Cuando el imperio de los Jeon callo, Park tomo todo a su paso ,y Jungkook no fue la excepción.
Jungkook termino siendo el juguete favorito de Jimin,lo que parecía solo diversión para Jimin término convirtiéndose en una obsesión.
Nadie podía tocarle...
Un par de horas después Jungkook se quedo dormido en brazos de Jimin. Parecía un pequeño gatito hecho un bolita en medio de su pecho, sonrió de lado por lo estúpido que debía verse ahora mismo sonriendo como niño pequeño. De nuevo se debatió mentalmente, se supone que solo lo iba a tener con el un par de días y luego pensaría que hacer con el. Pero ahora estaba muy confundido no sabia que pasaba con el últimamente.
Jungkook por su lado se sentía bien estando a lado de Jimin, pero al mismo tiempo se negaba a aceptar que había algo mas detrás de todo eso. Se estaba enamorando, y Jimin estaba al borde de aceptarlo. El corazón siempre trataba de salirse de su pecho cuando lo veía, era un caso perdido y lo sabía.
-Concéntrate en el trabajo, no.. - suspiro Jimin sintiéndose derrotado porque su cabeza y el mismno era un caos, todo se le estaba saliendo de las manos y eso también lo sabia muy bien. De pronto sus manos sintieron la necesidad de acariciar la piel sedosa y pálida del menor.
La piel de Jungkook era muy cálida para sus palmas que siempre eran frías, de pronto las yemas de sus dedos tocaron lo que parecían ser cicatrices o por lo menos solo una.
Cuando vio las cicatrices blancas que apenas y eran visibles en la pálida piel de Jungkook quiso que volviera a matar al padre de Jungkook con sus propias manos. Jungkook se movió sin embargo no se despertó solo siguió buscando el calor de Jimin para dormir cómodamente por lo que quedaba del día.
¡A la mierda con todo! iba a conservar a Jungkook a su lado para que nadie más le hiciera daño. Teniéndolo bajo su techo iba a estar bien, y sobre todo ¡nadie además de el lo iba a poder tocar!.
Siguió acariciando la pálida espalda del menor encontrando pequeñas cicatrices que no era muy visibles, solo estaban ahí sobre la suave piel del castaño.
Nunca había tenido la necesidad de proteger a alguien, mucho menos de conservarla pero ahora eso es lo que quería.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
