Página XXXIII: El Peso Del Tiempo.

91 6 0
                                    

Para un alma vieja, hay algo que es verdaderamente apabullante y es el peso del tiempo, porque llegará el atardecer, donde la mayoría de tus recuerdos se volverán tan pesados como una luna sin luz.

Entonces tu deseo de continuar y aprender menguará, a tal punto, que desearás no volver a reencarnar nunca más y que tu espíritu se difumine en polvo de estrellas, porque simplemente ya estas muy, pero muy cansado.

Y si...

Lo sé, porque a pesar de todo hay un vacío que no he conseguido llenar.
Lo sé, porque a veces creo que estoy viviendo solo por inercia.
Lo sé, porque recuerdo todo y jamás olvido aquello que he perdido.
Lo sé, porque cada atardecer me pregunto si ya es suficiente de tanto dolor en mi corazón.
Lo sé, porque aun cuando he conocido a muchas personas, solo hay una a quien desearía volver a ver.
Lo sé, porque cada noche fría, me esfuerzo para hallar, aunque sea una pizca de luz, que me ayude a no morir de soledad.

Créeme, sé lo que se siente perder aquello que más amas y vivir una y otra vez, esperando que algún día, cuando menos lo esperes, puedas verla allí, tan hermosa como la recuerdas y saber que por fin podrás pedirle perdón y estar a su lado, que valió la pena aguantar tanto dolor, pues ya nada te alejará de ella.


...Pero sabes, es aquí cuando tu estricta conciencia te dirá:

Que debes comprender que aquél deseo es egoísta y que tienes que renunciar a el, ya que no deberíamos siquiera pensar en obligar a otro ser, a pasar por todo lo que hemos vivido. Porque es cierto que amamos, reímos y lloramos junto a él o ella, pero incluso ahora esas cosas tan significativas y pequeñas a la vez, deben permanecer como un recuerdo, pues toda alma debe ser libre para escoger su camino sin ataduras eternas y así poder alcanzar nuevos estratos.

Entonces, a pesar del peso del tiempo, nosotros debemos resignarnos a dar un paso cada día y avanzar, guardando lo bueno de esas vivencias, dejando lo malo atrás, para compartir con los demás nuestra sabiduría, y movernos hasta el mismo instante en que nuestro espíritu haya dejado de vagabundear, puesto que por fin habrá alcanzado el punto en el que pueda volver a ser parte del TODO.





¿Eres Un Alma Vieja?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora