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-Mierda...Responde princesa. No quieres que sospechen ¿o si?-

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Ese fue nuestro último encuentro, después de eso, ambos nos distanciamos, al menos, él me obligó a hacerlo; volviendo a romperme, quiero decir, no solo en la cama.

Mi corazón latía al sentir sus brazos rodear mi cuerpo, pero también se rompía un poco cada vez que llegaba con su nueva novia a casa, la paseaba por todos lados, cuando nos acercábamos a la mesa ella se sentaba a su lado, mientras que yo solo veía desde lejos y me rehusaba a asistir.

Hoy, por despecho, acepte salir con Charles Leclerc lo cual me causaba un poco de emoción, pero no la suficiente. Aun así, me arregle lo mejor posible.

Opte por usar un vestido corto y ajustado, color blanco, la tela parecía ser tejido y cobijaba mi cuerpo lo suficiente para el frío de Alemania. Escogí mis zapatos, joyería y demás. Parecía una muñeca, al menos eso fue lo que dijo mamá.

Baje las escaleras intentando mostrar una sonrisa, estaba intentando ocultar mis lágrimas al oír la voz de Seb y su novia, Hanna en el comedor, estaba junto con mis padres y Mick, quienes alagaban la relación que tenían.

Era como si mil dagas me atravesaran.

-Qué linda te ves, castaña.- mi hermano camino y me ayudo a acabar de bajar las escaleras.

Seb me miró de arriba a abajo, cuando cruzamos miradas él la quitó y le dio un trago a su bebida. Sonreí con tristeza, conteniendo mis lágrimas por su relativa indiferencia, una que papá también noto.

El timbre sonó, el servicio abrió la puerta dejando ver a un Charles sonriente con un ramo de flores. No pude evitar sonreír por su genuina reacción al verme.

-Hola.- camine hacia él y lo abrace, pintando un pequeño beso en su mejilla.

-Hola, linda.- correspondió y con nerviosismo se separó y se acercó un poco más a la mesa para saludar a mi familia y a Seb.

Se saludaron entre todos mientras yo ponía el ramo de flores en un florero, oliendo las flores y apreciando su belleza. Inhale su aroma, como de costumbre, contuve mis lágrimas al ver cómo Sebastian tomaba la mano de Hanna y la acercaba a él.

Me dolía no poder ser ella.

Una vez acabe, regrese al lado de Leclerc, quien había iniciado una pequeña plática con mis padres.

-La quiero aquí a las 11:00.- amenazo mi padre.

-Papá.- reproche y me acerque a él para despedirme.

Me despedí del resto, exceptuando a Seb y a su pareja, ni siquiera volte a verlos, no quería llorar, no frente a ellos.

No frente a él.

Charles me ofreció su mano y yo acepte, estábamos a punto de irnos, cuando Sebastian carraspeo y por fin se digno a hablar.

-Adiós, pequeña.-

Su voz sonaba rota y seca, parecía que él tenía el corazón tan roto como yo, sin embargo, no podía... no quería darle la oportunidad de ver cuanto me daño su partida.

Su abandono y reemplazo.

Él juro que me amaba, entonces ¿por qué me deja ir así de fácil?

¿Por qué tenía que amarlo?

¿Por qué tenía que enamorarme de él?

¿Por qué tenía que ser él?

-¿Nos vamos, Adelaide?- el chico a mi lado le dio un apretón a mi mano y me sonrío.

-Sí, Charles.- di un corto suspiro conteniendo mis lágrimas y reanimando mi paso.

Mire hacia atrás por última vez y cruzamos la puerta.



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ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ

My little girl - Vettel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora