Halloween

34 2 0
                                    

Narra Amelia

Era de noche, estaba con Remus desnudos en su cama abrazados, el tenía su torso a la vista y podía ver sus cicatrices, algunas casi sanadas por completo y otras muy rojas de la luna llena anterior. Le miré el rostro y sus ojos verdes reflejaban la luna menguante que se podía ver desde su ventana. A veces me gustaría poder ayudarlo y quitarle ese dolor que tiene en su alma.
Mientras con mis dedos tocaba sus cicatrices le pregunto:

Amelia: Remus ¿Qué hora es?
Remus: –revisa su reloj– Ya son las dos de la madrugada
Amelia: Ya es halloween, adoro halloween
Remus: Es triste, es para recordar a los muertos
Amelia: Exactamente, me parece hermoso que exista una fecha en donde todos piensan en ellos mientras decoran calabazas y comen dulces, además el pie de calabaza que sirven acá es muy bueno
Remus: No debería ser una celebración
Amelia: Dices eso y celebras igualmente, algún día todos moriremos y a mi si me gustaría que celebren cuando piensen en mi
Remus: No sé si celebrar es la palabra pero si que nos recuerden con alegría y nostalgia
Amelia: Ese es el punto, tendrás que decirles a todos eso, ya que planeo ser la primera en irme ya que yo no podría soportar perderlos,  menos a ti
Remus: Yo tampoco podría soportar perderte
Amelia: Pero yo moriré primero, lo sé
Remus: Estas loca, no pienses en eso
Amelia: Loca si estoy, pero será verdad, pero antes tendré una vida claro
Remus: Conmigo supongo
Amelia: Claro que si, viviremos en Inglaterra, en algún pueblo
Remus: Me parece genial
Amelia: Aunque mi sueño sería ser profesora de Hogwarts
Remus: ¿Me abandonarás 10 meses?
Amelia: Tu podrías ser profesor también, podrías enseñar defensa contra las artes oscuras y yo podría enseñar hechizos o aritmacia
Remus: Tu eres mejor en defensa contra las artes oscuras
Amelia: Si, pero entonces que enseñarías tu ¿adivinación? –ambos reímos–
Remus: Amy, sabes que no puedo ser profesor con mi asunto
Amelia: ¿De qué hablas?
Remus: Nadie querría a un híbrido como profesor de su hijo
Amelia: No hables estupideces quieres, ya están haciendo una poción, no habría peligro!

Narra Remus

Amelia ha estado molesta conmigo desde que dije que no podría ser profesor, hasta me dijo que me victimizo demasiado y que debo luchar por lo que quiero. Son cerca de las cuatro de la tarde y ella disfruta de las decoraciones del gran comedor con McGonagall mientras beben café junto a un pedazo de pie de calabaza.

James: ¿Están peleados o qué? –me pregunta en nuestra mesa alejados de ellas–
Remus: Algo así, pero ella tiene razón
Sirius: Deberías decirlo, ella no te hablará
James: Ella sabe que tiene razón
Remus: Es complicado
James: Dicelo de todas formas
Sirius: No le arruines halloween, ella lo ama
Remus: Lo sé ¿sabían que se quiere morir primero?
James: Nos ama demasiado para vernos morir
Remus: No podría dejar que eso pase
James: Y no será así pero deja que se quede tranquila con esa idea
Sirius: Moony, McGonagall se fue ve a hablar con ella
Remus: Denme suerte
–me senté donde anteriormente se encontraba nuestra profesora–
Remus: Hola
–silencio–
Remus: ¿Está bueno el pie?
Amelia: Si
Remus: ¿Me das?
–lentamente me mira con su mirada con heterocromia, que era un poco intimidante–
Remus: Amy, no podemos hacer esto! Es nuestra primera pelea y es por algo estúpido, nosotros no somos así... estúpidos
Amelia: Dime que serás profesor, yo sé que eso es lo que deseas
Remus: Amy...
Amelia: Remus...
Remus: Bien! Intentaré ser profesor
Amelia: No, vas a ser profesor, con determinación
Remus: Voy a ser profesor de Hogwarts
Amelia: Gracias
Remus: ¿Ahora me darás pie?
Amelia: No –come un bocado y me mira de manera tierna–
Remus: Te amo

𝘼𝙢𝙖𝙧~ ʀᴇᴍᴜꜱ ᴊ. ʟᴜᴘɪɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora