Reencuentros inesperados

74 9 6
                                    

Frecuentemente Guillermo tenía momentos de debilidad y para no preocupar a Lionel, solía a salir a caminar o pasaba más tiempo en el gimnasio con su mejor amigo. Aparentaba estar normal y seguro, queriendo borrar en su rostro y actitud cualquier atisbo de dolor, sentimiento de fracaso o tristeza. Además, aquellas malditas noticias no ayudaban en nada, por más que quería guardar compostura a menudo fluctúa su estado de ánimo sintiéndose de nuevo como al inicio.

Destruido y acabado ¿Cómo podría salir de ese abismo? ¿Cómo podría ser feliz con Lionel si aún pensaba en Andrés? Pinché sentimiento todo culero — expresó con enojo mientras cruzaba los brazos.

— Vos sabes que mentando madres... no solucionara nada — dijo Sergio mientras soltaba un largo suspiro. — Debes poner de tu parte, solo te afliges y te encierras en tu mundo ¿Has al menos intentado hablarlo con Lionel? Digo, me has comentado que esta calmado y que su condición mejoró mucho tras acudir con un psiquiatra... ¿Por qué no intentas hacer actividades con él? No sé, retomar cosas que hacían juntos o nuevas —

— Bueno... vamos al gimnasio juntos, te debo confesar que es divertido ¿Sabes? Lo acompaño por sus medicamentos y no sé, creo que hemos vuelto a tener esa confianza —

— ¿Sigue teniendo dependencia? Era un tema que te llega a estresar, no podías irte sin que su mente se hiciera mil escenarios —

— Un poco, no se agita como siempre, pero puedo notar su ansiedad en sus manos... aunque se esfuerza por darme mi tiempo, inclusive encontró un pasatiempo y creo que le ha ayudado. Se ha vuelto adicto a coleccionar tazas —

— Es un comportamiento hasta cierto punto normal, es un pasatiempo sano... demuestra que es muy ordenado y cuidadoso, con un punto de obsesión, constante tiempo, y a quién le gusta compartir y disfrutar —

— Mmm... no es adictivo entonces, compra tazas diferentes, pero tampoco se desvive por ellas, aunque eso explica porque se enoja cuando cocino y dejo todo sucio, se altera un poco al grado de ignorarme durante un rato para ponerse a limpiar, no almuerza hasta dejar todo limpio... —

La sesión fue más informativa, obteniendo pequeños datos de como poder convivir con los leves rasgos de TOC que presentaba Lionel, no afectaban su vida en general pero no sabía cómo manejarlo sumando el hecho que tenía tarea que aplicar en si mismo para poder sobrellevar el dolor de su corazón.

.

.

.

Lionel estaba con Saúl entrenando boxeo, buscaba como exponer su estrés sin la necesidad de pelear o algo negativo, suficiente había tenido y aunque el pelirrojo al principio se había tornado un poco distante pero gracias a su amigo Javier es que pudieron retomar aquellas clases. Su cuerpo retomaba su forma, sus brazos volviéndose un poco más formados pero la rutina de piernas era su favorita así que recupero su cintura, aunque recuerda cuando Guillermo lo abrazo suavemente para colocar su rostro en sus hombros — No estas gordo pulga, ya te lo dije... te sigues viendo hermoso ¿Sí? Ignora esos comentarios... pero si quieres, podemos ir al gimnasio juntos — le sugirió una tarde su esposo mientras se miraba al espejo con una expresión de tristeza. No pudo evitar sonrojarse cuando le dio un beso en la mejilla provocándolo cosquillas, así que hora compartían el deporte juntos.

Guillermo por su parte había aceptado por fin que estaba enamorado de Andrés y así que después de aceptarlo, aunque fuera muy difícil evitaba cualquier noticia sobre él. Podría ver el título de la noticia o nota, pero prefería desviarse en otras cosas como ver algunos vídeos de terror en Youtube o ponerse al fin al corriente en sus libros favoritos de Sherlock Holmes, no se iban a leer por sí solo. Tenía que fortalecer su frágil estado de ánimo y recuperarse por sí mismo. Lionel lo apoyaba en muchas cosas desde consolarlo cuando lloraba o darle su espacio e inclusive estaba aprendiendo a cocinar para Mateo y él. — Se esta esforzando... por ti Pulguita, por ti pulguita... seré fuerte — se dijo así mismo una tarde mientras miraba como jugaba con mateo en el parque.

Amor después del mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora