Capítulo 6

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Condena
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¿Por qué lo que más amamos nos destruye?

—Está bien. Está bien— lloraba cual niño mientras ella acunaba su cabeza sobre su hombro, acariciaba su cabeza y sobaba su espalda esperando a que pasara. —Te hice un té, sabía que no podrías manejarlo

Sentado en la barra, la miraba con los ojos hinchados de tanto llorar, sentía la nariz tapada y la mirada cansada. Recargaba su cabeza de la palma de su mano mientras la otra la reposaba sobre la barra. Ella acariciaba gentilmente sus nudillos sin hacer ningún ruido, eso lo ayudaba, la compañía, a veces no eran palabras lo que lo reconfortaba, era la compañía.

—Su madre era muy dura con ella— menciona después de haber guardado silencio por un largo rato. —Le exigía demasiado y la comparaba constantemente con su hermanito, ella perdió los estribos esa noche y lo apuñaló mientras dormía— no pudo evitar quebrarse al recordarlo.

—Ya...no pienses en eso

—Grogu, no puedo pensar en qué yo también lo echaré a perder. No puedo evitar pensar que será él quien pague las consecuencias de todo el mal que he hecho. No quiero eso para él, Bo.

—No lo harás

—Eso no lo sabes. No lo conozco, no estuve cuando nació, no pude verlo reír por primera vez, ni tampoco dar sus primeros pasos

—Tienes otra oportunidad

—Igual que él. Tiene otra oportunidad para tener una buena vida, y esa vida no es conmigo. No tengo nada que ofrecerle

La porquería del mundo era lo que aterraba a Din. A lo largo de su carrera ha tenido que despedirse de amigos muy queridos a los cuales quiso como familia, ¿todo por qué? Bueno, por algún loco ambicioso y adicto al poder. Después de varias muertes se dio cuenta que tomarle cariño a los de su alrededor solo causaba su muerte. Todos a su alrededor morían, y no quería cargar con la muerte de su hijo.

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Cuando Grogu salió de la habitación, vió a su padre sentado en el sofá completamente dormido, y a Bo recostada en el regazo de su padre. En un acto inocente, tomó las cobijas de la habitación y las arrastró hasta la sala para cubrirlos y que no pasarán frío.

Cuando su mamá lo dejaba solo él solía valerse por sí mismo, así que fue a la cocina y se hizo un sándwich con una malteada de fresa, se sentó en silencio a desayunar esperando a que ellos despertarán. Su papá había pasado una noche difícil, lo había escuchado llorar, no quería despertarlo.

Bo fue abriendo poco a poco los ojos dándose cuenta de que había dormido sobre las piernas de Din, sintiendo un dolor punzante en el cuello. Volteó y vio a Grogu sentado en la barra desayunando. Se recostó nuevamente y dejó que su cuerpo despertara, se estiró un poco despertando a Din. Los años no habían pasado en vano, dormir en el sofá ya no era una opción.

—Buenos días— saludó Grogu llamando la atención de su padre. —Ya estoy listo para la escuela

—Qué bien. Eres muy responsable, felicidades— dice Din mientras Bo se pone de pie y amarra su cabello en una coleta para acercarse al niño.

—¿Te sientes mejor?— preguntó Grogu. Bo tomó el peine y comenzó a arreglarle el cabello junto con su uniforme.

—Si, mucho mejor. Hoy iré por ti a la escuela y pasaremos el día juntos, ¿qué quieres hacer?

Caminos Cruzados《DinBo AU》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora