Capítulo 16: Malas Notícias

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Ya han terminado las clases, Valerie se ha ido dos semanas a pasar las vacaciones a Boston. Domenico y yo hemos estado quedando todas las tardes, pero siempre en su casa o en la mía. Como hace buen tiempo, hemos decidido ir a la piscina de Domenico y por la noche iremos a cenar a un restaurante él y yo solos.

Como hace tiempo que no tenemos una cita, he decidido arreglarme, como siempre, Giulia me ha ayudado a elegir vestimenta, maquillaje y peinado. Hemos optado por un vestido rojo ajustado y con una abertura en la pierna, de zapatos mi madrastra me ha dejado unos tacones negros y el peinado ha sido algo sencillo, me he hecho una media coleta y me he ondulado el pelo.

Sobre las ocho, Domenico me ha avisado de que ya viene a por mí, ha llamado al timbre y le ha recibido Giulia.

—Pasa Domenico, Bianca está acabando de arreglarse, espérala en su habitación.

—Vale, ¿sabes cuánto le queda? (Dice algo impaciente).

—No te preocupes, ya acaba.

Giulia ha entrado al baño gritando que Domenico ya está aquí y me está esperando en mi habitación.

—Me pongo los zapatos y ya salgo.

—¿Necesitas ayuda?

—No tranquila, ve a mi habitación y espera con Domenico.

Me termino de poner los zapatos y me doy los últimos retoques y voy a mi habitación donde me esperan Giulia y Domenico. Cuando entro a la habitación, los dos ponen cara de sorpresa, Domenico se levanta de la cama, se acerca a mí y me coge las manos.

—Estás preciosa. (Dice mientras me da una vuelta para poder verme completa).

—De verdad que lo estás. (Dice Giulia emocionada).

—Gracias, tú también lo estás.

Mientras hablamos, le ha sonado el móvil a Domenico, es su padre, le ha dicho que salgamos que ya está fuera esperándonos. Nos hemos despedido primero de Giulia y después, cuando hemos bajado, de mi padre y madrastra. Al salir, el padre nos ha hecho un gesto con la mano para que nos subamos al coche.

—Guau chicos, que guapos estáis.

—Muchas gracias. (Digo tímidamente).

—Bueno, ¿dónde os llevo?

—Al Da Vittorio por favor.

—Perfecto.

Una vez en el restaurante, nos han dado una mesa en la terraza. El sitio es precioso, no había venido nunca. Nos hemos divertido mucho durante toda la cena, hacía tiempo que no teníamos una cita y qué mejor ocasión que hoy, que hacemos medio año. Después de haber pagado, hemos aprovechado y hemos dado una vuelta por la ciudad hasta llegar a un parque dónde estaban haciendo un espectáculo de fuegos artificiales y nos hemos sentado a verlo.

—Me encanta ver los fuegos artificiales. (Le digo a Domenico sin apartar la mirada del cielo).

—A mí también y más si es contigo.

Nos miramos y se acerca más a mí, con su mano acerca mi cara a la suya y nos besamos. Pero no ha durado mucho, ya que justo le ha llamado su padre que ya venía a por nosotros. Cuando ya estamos subidos al coche y de camino a casa, su padre me pregunta.

— Oye Bianca, ¿por qué no te quedas a dormir a casa?

—Me encantaría, pero no sé si mi padre me va a dar permiso.

—No te preocupes, ahora vamos y hablamos con él.

—Vale, gracias.

Me hace mucha ilusión dormir por primera vez con Domenico, el único problema es que no sé si mi padre me va a dejar. Le voy a decir a Giulia que me ayude, así será más fácil.

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