Eterno [KokōInu]

Elección

Aclaración: Esta colección de viñetas pertenecen a la dinámica #Cortitosweek2023 organizada por el grupo de Facebook Pasión por los fanfic's.

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Día 1: Él o yo

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Mientras su novio se preparaba para salir, él lo observaba sigilosamente sin decir nada. Inupi tenía un libro en sus manos, el cual se suponía estaba leyendo. Sin embargo, ni siquiera había dado vuelta a la primera página, pues la algarabía de Kokōnoi se lo impidió.

Hajime se detuvo en el espejo para verse; percatándose cuando se apreció que su pareja lo miraba. Inui disimulaba que leía, pero evidentemente no lo hacía. Kokō siguió como si nada. Él se pasó las manos por el cabello, arreglando sus hebras; al mismo tiempo que contemplaba las mejillas infladas de Seishu.

—Inupi, ¿te importaría si me llevo tu chaqueta? —inquirió, acercándose muy despacio al sofá en el que se encontraba sentado—. La mía está sucia; además, tú no la vas a usar. ¿Me la podrías prestar?

—Todavía con eso —masculló, sin dejar de «leer» el libro—. Ahí está —señaló con el dedo índice el perchero—. Úsala, me da igual.

—Y también te daría lo mismo si te digo que esta noche no llegaré a dormir. —Seishu tiró el libro al suelo, mientras sus ojos se clavaban en los de su novio. ¡Era el colmo! El estúpido jefe de su pareja lo tenía harto—. Tendremos una junta muy larga; además, al terminar tendremos que cubrir los turnos de noche. Los encargados están enfermos y alguien se tiene que quedar.

—¡¿Y por qué demonios tienes que ser tú, Hajime?! —Inupi estaba furioso. Él estaba cansado del maldito trabajo de Kokō, el cual lo único que hacía era alejarlo más y más de su pareja. Parecía como si a Kokōnoi ya no le importara estar en casa, pues cada vez pasaba menos tiempo a su lado—. Desde que conseguiste ese empleo apenas te veo. Parece como si fuese yo un cliente más que tiene que hacer cita para verte. O existe algo más por lo que ya no quieres estar aquí.

—No me digas que tú piensas que-

—¡¿Te estás acostando con tu jefe?! Dímelo, porque si es así, prefiero saber la verdad —espetó, ya no lo podía callar más. Esa maldita duda no lo dejaba respirar, ya que desde que conoció al superior de su novio, se percató que se llevaban muy bien. Demasiado bien—. Es eso, por eso es que tienes que trabajar tanto. —Kokō no podía creer lo que estaba escuchando, Inupi había enloquecido para imaginar semejante barbaridad—. ¡Habla, Hajime! Elige de una vez, es él o-

Seishu no pudo terminar de alejar, pues su boca fue callada por el intenso beso que le obsequio su amado. Kokōnoi lo había atrapado, montándose sobre él encima del sillón donde se encontraba sentado.

Inupi no quería ceder a la caricia; sin embargo, lo hizo. Él se dejó arrastrar por la calidez de sus besos. Besos que eran su veneno. Una droga que se debía inyectar para poder respirar.

—Nunca, escúchame bien, nunca vuelvas a pensar que te doy infiel —sentenció, mordiéndole el labio inferior—. Al único que le hago el amor es a ti. —Lo acarició, pasando los dedos por su pecho—. A la única persona que deseo metida en mi cama es a ti. —Seishu jadeó, pues la mano de Kokō se metió en su pantalón—. Si tengo que escoger, te elijo a ti. Siempre a ti.

—Ko-Kokō, ¡ay! —Inupi besó con desesperación los labios del hombre que cada día lo hacía enloquecer.

—Voy a mandar al diablo la junta y si pierdo mi trabajo me da igual. Lo único que deseo en este momento, es castigarte por pensar mal. Te voy a demostrar cuánto te amo.

Hajime se apoderó con rudeza de los labios de su pareja, mientras sus manos viajaban por dónde les diera la gana. Tocando a su antojo el cuerpo del hombre que amaba. Al único ser que deseaba. El único hombre por el que sería capaz de dar la vida.

Kokōnoi lo poseería hasta hacerlo desfallecer en sus brazos para que se le perpetuara en el alma que al único que amaba era a él.

Su hombre, el amor de su vida; Seishu Inui.

Fin.

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¡Hola!

¿Cómo están?

Les quería contar que me sumé al reto de las week propuestas por uno de los grupos en los que estoy. Ya que pensé que sería la ocasión perfecta para dedicarles una semana completa a mis amados Kokō e Inupi.

Así que, espero que disfruten muchísimo de las viñetas que escribí. Todos y cada una de ellas fueron pensadas con mucho amor.

Nos leemos mañana.

Con amor.

GabyJA