En otra vida, fuiste el mejor portero de mundo

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El aeropuerto a estas alturas estaba al tope de extranjeros que llegaban de todas partes del mundo y ni hablar de los noticieros internacionales que veían a cubrir por completo el mundial de este año y para cierto personaje, no le era nada grato ver aquellas largas filas para poder salir a tomar un taxi e irse al hotel para poder descansar. Cruzar el charco del mundo para este momento, valía muchísimo a su gran carrera de reportero, aunque jamás pensó terminar en este ámbito, pero quería hacer cambios en su vida de forma radical así que gracias a sus amigos prefirió tomar otro rumbo.

Los pocos que se quedaron juntos a él y estuvieron en aquel proceso.

Aunque estar en México le traía a su mente a cierto mexicano y eso le daba algo de gracia, a estas alturas debía estar disfrutando de la vida, aunque bueno, tal vez podría aprovechar su estancia para ver a su amigo Francisco Magaña que le había prometido una premisa especial y de paso, presentarle a su retoño. — Debo confesar que ese dato querido, me ha tomado por sorpresa — Le dijo a su mejor amigo y camarógrafo que solo reía divertido. Después de unos largos minutos de espera al fin estaban de camino al hotel, un buen baño y podrían salir a cenar con Francisco para ponerse al día y de paso agendar una entrevista con él; prefirió vestirse de forma casual y salieron rumbo al restaurante donde se encontrarían hasta que después de buscarlo con la mirada Francisco se acercó a ellos para ir a la mesa y la plática empezó.

— Jamás imaginé que tendrías cachorros, cuando me lo confesaste en España... joder, ni siquiera supe como reaccionar —

— Bueno... te seré sincero, tampoco yo. Una larga historia que no vendrá en nuestra entrevista, por privacidad del papá y el padre. Si cariño, el niño tiene dos papás. — Suelta un largo suspiro mientras hace una leve mueca ante ello y ambos extranjeros solo lo miraban en silencio.

— Cambiemos de tema, mejor hablemos de otras cosas. Quiero ver tu sonrisa, no tu molestia — y aquellas palabras solo provocaron que Francisco empezara a reír un poco y sus mejillas se tornaran rojas. — Hablemos de tu cachorrito y tu aventura como padre —

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Al día siguiente Guillermo se levantó con toda la pereza del mundo y Lionel solo buscaba su ropa para poder darse un baño, había dormido toda la noche sin interrupciones. El pequeño Mateo había pasado la noche con Francisco y hoy conocería a sus abuelos — Que bizarro... Mateo hoy conoce a sus abuelos de Francisco. Jamás en mi pinché vida lo imaginé jajaja — Messi solo cubrió su rostro con la toalla mientras reía al ver los ojitos todavía adormilado de rizado y se fue encerrar al baño.

Ahora estaba Guillermo Ochoa con sus pensamientos nada más y no pudo evitar sonreír al pensar en donde estaba, jamás en su vida creyó estar codeándose con jugadores reconocidos ¿Cómo es que no siguió su camino para ser portero? Estuviera en aquel mundial, oh sí, salir de casa desde una edad temprana y trabajar para costearse sus estudios le dieron el giro a su vida, pero no se arrepentía de nada... Aquello lo hizo madurar y conocer grandes personas que iba atesorar por siempre. Nada que una ducha lo terminará de despertar, ya tenían agenda para hoy, sería participes del entrenamiento con los españoles y de paso, sería sus guías de turistas para conocer este bonito estado — Pero el pinché tráfico que tiene, es lo que me estresa... — dijo como queja mientras Lionel se veía en el espejo para acomodar sus cabellos oscuros, Guillermo no pudo evitar mirarle un momento.

Se veía más atractivo cuando vestía de negro así que sin decirle nada, busco combinar ropa con la de él y su típica gorra para esconder sus escasos rizos, aunque la verdad tenía pereza de peinarse como debería. Salieron a las ocho de la mañana del hotel para dirigirse al Estadio Azteca donde se encontrarían con Pablo Gavira en la entrada para que les brindaran entrada sin ningún inconveniente. — Tal vez en estos días, podamos escaparnos a Coyoacán es bien bonito — Dijo de la nada el rizado mientras miraba a su esposo y le daba un beso en una de sus manos. — Tener algún tiempo solo para nosotros antes de regresar, tenemos un mes para salir a una cita — Lionel solo llevó su mano libre a su camisa para apretarlo por los nervios sin borrar el color carmín de sus mejillas ante ello.

Amor después del mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora