Capítulo I: Si ella no hubiese dejado de soñar.

345 20 10
                                    

¡Ay, pero que difícil, que horripilante era ese cálculo!

Si tan solo Alicia hubiese seguido soñando con flores parlanchinas, gatos filosóficos y reinas envidiosas, esto no habría pasado.

Esa muchacha seguía tomando pastillas para solucionar sus problemas, pero estos, no eran para entrar en una puertecita. Eran para una beca universitaria.

También continuaba tomando cafés con chiflados, pero estos no eran locos alegres como el sombrerero, eran maestros dementes.

Que bien entendía ahora al Conejo Blanco, pues ahora comprendía bien lo fastidioso e inoportuno que podría ser interrumpirlo en una carrera contra el tiempo.

Si Alicia hubiese seguido soñando con la madriguera del Conejo repleta de cepillos y jarrones, no tendría su alcoba llena de cálculos químicos e historia universal.

Era el décimo diario íntimo de Alicia, había comenzado hace diez años, con su primer sueño.

Ella quería poder traer esos sueños de vuelta a su mente,  pero ya no podía.

Porque, hace una década, ella había dejado de soñar, ella había crecido, y crecer, requiere de dejar de desear que su creación demente - e involuntaria - Existiese.

Pero es que, ella no es la dueña del País de las Maravillas. Este siempre estuvo en su imaginación, ella podría haberlo dejado ahí, intacto. Sin meterse por el espejo, sin adentrarse en la madriguera y el País de las Maravillas, seguiría ahí.

Es más. Sigue ahí.

Si Alicia no hubiese abandonado  esa parte de sí misma, en este momento estaría celebrando su No-Cumpleaños.

Sus tutores y los adultos le habían convencido de que las maravillas como esas, no existían y que si seguía soñando, iba a ir al manicomio.

Se había concentrado única y totalmente en mantener calificaciones altas y en afrontar las burlas.

Pero, un sabio dijo una vez, que los momentos que ocurrieron nunca se pierden, aunque no puedas recordarlo.

En este pequeño mundo, cuando algo nacía en tu mente, existía.

Pero Alicia no tenía tiempo. Estaba ocupada leyendo sus aburridos libros sin dibujos ni diálogos.

Si ella no hubiese dejado de soñar, estaría escuchando a la sabia oruga y no al hablador - y nervioso-  de su director.

¡Ah, la Alicia de 18 años estaba aún más chiflada que la de la otra década!

Esta solía comparar a la Reina Roja con su maestra de ciencias, a las Flores chismosas con sus compañeras y al Gato Rison con los los sosos muchachos de la clase.

Pero aun así. Nada era divertido.

Las hora pasaban, solo quedaba una antes del examen de admisión.

<< ¡Ay, Alicia por favor, termina de estudiar esto! >>

<< Pero que bruta, Alicia. Deja de pensar en tonterías >>

<< Que tan difícil puede ser esto, ¡Termínalo ahora! >>

<< Si sigues siendo tan tonta vas a desaprobar>>

Los maestros particulares que su madre había contratado no paraban de acosarla. No dormía hace cuatro días, tomaba agua, sus medicamentos y comida congelada.

Estaba harta.

Ella quería ser artista, pero sus padres querían que ella fuese a la universidad y luego estudiara abogacía.

<< Como desearía ser una niña otra vez - pensó Alicia - ¡Ay, como extraño al País de las Maravillas! Si tan solo yo no hubiera dejado de soñar, estaría->>

<< ¡Ya te he dicho, no es un sueño, no lo es! - susurró una voz conocida, Alicia la ignoró>>

<< No dormir me está haciendo efecto - pensó Alicia>>

Más tarde, llego la hora del examen. Los directivos fueron en persona a la casa de Alicia, entonces, fue cuando Alicia comenzó.

Infinitas palabras tontas e insensatas se salían de su boca.

-          Entonces el conejo blanco corría sin parar, pensaba en la hora, era tarde, luego Alicia se cayó por un agujero negro que no cumplía con las leyes físicas y al terminar tomo una pastilla que-

-          ¡Alicia, estás actuando como una niña inmadura! - tronó su madre, que a pesar de ser dura. Estaba en lo cierto.

-          ¡Luego de un rato! - continuo Alicia- Alicia cantó con unas flores que la creían mala yerba - soltó una risita - Fue guiado por un gato cantor y tomó té con unos locos mientras celebraba su No-Cumpleaños.

-          ¡¿Es una broma?! - vociferó la maestra de ciencias - ¡No es nada gracioso!

-          ¡Yo-yo- no p-puedo-do entender c-como tienen tan poca re-responsabilidad! - tartamudeo el director mientras se secaba el sudor de la frente.

-          ¡Alicia, por Dios! - gritó la hermana de Alicia, Lucia, al principio estaba enfadada, pero después se llenó de preocupación, Alicia no se detenía.

-          Y las cartas barnizaron las rosas, pero fueron condenadas por la Reina Roja - prosiguió - Como no podía huir de ella y le gane en el juego, eso provocó la furia de su alteza-

-          ¡Ya basta! - dijo el padre y vació un balde de agua en la cara de su hija, ella despertó y corrió despavorida hasta su habitación.

<< ¡Solo quiero que la tierra me trague! - pensó Alicia>>




Alicia en el país de las pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora