano hacia el anillo y lo tocó. Lo miraba como si se tratara de una ilusión. Como si necesitara palparlo para convencerse de que era real. Nadé un poco más hacia ella.

—Es una propuesta —mis ojos se llenaron de lágrimas. Tenía un gran nudo en mi garganta. Ni en mis sueños más locos imaginé que llegaría a pedir matrimonio—. Te estoy pidiendo que me concedas el privilegio de casarme contigo. De ser tu esposa.

—Aren —se cubrió la boca con las dos manos. Tenía los ojos repletos de lágrimas al igual que yo. Su mirada se alternó entre el anillo y yo.

—¿Puedo? —pregunté—. ¿Puedo ser tu esposa?

—¡Claro que puedes! —exclamó. Su voz salió más aguda de lo normal y solté una carcajada. Gritó de emoción, se cubrió el rostro y se lanzó a abrazarme.

𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 / 𝘓𝘢𝘳𝘪𝘴𝘴𝘢 𝘞𝘦𝘦𝘮𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora