Capítulo 18

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Canta un ruiseñor
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Entrar a la planta eléctrica no era lo difícil. Lo difícil ahora era salir de ahí.

Ni siquiera supó en qué momento ocurrió todo. Las cosas pasaron tan rápido que no le dio tiempo de prevenirse.

Ni bien puso un pie dentro de la planta, cuando una bomba de humo lo golpeó dejándolo aturdido en el suelo. Luchó para mantenerse despierto, pero él golpe fue tan duro que dejar los ojos abiertos no fue una opción.

De vez en cuando escuchaba las máquinas trabajando a su alrededor, abría los ojos luchando contra él mismo mientras era arrastrado por el frío suelo de metal. No era Gideon, sin duda trabajaba con alguien más.

Despertó de golpe. Abrió los ojos y parpadeó un par de veces tratando de acostumbrar su vista a la penetrante luz blanca que lo cegaba de a ratos. Tenía un dolor punzante en la cabeza, el cuerpo entero le dolía, y no estaba solo.

—¿Papá? ¿Papá estás bien?— los ruidos se iban aclarando con forme iba recobrando la conciencia. Su vista se acopló y divisó a Grogu frente a él. —Tranquilo, estás conmigo

—¿Niño?— una vez recuperó la vista, se dió cuenta del desastre que los rodeaba. En medio de una habitación  completamente blanca salpicada con sangre. —¿Qué pasó aquí?

—Perdón. Lo siento, tenía que ayudarte— un hombre en el suelo y un charco de sangre debajo de él.

—Está bien. Tranquilo...— susurró acercandolo a él para abrazarlo fuertemente. Din temblaba del miedo, su hijo de solo siete años había asesinado a un hombre. —Vamos, tenemos que salir de aquí

Grogu lloraba, miraba a todos lados en busca de alguna salida, la adrenalina corría por cada fibra de su cuerpo, estaba aterrado. Din pudo notarlo, lo tomó de los hombros.

—Ey, niño, mírame— lo tomó del mentón delicadamente y lo obligó a mirarlo. —Estarás bien. Yo voy a sacarte de aquí ¿okey?— Grogu asintió —Pero necesito que seas valiente y fuerte

—Okey

—Bien, vamos. Sígueme

Tomó a Grogu de la mano y salió de la habitación, lo que más bien era un quirofano. Los pasillos se veían revueltos e interminables. Se sentía prisionero en una especie de bucle que no lo llevaba a ningún lado.

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Paz estaba indispuesto de todas las formas posibles. Ni siquiera podía ponerse de pie, estaba sola en esto.

La puerta se abrió dejando ver a Gideon, el lado izquierdo de su cabeza chorreaba sangre, su mano se posaba sobre la herida. Ella se quedó en el suelo mirándolo con un fuego en sus ojos, con furia en su mirada.

—Tú estúpido niño— murmuró con recelo. Se acercó a ella y la tomó la de muñeca con violencia —Nos vamos ahora

Él estaba vulnerable, herido. Se acercó lo suficiente y le encajó los dientes en la mejilla escuchando el grito de dolor muy cerca de su oído. Le jalaba el pelo, pero ella se aferraba a su piel al punto en que sintió el sabor metálico de la sangre mezclándose con su saliva. El dolor fue tan insoportable, que en cuanto la soltó, él no pudo recuperarse al instante.

Ella tomó dicha ventaja para correr fuera de la habitación. Debía buscar una forma de sacar a Paz, debía hallar a Grogu.

Iba corriendo por el interminable pasillo cuando choca de frente con Din. Duró unos segundos sin poder reaccionar, el miedo la tenía aterrada, paralizada. Él fue quien dio el primer paso, colocó ambas manos a cada lado de sus mejillas obligandola a mirarlo mientras ella, dudosa, lo empujaba tratando de librarse.

—Ey. Ey, soy yo. Tranquila, estás a salvo— dejó de forcejear y se detuvo a mirarlo más a detalle —estás a salvo

—Din— rápidamente lo abrazó desesperada, como si fuese a perderlo.

—Tienes que irte. Llévate a Grogu de aquí

—Paz...Paz está ahí, Gideon lo tiene

—Yo lo sacaré— responde mostrandole el arma —Toma al niño y salgan de aquí

—Okey— responde ella asintiendo frenéticamente. Din le sonríe acariciando su mejilla con ternura, ella le devuelve el gesto y siente un nudo en la garganta —Te amo

—Te amo. Ahora ve

Bo obedeció, tomó a Grogu de la mano perdiéndose entre los pasillos. Din cargó el arma y caminó con cautela por los pasillos.

Sorpresivamente Gideon lo golpeó con una especie de tubular de acrílico, se sintió aturdido, pero no lo suficiente como para bajar la guardia. Din levantó el arma y tratando de apuntarle, dispara la bala sin conseguir éxito. Gideon toma la ventaja arrojando el arma con el tubo a un lado. Le da otro golpe tumbandolo por completo. Se posiciona sobre el y comienza a presionar el acrílico sobre su cuello.

—¿Querías quedarte con ella? Querías alejarla de mi. No lo va sa conseguir, me voy a quedar con tu familia, te quitaré lo que me quitaste en un inicio

—Tú...l-la asesinaste— dijo él con dificultad para respirar.

—Yo no la asesine. Ella te eligió a ti, eso la mató y ahora te mataré por eso

Comenzaba a perder la razón, el aire le faltaba. Sus manos luchaban por arañarle la cara intentando desesperadamente por librarse y tomar una gran bocanada de aire. Una bruma comenzaba a nublarle la vista  y su sonrisa fue lo que apareció a sus ojos, el brillo de su mirada, el dulce tono de su voz. Si iba a morir, entonces la llevaría en su mente, pero eso no iba a pasar, no en su turno.

Se escuchó el sonido del metal chocando contra algo, de pronto pudo respirar, sintió el aire invadiendo sus pulmones creando una especie de alivio doloroso. El eco del metal chocando, los gruñidos, y su respiración agitada se combinaban y hacían eco en las cuatro paredes del pasillo. De pronto, todo se detuvo, el violento acedio se tornó en una calma.

—Din...— y ahí estaba ella. —Tranquilo, ya estás a salvo— Bo lo ayudó a levantarse. Él se recargaba de ella y del niño que lo sostenía de la cintura.

—No— Habló Gideon. Le sorprendía lo resistente que era, Bo prácticamente le había roto la cara. —Si yo no la tengo, entonces nadie lo hará

Fue entonces que Din notó en dónde estaban. Axe había dicho que esto era una planta de energía que funcionaba a base de carbón, en algún punto se mencionaron los hornos. Miró a su alrededor y notó las rejillas y lo caliente corriendo por el aire. Gideon estaba muy herido, sería imposible que saliera de ahí.

—Háganse para atrás— Grogu y Bo alcanzaron a correr.

Din fue envuelto en una llama que apenas y le hizo algo, cayó al suelo y desde ahí vió como el fuego consumía a Gideon. Din se puso de pie, cargó el arma y observó un hombre moribundo rogando por su muerte. Miró a Bo y ella entendió lo que quería decirle, le cubrió los ojos a Grogu y lo giró para evitar que viera. Lo siguiente que se escuchó fue uno, dos disparos de compasión.

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Las ambulancias y el servicio especial ya estaba afuera de la planta esperando por ellos. Alex, Copp y Fett observaban impacientes el humo que salía por las chimeneas industriales esperando que nada le haya pasado a su amigo.

Y de un momento a otro los paramedicos hicieron su salida triunfante con Paz en la camilla.

Los agentes no pudieron siquiera reaccionar. Lo subieron tan rápido a la camilla que ni siquiera les dio tiempo de sentirse aliviados. Detrás de él, Din, Bo y Grogu. Un par de quemaduras en el rostro del agente y uno que otro rasguño, pero por fin estaba en paz.

—Fue él— murmuró Din.

—¿A qué te refieres?

—Él me amenazó, me dijo que si me casaba contigo entonces cinco inocentes morirían. Yo te amo, y deseo que mi vida a tu lado sea hasta que la muerte nos separe. Deseo ser tu esposo. Acepta casarte conmigo— Din sacó del bolsillo de su pantalón un anillo un tanto empolvado por las cenizas. Ella miró a Din y le regaló una sonrisa. En el fondo sabía la verdad, pero comprobarlo le daba alegría al corazón.

—Quiero ser tu esposa

Ese día cantó un ruiseñor.

Caminos Cruzados《DinBo AU》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora