Once

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—¿Usted no está de acuerdo con la adopción? —Le cuestionó la trabajadora social con ojos severos.

JongIn abrió grande los ojos, palideciendo.

—De ser así —añadió—, lamento que...

—No, no es el caso —JongIn negó rápidamente—. Estoy de acuerdo con la adopción, es solo que...

Se encontraba en una gran encrucijada. Esto era importante para su hermana, y también para el abogado, quien había sido bastante amable con ella desde el comienzo.

¿Y por qué esos ojos de ciervo?

JongIn desvió la mirada de esos enormes ojos de KyungSoo.

—Creo que hay una especie de malentendido —comentó KyungSoo dirigiéndose a la mujer, quien se vio sumamente interesada.

—¡Aún estoy cumpliendo mi servicio militar! —exclamó.

JongIn había intervenido efusivamente, poniéndose de pie, y llamando la atención de todos los presentes, que lo miraban expectantes. Dios, qué estaba haciendo. Sus mejillas estaban rojas de la vergüenza y volvió a sentarse como si nada.

—Estas son mis vacaciones —explicó, esta vez calmadamente, sin mirar a nadie en particular—, la próxima semana debo reportarme con mi escuadrón para que me den de baja. Espero que esto no sea un inconveniente. —Finalizó con una sonrisa forzosa.

Los ojos de KyungSoo se agrandaron y su boca formaba una pequeña "o". No lo estaba negando. ¿Acaso él...?

La expresión de Joohyun pareció relajarse tras escuchar esto.

—Oh, ya veo. No, no sería ningún inconveniente. De todas maneras, usted también debe diligenciar el formulario de adopción, complementando el que realizó su pareja.

JongIn le dio una rápida mirada al otro hombre, pero no supo descifrar su expresión. Y ni siquiera se atrevía a mirar a su hermana. Él nunca fue bueno mintiendo.

—Por supuesto —respondió.

Qué rayos estaba diciendo.

La trabajadora social hizo una pequeña mueca, y volvió a revisar la pantalla de la tablet, devolviendo una mirada desconfiada.

JongIn tragó saliva y sus manos se entrelazaron. Parecía que no les estaba creyendo, y era entendible, ni él sabía que podía mentir así.

—Antes de finalizar la visita, necesito saber si ustedes están o no viviendo juntos —expresó contundente.

—No —respondió KyungSoo.

—Sí —respondió JongIn simultáneamente.

Joohyun arqueó una ceja, mientras que SeulGi que se había mantenido callada, apretaba las manos con fuerza, tensando todo su cuerpo.

JongIn sentía que estaba sudando frío, pronto iba a colapsar en el piso.

La mirada de KyungSoo se encontró con la de JongIn, y el primero fue quién habló, esta vez con cierto aire confiado, soltando una risita y poniendo una pierna sobre la otra, cómodamente.

JongIn lo veía con la boca abierta.

—Lo que queremos decir, es que estamos viviendo juntos, pero debido al servicio militar de JongIn, se ha mantenido lejos de casa los últimos 18 meses, excepto en vacaciones, por supuesto —agregó ampliando su sonrisa y sin dejar de mirar a la trabajadora.

Por dentro, KyungSoo estaba muriendo de miedo. Tal vez no era demasiado convincente. Tendría que sincerarse. Él era bueno mintiendo, sí, pero solo para salvar a sus clientes, no para salvar su propio pellejo.

—Lo que dice KyungSoo —añadió JongIn.

Joohyun asintió con la cabeza.

—Comprendo. Así que ustedes tres están viviendo juntos en este momento, ¿es correcto?

—Sí. —Corearon los tres.

Tras aclarar algunas disposiciones técnicas, a las que JongIn ni siquiera prestaba atención, pensando en lo que acababa de hacer, se dio ¡Por fin! concluida la visita.

JongIn quería vomitar, o morirse. Lo que fuera más fácil.

—Perfecto, me alegra ver una pareja tan comprometida. —Fue el comentario con el que se despedía la trabajadora social—. Enviaré los siguientes requerimientos que se necesitan. En cuanto a las visitas, solo se les avisará la semana, no se les especificará el día. Espero que esto no suponga ningún problema.

JongIn dejó que KyungSoo, a su lado, respondiera, siendo que él era quien tenía una actitud más cordial, y las pequeñas mentiras que salían de la boca del abogado sonaban bastante creíbles para sus oídos.

Una vez la puerta fuera cerrada y solo eran los tres en el apartamento, cayeron en un silencio tenso.

KyungSoo pegó la frente en la puerta, apretando los ojos. Su fachada segura abandonaba su cuerpo, y solo era él a punto de desmayarse.

JongIn ocultaba su cara en las palmas de sus manos. Y en cuanto a SeulGi, ella simplemente negaba con la cabeza.

—¿Sabes en qué lío estamos metidos? —cuestionó KyungSoo, mascullando cada palabra, y sin moverse aún de su posición.

En qué jodida mente engañar con una pareja falsa, era una buena idea. Las implicaciones que esto tenía a futuro. KyungSoo ni siquiera podía pensar con claridad sin sentirse aterrado.

—JongIn, ¿Por qué mentiste? —preguntó SeulGi, de brazos cruzados.

JongIn se encogió de hombros antes de responder verbalmente:

—Era lo correcto —Ni siquiera estaba seguro al justificarse, y KyungSoo seguía dándole la espalda—. De lo contrario no habría avanzado la adopción, y tú tendrías que quedarte con un bebé que no deseas, SeulGi —Finalizó molesto por la actitud de su hermana.

—Gracias —murmuró KyungSoo antes de dar media vuelta—. Pero no creo que debamos seguir con esta mentira. Es demasiado riesgoso.

—¿Qué sucede si se retracta? —preguntó JongIn, aunque ya sabía la respuesta.

—Es posible que ya nunca tenga la oportunidad de adoptar —respondió apesadumbrado.

JongIn miró nuevamente al hombre frente a él, sintiéndose responsable por sus propias palabras. Él pudo haber aclarado el malentendido desde el inicio, pero no lo hizo, y en su lugar, siguió llevando la farsa.

—Está bien, lo haré —Fue su resolución.

Él podría quedarse en Seúl por todo un año, incluso podía llevarse bien con KyungSoo.

El abogado estrechó la mirada.

—Esto es importante, y tenemos que aparentar ser una pareja ante otras personas, comportarnos como una. ¿Estás seguro? —preguntó receloso—. Tienes que aparentar ser la pareja de otro hombre.

—Lo estoy —aseguró de inmediato. Él no tenía ningún prejuicio, es más, ni siquiera sabía si era completamente heterosexual, tampoco le daba demasiada importancia—. Esto lo hago por SeulGi, así que sí. Cuente conmigo.

KyungSoo no sabía qué pensar en ese momento, mirando a JongIn, que parecía hablar con sinceridad.

—Está bien. Creo que puede funcionar. —Quiso ser optimista.

—Esto es una locura —expresó SeulGi.

Los dos hombres la miraron.

—Locura o no, estoy dentro —JongIn estrechó la mano de KyungSoo.

—Deberías empezar a tutearme —dijo KyungSoo sonriendo, sintiéndose aliviado por primera vez desde que finalizó la visita.

—Lo haré —JongIn fue todo sonrisas sin soltar la mano de KyungSoo—. A cambio, quiero que comas todo lo que te ofrezca.

Las mejillas de KyungSoo se calentaron, ¿estaba hablando con doble sentido? 

What to Expect When You're Not! Expecting [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora