Ollivander

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Narra Amelia

Último día de Hogwarts, ya recuerdo todo menos lo de los últimos días antes de mi golpe. Lily me ayudó a decirle a los chicos sobre el encuentro con Voldemort todos me apoyaron y James, Sirius y Remus me acompañarán al ministerio. Dumbledore me dijo que el ministro quería verme y así decidir si me dejaría hacer mi último año de Hogwarts antes del juicio.
Ahora estoy en el gran comedor con Remus.

Amelia: ¿Qué harás si me encierran este verano?
Remus: No lo harán
Amelia: Pero
Remus: No lo harán, estoy seguro, por algo quieren que vayas o si no le hubiesen dicho que no a Dumbledore
Amelia: Tienes razón
Remus: Siempre la tengo –sigue leyendo su libro–
Amelia: ¿Cuando conoceré a tus padres?
Remus: Antes de comenzar el otro año escolar, ahí te invitaré
Amelia: Después de mi cumpleaños
Remus: Si, por esas fechas
Amelia: Remus
Remus: Dime
Amelia: Tengo miedo –deja su libro y me mira–. No quiero ir a Azkaban
Remus: Si es necesario daré mi vida para que no vayas
Amelia: No seas ridículo
Remus: Bueno, no mi vida, pero todo lo posible –se para y se sienta a mí lado–. No quiero que una persona especial como tú se vaya para siempre de mi vida
Amelia: Yo no quiero irme de tu vida, menos así –apoyo mi cabeza en su hombro–. Sabes, a veces siento que no estamos seguros del todo
Remus: ¿A qué te refieres? –toma mi mano–
Amelia: No lo sé, te imaginas hay un mortifago aquí en Hogwarts
Remus: Si hay uno debe ser Lucius, pero el no es problema todos le hemos ganado en duelo
Amelia: Tienes razón, solo estoy siendo paranoica
Remus: Amelia
Amelia: Dime
Remus: Se mi novia
Amelia: ¿Qué?
Remus: Así te presento como corresponde a mis padres
Amelia: Entonces soy tu novia, así me puedes presentar bien –nos besamos–
Remus: Bien entonces ¿conoces escocia?
Amelia: No mucho
Remus: Te gustará
Amelia: Apuesto a que si
–llega James, Sirius y Dumbledore–
Dumbledore: Amelia, tus padres nos esperarán en el ministerio
Amelia: Bien, entonces supongo que nos vamos
James: Te veremos allá, McGonagall nos ayudará a llegar a mi casa y luego mi madre nos llevará al ministerio
Amelia: Bien, los veo luego
Remus: Estarás bien
Amelia: Lo sé, confío en eso –le sonrío–

Camino con Dumbledore hacia su oficina pero una vez estamos solos en un pasillo se detiene y me extiende su brazo.

Dumbledore: Toma mi brazo
Amelia: ¿Para qué?
Dumbledore: Sólo hazlo

Apenas toco su brazo nos aparecemos en el callejón diagon. El comienza a caminar rápido y yo sin preguntar lo sigo hasta Ollivander's.

Amelia: Pensé que nadie se podía aparecer en territorios de Hogwarts... ¿Qué hacemos aquí profesor?
Dumbledore: Silencio –entra y lo sigo–. Ollivander! Garrick!
Ollivander: Dumbledore! ¿Qué lo trae por aquí?
Dumbledore: Voy a necesitar mi varita antigua y que me ayudes a que la varita de saúco le pertenezca a Amelia
Amelia: ¿Varita de saúco? no, señor, no la quiero
Dumbledore: La uses o no, que responda a ti es lo más seguro
Ollivander: Entonces esta es la chica de la profecía
Dumbledore: Ayúdanos a mantener la seguridad, Garrick, sabes que Tom se hace cada vez más fuerte
Ollivander: Cada vez hay más mortifagos rondando por todas partes y son chicos jóvenes –se va por un pasillo–
Dumbledore: Se me hace imposible controlar a todos mis alumnos, confío en la educación que le hemos brindado, espero sepan elegir lado correctamente
Ollivader: Me imagino, Albus –le entrega una varita vieja–. Ahora para que la varita responda a la señorita Brown... vaya! si yo pensé que la varita que te di antes de tu primer año era poderosa, esta lo es mucho más, niña
Amelia: Señor Ollivander, no quiero hacerlo
Dumbledore: No la escuches, Garrick
Ollivander: Sólo tiene que desarmar a la persona a la que la varita responde ahora
Dumbledore: Bien! pero tu no dirás eso cuando cualquier persona pregunte, tu dirás que la debe matar
Amelia: Pero si Voldemort pregunta me va a querer matar!
Dumbledore: No lo hará, te necesita para su plan, además no sabrá que la varita responde a ti porque la seguiré usando yo a pesar que no me responda al máximo
Amelia: Entonces lo matará a usted
Dumbledore: ¿Y qué importa? solo soy un viejo amargado

Después de una larga discusión, utilicé el hechizo expelliarmus y desarmé a Dumbledore, quedando con la varita de saúco en la mano, una vez la toqué una luz dorada, mucho más fuerte que la de mi primera varita, lleno la habitación. Dumbledore sonrío, me quitó la varita de las manos y me extendió el brazo de nuevo.

Amelia: Adiós, señor Ollivander

𝘼𝙢𝙖𝙧~ ʀᴇᴍᴜꜱ ᴊ. ʟᴜᴘɪɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora