Propuesta

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Inspiración: «Andas en mi cabeza», Chino & Nacho, Daddy Yankee.

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Día 2: Songfic

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El viaje al viejo continente fue mejor de lo esperado. Sus paisajes, sus aromas y sus colores eran más de lo que se hubiese imaginado.

Inupi seguía sin creer lo que sus ojos estaban admirando.

—Seishu, ¿estás bien? —inquirió Kokōnoi, luego de agitar las manos frente al rostro del hombre que amaba.

—¿Eh? Sí, perdón —sonrió—. Me quedé pensando en lo hermoso que es este lugar.

—Oh, sí. Fue por eso que lo elegí para nuestras vacaciones. Además, tú me comentaste que uno de tus sueños era conocer esta belleza.

Inupi rememoró el momento exacto en el que le contó a Kokō que uno de sus sueños era conocer Europa. Sin embargo, si tuviese que escoger una ciudad para ir a vacacionar, definitivamente elegiría Venecia.

Sus calles, su arquitectura, su historia y su romanticismo la hacían la ciudad perfecta para albergar memorias únicas que quedarían perpetradas en el alma. Sobre todo, si estas memorias se compartían con el amor de su vida.

»—¿Vamos?

—Claro, vamos. —Seishu le dio la mano a su novio para que lo ayudara a subir a la góndola, ya que esa tarde Hajime le prometió que harían un paseo por el canal—. Esto es hermoso.

—Lo es. Es la ciudad perfecta.

Kokōnoi se sentó, luego se movió un poco para que su pareja se pudiese sentar a su lado. El hombre que los llevaría inició con el recorrido, mientras la pareja comenzaba a admirar la majestuosidad de la infraestructura que tenían alrededor del canal.

Los ojos de Seishu brillaban; destellando admiración y alegría. Era la mezcla perfecta de lo que su corazón sentía. Inupi lo contempló, abrazándolo por la cintura para que pudiese descansar en su pecho. La sonrisa y la felicidad de su novio lo eclipsaron. Afirmando fuertemente su amor.

»—Inupi —musitó, besando con ternura su cabellera—. Este viaje, esta ciudad y este canal son el sitio perfecto para que yo... —con delicadeza lo retiró de su pecho, girando su cuerpo para que su novio pudiera verlo—. Bueno...

—Kokō, ¿qué te sucede? —inquirió, asustado. No era usual que su pareja tuviese ese estado—. ¿Te sientes mal?

—Seishu Inui, mírame, por favor —le pidió, sujetándole las manos. Hajime sonrió, al sentir su calor—. Tú has llenado mi vida de color. Desde el día en el que te conocí mi corazón palpitó y supe desde que escuché tu voz que no quería escuchar la de nadie más. Fuiste mi amigo, mi confidente, el hombro que me escuchó y me reconfortó. Desde que tú llegaste mi mundo cambió, girando a tu alrededor —confesó, levantándose de su asiento para hincarse a sus pies. Soltando una de sus manos para sacar una diminuta caja roja que tenía en el saco—. Tú te convertiste en mi amado. En mi razón de ser. Cuando aceptaste estar a mi lado supe que la felicidad también era para mí. Me has cuidado y me has amado. Te has entregado a mí sin condición ni atadura. Has sido el mejor amante que hubiera imaginado y me has demostrado que el cielo sí se puede tocar con las manos. Por eso, yo quiero-

—Ha-Hajime —balbuceó, temblando. Llorando por la emoción que desbordó su corazón. Lo que sus ojos estaban apreciando era la escena con la que tantas veces soñó, pero esta era aun mejor.

—Seishu, aceptas firmar ante la sociedad un pacto de fidelidad en el que tú y yo nos vamos a pertenecer —dijo, sacando el anillo de oro blanco del pequeño estuche—. Pero, sobre todo, aceptas que te amé cada día y cada noche. Aceptas que te haga el amor sin control y que te acurruque entre mis brazos. —Hajime lo vio directamente a los ojos—. Inupi, ¿aceptas casarte conmigo?

—Sí —musitó, la vista se le nubló y el corazón le estalló—. Sí, sí y mil veces sí. Acepto casarme contigo.

—Te amo —le dijo, deslizando el anillo en su dedo—. Te amo y te prometo que te amaré hasta la eternidad.

—Y yo te prometo estar contigo, incluso en el más allá. Te amo, Hajime Kokōnoi.

Seishu besó con desesperación los labios de su prometido. Hajime lo abrazó, mientras profundizaba el beso de su amado.

Sellando el pacto de amor que se habían jurado en una hermosa góndola en el canal de Venecia.

Fin.

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¡Hola!

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¡Hola!

¿Cómo están?

Díganme, ¿qué les pareció esta propuesta de matrimonio? Soñada, cierto.

Yo me la imaginé desde que la comencé a escribir, y les juro que sonreí todo el tiempo. Es que ellos se merecen vivir algo así por el amor tan bello que se tienen.

Espero que les haya gustado.

Nos leemos mañana.

Con amor.

GabyJA 

Eterno [KokōInu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora