-¿¡Quién mierdas te crees que
eres para levantarme la voz!?- dijo
Jimin mientras aventaba a Jungkook a
la cama. -Responde carajo-Soy Jungkook, para ti- se levanto de
la cama -Ni siquiera lo pienses.-¿De que hablas?-escupió al
borde de perder la paciencia en
cuanto a Jungkook -No pienso tocarte-Mas te vale, o correrás la misma
suerte que mi "marido'"- hizo
comillas con los dedos.Algo dentro de Jimin se encendió
cuando hablo de el supuesto
marido de Jungkook. Lo agarro del
cabello y lo hizo mirarlo a los ojos-¡No vuelvas a mencionarlo nunca
mas, me has oído!-gruño, con sus
labios peligrosamente cerca de los
del menor-¿Po-por qué?-gimió por el firme
agarre de Park en su cabello, se
tenso al tenerlo a centímetros de
su rostro. Con sus respiraciones
mezclándose y sus ojos fijamente
sobre los contrarios. -El maldito
iba marcarme, por eso lo mate-dijo con un susurro.Los ojos de Park bajaron al cuello
del menor, estaba libre de toda
marca. Era puro, ¡Pero teniéndolo
así de cerca su pureza no duraría
mas tiempo!-Nadie, mientras estés bajo mi
techo nadie te tocara, ni se acercara
a ti-gruño antes de besar la
mandíbula del menor.Jungkook jadeo mientras unas frías
manos paseaban por su espalda.
Y de pronto Jimin empezó a
destrozar el traje blanco que
lo vestía, antes de encender la
chimenea y tirarlo para luego verlo
arder.-N-ecesito ropa--dijo Jungkook
atrayendo la atención de Jimin,
que de inmediato recorrieron su
cuerpo.Desde los pies a la cabeza, ¿no
podía ser mas perfecto acaso?
Jimin se acerco a su cajón y
saco una camisa azul para luego
ponérsela al menor.--Mejor.. mucho mejor-
Jungkook no dijo nada mas, solo vio su
traje de novio arder en la chimenea.Jimin por su lado salio de la
habitación, cerrando la puerta con
llave y con una enorme erección en
los pantalones
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la obsesión de Park 𓍢 ִֶָ jikook
FanfictionCuando el imperio de los Jeon callo, Park tomo todo a su paso ,y Jungkook no fue la excepción. Jungkook termino siendo el juguete favorito de Jimin,lo que parecía solo diversión para Jimin término convirtiéndose en una obsesión. Nadie podía tocarle...