Donde Hyunjin quiere que Félix se encargue de satisfacer sus mas bajos y obscuros deseosos. Pero cuando llega el momento de compartirlo no puede permitirlo, no quiere que nadie mas toque lo que es suyo.
porque todo de ese lindo omega es de su propi...
—¿Sucede algo, señora?— Félix le pregunto a Daehyung cuando ella lo tomo ligeramente de la muñeca.
—Ve a comer algo, y ten tu propina por tu compañía— le susurro. —ah y no olvides que mañana habrá un evento y quiero que seas mi acompañante ¿si? Una vieja como yo tiene que hablar con alguien.— ríe divertida —Te pareces tanto a alguien que conocí cuando era joven —.
—Compermiso, que tenga un buen viaje a su casa— hizo una reverencia mientras cerraba la puerta del vehículo. —Hasta luego,— sacudió su mano despidiéndose.
Y un extraño sentimiento se alojo en su pecho cuando entró nuevamente, un escalofrío lo recorrió cuando paso caminando junto a aquél imponente alfa. Todo en Félix tembló cuando percibió el aroma de sus feromonas, su omega tembló al igual que el.
Se sintió mas intimidado cuando los ojos del alfa se encontraron con los suyos, le puso los pelos de punta y su corazón golpeo con fuerza. Realmente se sintió indefenso y muy pequeño ante su mirada.
Era algo indescifrable, no podía entender ni explicar todas esas nuevas sensaciones que sentía. Siguió su camino hasta donde estaban sus cosas para alistarse e irse a su casa. No podía seguir quedándose en casa de Minho todo el tiempo, no el no era un aprovechado.
Se cambio de ropa, para alguien como el esa clase de ropa no eran su estilo y no lo sería nunca.
Félix era un omega algo ignorante, era porque sus padres y su abuelo lo minaron toda su vida. Había cosas que el ignoraba por completo y no estaba precisamente en su mejor momento como para pensar ahora. Ya tenia 19 años y jamas había tenido un novio o algo por el estilo.
Su teléfono se quedo sin batería y negó con la cabeza porqué pensaba que su día no podía ir peor de lo que fue en la mañana. Pues para terminar con su mala suerte empezó a llover.
—Félix, ¿puedes llevar esto al bar? Tengo que llevar esto a la cocina—
—Pero ya término mi turno— casi gruñó porque nunca podía decir que no, —esta bien, iré solo esta vez—
—Oh, muchas gracias,—
Se maldijo en sus adentros por que jamas podía negarle un favor a alguien, siempre fue así en su tiempo en la escuela. Necesitaba cambiar algunas cosas en el.
Aunque su andar se vio interrumpido cuando todo el pasillo se quedo sin luz.
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