Capítulo 1

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Habitación blanca

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—No entiendo la necesidad de sacarme de mi apartamento a las putas diez de la noche

La ceda rojo carmín de la corbata se deslizaba violentamente sobre sus dedos.

Los rayos de la cálida luz del espejo reflejaban sobre el café de sus ojos molestos que miraban a su estúpido amigo por el reflejo del espejo.

—Deja de ser tan amargado Djarin, no puedo ir solo y a ti te hace falta salir

—No necesito salir, necesito dormir para ir a trabajar mañana

Termina de hacer el nudo y se coloca el saco para después revolver su cabello un poco dándole un look despreocupado y rebelde.

—Ni siquiera entiendo cómo es que te invitaron, la familia Kryze y tu no son muy allegados

—Hablas de la oveja negra de la familia, no te preocupes por ella, esta fuera de la ciudad

—Es la fiesta de compromiso de su hermana Fett, claro que estará ahí

—Vamos, entre más pronto estemos ahí, más pronto podrás retirarte— lo anima Fett dándole unas palmaditas en la espalda.

La idea de pasar una velada celebrando el amor no era precisamente lo que tenía pensado para esa noche. Cuando Fett le dijo que iba a ir, pero Fennec no podría ir entonces supo que se lo pediría a él, se negó con todas sus fuerzas y al final terminó cediendo.

Ahora estaban a unas cuadras de llegar al lugar de la fiesta y como de costumbre, estaban sobre tiempo. Din miraba la luz del semáforo impacientemente, su pie daba leves golpecitos sobre el tapete del auto denotando su ansiedad por encontrarse en medio de muchas personas con un estatus diferente al de él. Recargaba su barbilla sobre su pulgar y su cien se acentaba sosteniéndose de su dedo incide que se encontraban apoyados en la puerta del auto con los cristales abajo.

Usualmente se sentía ansioso en medio de personas que no compartían sus mismos intereses, era un hombre de pocas palabras, no le interesaba compartir su tiempo con personas egocéntricas cuyos únicos intereses son divertirse, embriagarse y hacerse más ricos, el mundo real es una fantasía para ellos.

Al llegar, bajaron del auto y un muchacho de apenas unos 19 años le extendió la mano pidiéndole las llaves del auto, Din lo miró con el entrecejo fruncido mientras se encogía de hombros y pronunciaba un: "¿qué?" Algo grosero.

—Dale las llaves— dice Fett sintiéndose apenado.

—¿Qué?— cuestiona sorprendido. —Está loco, no le voy a dar las llaves del auto

—No seas pueblerino, ¡dale las llaves Mando!

Din obedece a regañadientes, le da las llaves y le aleja refunfuñando para entrar a la fiesta con Boba detrás de él. ¿Cómo le daba su auto a un mocoso? Lo único que pensaba era que iba a mirar por la ventana y lo vería quemando llantas en su carro, no era el más lujoso, pero eran meses de trabajo y ahorro.

—Deja de pensar en tu auto y disfruta la fiesta

—Debería estar durmiendo, tengo trabajo mañana y el caso es...

Caminos Cruzados《DinBo AU》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora