My little girl - Vettel!

1.2

Estaba recostada en mi casa, hacia unos minutos que había despertado pero todavía estaba perdida. Únicamente estaba ahí, acostada, viendo al techo, perdida. Tras unos momentos me levanté, mis pies tocaron el frío suelo y la ligera brisa mañanera lleno mi cuerpo de escalofríos.

Camine a pasos lentos hacia el ventanal de mi cuarto, me senté en el borde del pequeño sillón-cama que estaba pegado al mismo ventanal. Mientras veía las hojas de los árboles moverse por el viento, las húmedas flores, el cantar de los pájaros, ligeras gotas de agua cayendo sobre la piscina. Lo único que se escuchaba era el silbido del viento y mi respiración entrecortada, abrace mis piernas buscando algún consuelo a mi soledad.

¿Cómo podía seguir extrañándolo?

Seguía analizando mi alrededor cuando llamaron a la puerta, murmuré un "Adelante" y la manija giró, dando paso a la persona detrás de ella.

Era papá.

Me levante rápidamente y corrí hacía él para ayudarlo, el accidente había sido años atrás, pero aún tenía secuelas y tal como él había hecho cuando era pequeña, ahora era mi turno de cuidarlo, estaba volviendo a caminar y aunque nos decía que ya estaba mejor, podíamos notar en sus ojos que todavía le dolía.

-Con cuidado, papá.- tome su brazo y lo puse sobre mis hombros.

-Estoy bien, no te preocupes.-

-No hay prisa, despacio.- le dije cuando quiso caminar más rápido.

Llegamos al lugar donde yo estaba antes y le ayudé a sentarse, traje una pequeña manta para cubrir sus piernas, fui por unos vasos de agua a la pequeña barra de mi habitación y le ofrecí la pieza de cristal.

-Gracias.- acepto el vaso y sorbió. -Essie...-

Él era el único que llamaba así, a la fecha no sabía que significaba, pero se hacía feliz que me llamara así, había pasado tiempo desde que me llamo así, últimamente me llamaba por nombre, hasta cierto punto dolía.

-¿Hubo algún problema con Sebastian?-

-¿Perdón?- me atraganté con mi saliva. -No, no, no hay ningún problema.-

Me miró y dejó escapar una pequeña risita, yo aún confundida por su reacción me acerqué un poco a él e intenté calmar mi respiración y mis incesantes ganas de llorar.

-Ven aquí.- estiro sus brazos y corrí a refugiarme en ellos, hacia tanto con no lo abraza con el corazón roto.

Casi inmediato, rompí en llanto, como una niña pequeña que había perdido su juguete, mi labio temblando y voz rota soltando sollozos, limpiando mi nariz.

-Papá.- fue lo único que pude hilar entre mis lágrimas. -Perdón, papá.-

El magnífico e inigualable Michael Schumacher no solía mostrarse vulnerable ante nadie, menos a sus hijos, han sido contadas las veces que Mick y yo lo hemos visto llorar, supongo que mas allá de no querer mostrarse "vulnerable" no quería que lo viéramos sufrir, nunca nos limito a llorar, al contrario, nos decía que era válido cuando lo necesitáramos, sin embargo, como ya lo dije, no es que le diera miedo sentirse menos o darle a alguien la oportunidad de dañarlo, sí no que, no quería que nos uniéramos a su llanto, no quería saber que de algún modo el pudo haber causado ese llanto.

-Mi niña, ¿por qué pides perdón?- acarició mi cabello y siguió abrazando. -El que debería pedir perdón soy yo, yo fui quien te aleje por miedo a que me vieras, de que pensaras que era débil.-

-Papá, para mi nunca fuiste o serás débil.- levante mi cabeza para verlo a los ojos, sus ojos llenos de agua. -Siempre serás mi héroe, sin importar qué, serás el hombre más valiente que pueda llegar a conocer.-

Solo sonrío y me abrazo, intentado ocultar su llanto, acaricio me cabello y me susurro un "Te amo". Mi corazón estaba jodido, pero él, sin saberlo, había arreglado un poquito una de las grietas que había en el.

Pasamos un rato así, abrazados, después me acomode y recargue mi cabeza en sus piernas, el jugando con los mechones de mi cabello y yo viendo al paisaje frente a nosotros.

-Papá...-

-Dime, estrellita.-

-¿Me, me seguirías amando, si yo...- suspiré mientras algunas lágrimas escurrían mi mejilla. -Sí yo estuviera enamorada de alguien mayor?-

-¿Estás enamorada de Seb?-

Solo asentí y él como solía hacer, soltó una risita, lo cual me confundió y podría de decir que hasta cierto punto me causo temor y alegría.

-Te amaría aún sí tú estas enamorada de mi mejor amigo.-

Te seguiría amando aún si tú lo amas a él...

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ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ