Arlequín (KookV/GiMin/Yoonmin/Sope/Namjin)

V

—¿Por qué estás tan confiado de tí mismo? Ya te dije que dejes de confiarte, ya sabes lo que pasó la última vez.

GiYoon lo fulminó con la mirada, eso hacia que la cicatriz vertical de su ojo derecho le diera un aire malévolo, su cabello largo y oscuro como la noche se movía por el viento de las montañas, fumaba un cigarrillo, tranquilamente. Dongwook no sabía cómo es que podía ser su líder si era un desastre, pero confiaba demasiado en él. Más de lo que debería.

—Todo va a salir bien—dijo con mofa—. No volveré a cometer los mismos errores, eso puedo asegurarlo, nadie me va a detener y cuando tenga lo que tanto he buscado por años, podré lograr mi objetivo, estamos muy cerca.

—¿Por qué SeokJin? Sabes que jamás te dirá nada, jamás traicionara a su gente.

—¿Hiciste lo que te pedí? ¿Buscaste a los niños?

—No, les perdí el rastro, ¿Por qué quieres a esos muchachos? No tiene sentido.

—Entre ellos está el hijo de Jin, él hará todo lo que le pida, aún tiene un corazón amoroso, todos los animales lo tienen con sus crías ¿No? Hasta Jimin amaba a sus hijos.

—Jimin era diferente—tragó en seco—. Sabemos dónde está su secta ¿Por qué no atacamos y ya?

—Ellos podrían hacerle algo al cuerpo, con eso me tienen agarrado de los cojones, lo sabes bien.

—Ellos también quieren a Jimin, nunca harán algo para lastimarlo.

GiYoon mordió su lengua. —Podrían...

—No entiendo tus planes—dijo mirándolo fijamente—. Algo me dice que no quieres realmente encontrar a Jimin.

GiYoon le observó de forma gélida. —Entiende que todo tiene un tiempo, absolutamente todo, es como un juego de ajedrez, cada movimiento es crucial, al final ganaremos. Pero, tenemos órdenes que seguir.

—¿Ha hablado contigo?

—En sueños—dijo con una mueca.

DongWook le miró perplejo. —¿No has encontrado a Jimin ahí?

—No, la escencia de Jimin es débil, necesita algo que lo haga vivir. Necesita la sangre de mi hijo.

—Hijo de puta, por eso no sientes miedo de que JungKook este ahí ¿Verdad? ¡¿Qué planeas hacer con él?!

—Deja el sentimentalismo, nosotros no debemos sentir, sabes bien la razón de la existencia de JungKook, no porque lo hayas criado como hijo, significa que es tuyo. JungKook no es de nosotros, es un instrumento y jamás debió tener un hijo.

—Maldición—susurró contrariado.

—Las emociones, los sentimientos, esos, déjalos atrás, te lo advierto, si veo que mueves un músculo para ir en contra de las órdenes de mi señor, te voy a asesinar, no me importa quien seas.

DongWook le miró con una mueca, asintió, apretando con fuerza la barandilla que sostenía, miró la negrura de la noche, sabía cómo funciona a la mente trastornada de GiYoon, y que sus planes estaban calculados desde mucho antes, pero, una parte de él, la que estaba apegada al niño que cuido como suyo durante años, que no estaba de acuerdo con el destino que JungKook tenía que cumplir. Sin embargo ¿Qué podía hacer? Nada.

GiYoon dió otra calada al cigarrillo que mantenía en sus labios, antes de que todo explotará, escucharon el grito desgarrador que les helo la sangre. Miró a GiYoon quien abrió los ojos en demasía.

—Hoseok—dijo corriendo dentro.

DongWook le siguió, sin poder olvidar aquella extraña reacción en GiYoon, con la única persona que había mostrado más que simple malevolencia, fue con Jimin y ahora, Hoseok estaba despertando algo en él que era muy peligroso.