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Ambos bajaron del caballo y escalaron la roca derecha para observar lo que había dentro y poder formar un plan. Pudieron observar tres bokoblins azules saltando y y haciendo sus sonidos peculiares y raros.

—Si vamos directamente, lo más probable es que terminen con nosotros, son tres y nosotros solo dos.

—Calma, hagamos lo que hicimos con la panda de bokoblins que nos topamos en Picos Gemelos.

—Pero aquí no hay barriles rojos.

—Si sigue habiendo una explosión, sirve.

Sacó una bomba redonda y la tiró, haciendo que esta rodara hasta donde se encontraban los monstruos. Estos, con curiosidad, se acercaron a ver que era aquella bola brillante azul que apareció a su lado. Cuando los tres estaban lo suficientemente cerca, Link detonó la bomba y los tres cayeron por el pequeño precipicio que había a la derecha, dando así una victoria rotunda a los jóvenes.

—¿Ves? Y sin gastar armas.

—A veces me dan miedo tus pensamientos, Link.

—De nada.

El rubio sonrió con cierta burla y bajó para dirigirse al cofre que se había desbloqueado, mientras la de ojos rojos le seguía.

—Al final no hubieron materiales.

—Eso es lo de menos, lo importante es que estemos a salvo y recuperar las maracas de Obab.

Cuando abrieron el cofre, se encontraron con las mismas antes nombradas, así que el de ojos azules las puso en su cinturón y bajó del pequeño puesto de vigilancia en el que reposaba el cofre para luego dirigirse al caballo junto a su amiga. Cuando se montaron, se dirigieron hacia Obab y Link sacó los instrumentos y se los cedió a su respectivo dueño.

—¡Córcholis! ¡Pero si son mis maracas! Me invade un placentero gozo... Habéis sido muy amables. ¿Quizás podríais ayudarme un poquitín más? Veréis... Las semillitas que tenían dentro las maracas han desaparecido. Y sin ellas, el sonido ya no será el mismo. Si tuviese al menos una semilla de kolog, podría cantar, bailar y usar mis poderes en forma de agradecimiento. Con mis poderes podría, por ejemplo, ampliar vuestra alforja.

—¿Sabes por donde cayeron, más o menos?

—La verdad es que fueron las criaturas del bosque las que cogieron las semillas de kolog que había en las maracas... Salí tras ellas para recuperarlas, pero me topé con esos monstruillos y... bueno, ya sabéis el resto. Hum... Ese aroma inconfundible... ¡Huele a semilla de kolog! ¡Vosotros! Habéis encontrado alguna criatura del bosque, ¿no es así? Con que me des una semillita, podré ampliar vuestra alforja. Será mi forma de daros las gracias.

—¡Bueno, vale!

El joven respondió y sacó la semilla que estaba guardada en la piedra Sheikah y se la entregó a Obab, mientras Aku miraba a su compañero con una sonrisa por la repentina alegría con la que respondió.

—¡Cáscaras! ¡Qué alegría! Decidme entonces... ¿qué parte de la alforja queréis que expanda?

Ambos se miraron confusos, pues no tenían muy claro lo que querían ampliar.

—¿Quieres más armas o arcos?

—Arcos creo que sería lo mejor, pero...

—¿Pero?

—¿Tú que quieres ampliar?

—No, Aku, te estoy preguntando a ti, no te centres en mi opinión.

—Pero tú también deberías tener elección.

—Pero esta vez quiero que elijas tú. Sin rechistar.

𝙻𝚘𝚜𝚝 𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚖𝚎 (𝐿𝒾𝓃𝓀 𝓍 𝐿𝑒𝒸𝓉𝑜𝓇𝒶) [Botw] ᘛEᗪITᗩᑎᗪOᘚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora