Una obra de arte [Annissa]

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Lou

—Mami, ¿has visto mis pinturas? —le pregunto a mami Anne. Ella está en el sofá, dándole de comer a Claire.

Yo tengo un secreto. Y es que a veces me gustaría volver a comer del pecho de mami Anne. Pero ella dice que yo ya estoy muy grande para eso. Miro a Claire con una sonrisa y le toco la mano.

Yo amo mucho a Claire. Es mi hermanita. Cuando mis mamis me dijeron que ella venía en camino fui la niña más feliz del mundo. Ahora también lo soy. Y además, soy la hermana mayor más feliz del mundo.

—No, florecita —responde mami Anne—. ¿Ya has buscado en tu baúl de juguetes? Seguramente mami Larissa las dejó ahí.

—¡Mami! —grito, empezando a correr.

Lo hago por toda la sala hasta llegar a la habitación que mami Larissa usa para sus reuniones. Esta casa me gusta, pero es muy grande. Para ir de un lugar a otro tengo que correr mucho. En la antigua casa todo estaba más cerca. La extraño. Extraño mi casita de juegos y mis demás flores también. Ellas deben estar tristes. Seguramente piensan que las abandoné.

—Mami, ¿has visto mis pinturas? —grito mientras empujo la puerta. Es pesada. Por eso agradezco que de pronto se abre sin esfuerzo. Mami Larissa la ha abierto.

—Mi amor, estoy ocupada por ahora —me dice. No entiendo por qué susurra si estamos en el pasillo.

—¿Estás en tus reuniones?

—Sí —se agacha para quedar a mi altura y lo me lanzo a abrazarla. Lo hago siempre que puedo, sin ninguna razón. O tal vez porque me gusta ver lo feliz que eso hace a mami—. Te prometo que te ayudaré a buscarlas cuando acabe, ¿está bien? Mientras tanto regresa con mami Anne.

—¿Acabaras pronto? Es que necesito hacer mi obra de arte. Es urgente.

—¿Urgente? —mami Larissa ríe. Yo lo hago también—. Sé que la pared de tu habitación podrá esperarnos. Ve con mami Anne. Juega con Claire por ahora.

—Está bien. Dile a ese señor de tus reuniones que no tarde, por favor.

—Sí, jefa —la sonrisa de mami Larissa me hace feliz. Por eso le doy un beso en la mejilla.

Antes de levantarse ella me da uno también. Después regreso corriendo a la sala, donde mami Anne continúa alimentando a Claire. Para ser tan pequeñita ella come demasiado.

—Mami Larissa está en reunión —le digo a mami Anne—. Y tampoco sabe dónde están mis pinturas.

—Te ayudaremos a buscarlas luego, florecita. Mientras, ven aquí —mami Anne me ayuda a subir al sofá. Me siento a su lado, donde puedo ver a Claire de frente.

Los ojitos de Claire son verdes como los de mami Anne. Y los míos azules como los de mami Larissa. Pero también tengo un poco de verde. Mis mamis dicen que llevo un poco de ambas. Eso me gusta. Y ahora que por fin me han hecho un fleco, siento que soy como mami Anne.

Ella es tan hermosa. Sus pecas también me gustan. Mis dos mamis son las más bonitas de todas. Cuando le hago cosquillas en los pies, Claire ríe. Se remueve en los brazos de mami Anne. Yo veo cómo sus pequeñas manos se agitan y me quieren apartar. Pero en lugar de eso, me inclino para abrazarla.

—¿Quieres a tu hermanita? —me pregunta mami Anne.

—La amo. ¿Crees que ella pueda entenderme?

—Sí. Lo hace. Mira cómo te sonríe.

—Te amo, Claire —susurro mientras la vuelvo a abrazar. Sus balbuceos me hacen reír.

𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 / 𝘓𝘢𝘳𝘪𝘴𝘴𝘢 𝘞𝘦𝘦𝘮𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora