𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈𝐈

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Nota: Se va a actualizar el capítulo dos pero nada más para arreglar una falta ortográfica y el ultimo meme que está mal planteado, así que ignoren la notificación <3

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈𝐈: 𝐌𝐚́𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚𝐬 𝐲 𝐕𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬

La habitación se sentía pesada gracias a las feromonas liberadas de parte de del jefe de Mercedes

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La habitación se sentía pesada gracias a las feromonas liberadas de parte de del jefe de Mercedes. Hacía 45 minutos que llegaron al hotel de la manera más discreta posible; la imagen de Wolff, Mick y Susie llevando a un desmayado Checo por la parte trasera del hotel, lucia perfectamente como un homicidio de primer grado.

- Sigue dando círculos así y te voy a dar una buena paliza, estás asustando a Mick.- La voz de su ex esposa se escuchó, saliendo de sus pensamientos, miró hacia su dirección, encontrando a la alfa acariciando el cabello de un asustado Mick, quien aún se sentía nervioso por los efectos de la voz de alfa de Toto.

- ¿Cómo quieres que esté tranquilo? Tenemos a un Redbull en la cama a medio morir, me acabo de enterar que un beta le vio la cara de imbecil a la FIA por años y nuestro primer piloto fue quien se encargó de ayudar en ello.- Siseó exasperado, pasando su mano por su cabello, despeinando este en el proceso.

- Toto, ni siquiera deberías preocuparte por el hecho de que Chequito sea un beta, te recuerdo que es un RedBull.- Habló la rubia, mirando hacia donde un dormido castaño respiraba tranquilo.- Si esa gente se entera, van a destruirlo hasta matarlo.

Toto paró sus pasos para analizar las palabras de Susie. Si en Brasil, con un Checo justamente molesto lo mantuvieron bajo amenaza, no dudaba que aquel idiota de Horner le haría caso a Helmut y ambos Verstappen para hacer añicos la carrera de Sergio.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver a un alterado alfa de piel morena, quien venía a la par de un Russel tranquilo, saludando a los demás como si no acabaran de enterarse sus jefes que Checo es un beta.

- ¿Donde está?- Bramó Lewis, entrando a la habitación.

- Cama, dormido.- Murmuró Mick señalando las puertas francesas entreabiertas. Lewis ignoró el llamado de atención de Toto y corrió hacia donde estaba el mexicano.

Se sentó en la orilla de la cama, tomando suavemente el rostro del beta con sumo cuidado, como si el castaño fuera a desvanecerse si lo moviera de más. Acaricio las mejillas de este, rozando su pulgar ocasionalmente con los labios rosados del mexicano, sin quitar su mirada preocupada al notar como su característico rubor, que combinaba con su piel brillante, no deslumbraban como de costumbre.

- ¿Cómo están? ¿cómo va la vida?- George preguntó, mientras tomaba asiento con tranquilidad.

- ¿En serio me estás haciendo esa pregunta?- Habló Toto, queriendo ahorcar al británico ante su desbordante aura tranquila.

𝐈𝐧𝐬𝐭𝐢𝐧𝐭𝐨𝐬, 𝑏𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑦 𝐬𝐮𝐬𝐩𝐢𝐫𝐨𝐬: 𝐴𝑟𝑜𝑚𝑎 𝑎 𝑐𝑎𝑓𝑒́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora