CAPÍTULO ┌12┘

2.1K 210 0
                                    

Si bien últimamente Jimin
y Jungkook no podían estar en una
misma habitación porque había
demasiada tensión entre ambos,
ahora estaban hablando con
naturalidad.

Jungkook veía las fotografías de su
madre con un brillo único en los
ojos. Se veía feliz, era como una
estrella que brillaba en medio de la
obscuridad de Jimin

Jungkook por su lado no pregunto como
consiguió las fotografías, por que la
respuesta era mas obvia.

-Gracias... apenas recuerdo el
rostro de mi madre- dijo el menor
levantando la mirada, con sus ojos
Negros llenos de lágrimas retenidas.
-las busque durante años...

Jimin asintió, alejando los
pensamientos que atravesaban
su cabeza teniendo a Jungkook cerca
era un verdadero martirio porque
intentaba contener su lado animal
y no cometer una estupidez. (Que
valdría la pena)

-De nada... ¿tu cabeza esta bien?
- pregunto agarrando el mentón
del menor para que lo mirara. De
nuevo sus impulsos empezaban a
traicionarlo por lo apetitosos que se
veían los labios del menor.

-Jimin... - susurro el castaño
teniendo a el mayor a centimetros
de su rostro. Su respiración empezó
a ser irregular al igual que los
latidos de su corazón golpeando su
pecho -.e..espera-
Murmura cuando sus respiraciones
se mezclaban y sus labios apenas
se tocaban.

El autocontrol de Jimin se fue a
la basura y soltando las riendas de
sus mas bajas intenciones, probo
los labios del menor. Y sin dejarlo
reaccionar lo tomo de la nuca
para que sus labios no perdieran
contacto en ningún momento.

Moviendo sus labios de forma
brusca, movimientos que eran
demasiado rápidos para los torpes
movimientos de Jungkook. Que no
sabía como seguir el ritmo, nunca
había besado a nadie, tampoco
tenía experiencia con el sexo, o
por lo menos no que fuera por su
voluntad. Jungkook nervioso y sin saber
Como responder trato sin éxito
de alejar a Jimin de sus labios,
porque el firme agarre de Park
en su cabello le impedía alejarse.
Por lo que se dio por vencido y se
dejo llevar, pues el que único que
tendría el control sería Jimin.

Tomándolo de la cintura,
elevándolo del suelo donde Jungkook
estaba sentado sobre la alfombra,
para proceder a dejarlo sobre el frío
escritorio de madera. El lobo de el
menor se removió, aunque Jungkook  no
supo exactamente el porque. Se
sentía bien y mal al mismo tiempo.

Jungkook se aturdió.

Su vientre se contrajo, el calor de
Su cuerpo se extendió hasta la
punta de sus pies, mientras algunos
jadeos escapaban de sus labios
porque ya no era suficiente. En
tanto su olor se volvía más y más
intenso. Demasiado como para que
Jimin quisiera detenerse, era
demasiado.

la obsesión de Park 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora