Hyejin
Caminé con un poco deprisa pero aún así apreciando el airecito que corría de noche.
Creo que realmente no estaba procesando lo que pasó, lo que hice, lo que iba a pasar.
Ni siquiera sabía si había venido en moto o en coche. ¿Tendría coche?
Giré la esquina con la luz de las farolas. No tenía ningún mensaje nuevo y a mi alrededor solo veía la acera, más casas cuidadas a la derecha, un coche rojo aparcado, otro azul y otro negro que tenía una luz misteriosa dentro. Me quedé parada a diez metros, mirando como tonta y presintiendo que era su vehículo.
Se bajó la ventanilla del piloto, revelando una cara angulosa y pálida de bondadosa autoridad.
El director y yo nos miramos, sus ojos oscuros en la noche. Hizo un vago gesto con el mentón para que me subiera al coche, y yo no me resistí demasiado. Tenía el pelo menos repeinado, alborotado por la cotidianidad. Normal, es que era la 1:40.
Fingí que no me temblaban las rodillas de impaciencia, de nervios, una pequeña ansiedad.
El director desde luego que tenía coche, y bien elegante. Me subí con cuidado, cerré la puerta, y sentí el asiento frío bajo mis muslos.
-Hola, director -me sorprendí lo que sonaba mi voz en ese nuevo espacio restringido.
Reparé en su perfil, en su ropa. Estaba vestido más casual que en el instituto, con una camisa negra bastante abierta por la que asomaba un tatuaje en el pecho, el pelo lo llevaba partido a la izquierda y le caía por la frente. Su colonia persistía y también su sex appeal.
-¿"Hola"? -repitió-. ¿Sabes la hora que es? -se giró a verme, y sentí toda la potencia de sus ojos a tan poca distancia. Me quedé mirándole callada, desprevenida.
La verdad es que había algo muy magnético en él que no me permitía dejar de mirarle, y estaba tan perjudicada que me daba igual.
-Pero ha venido... -desvié los ojos para quitarle hierro al asunto, aunque realmente habría que analizar nuestra conversación.
Noté cómo me analizaba la cara. Cuando volví a hacer contacto visual, comenzó a negar con la cabeza, decepcionado.
-Has fumado -concluyó, apoyando el codo en su reposacabezas, acercándose un poco más a mí-. Sabía que lo que olí esta mañana era maría. Hyejin... ¿Tú sabes que es ilegal tener posesión mientras estás el instituto?
El tono paternal de su voz, de regaño, me tocó una fibra que no sabía que tenía, que me hizo sentir señalada. Me palpitó el corazón bajo el pecho, agitado.
Apreté los labios que tanto gloss tenían, estresada. Me quedé callada porque no podía decir mucho más sin liarla más.
-No le he hecho venir por eso -tragué saliva, teniendo el valor de sostenerle la mirada con la esperanza de que se apiadara de mí-. Me ayudó en su momento con la falda y sé que no me delataría a la policía -me gané su atención, estiró el brazo sobre el volante, atento a mis palabras-. Es que director, creo que estoy notando cosas o comportamientos de interés... No sé si lo hace con todas las alumnas, yo creo que no, pero me hace pensar...
No dijo nada durante un tiempo que no supe medir porque todo se paró. Se lo había dicho como le prometí por mensaje.
-Me dio un chocolate... -agregué, lista para alcanzarlo del bolso si hacia falta.
-Creo que has malinterpretado la situación -me dio una mueca desinteresada y compasiva, fría-. A veces puede suceder que se malinterprete la situación por la parte más joven.
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Éxtasis y chocolate ; jjk, cew [+18]
FanfictionDicen que las normas están para romperse... Min Hyejin no es una estudiante rebelde ni tampoco una santa, pero un día decide alzar la voz en el instituto y quejarse de las injustas normas sobre la falda del uniforme. La vida no solo le da una reprim...