Checo al ser un beta común y corriente, tenia cancha abierta para manipular todo a su favor y parecer un alfa imponente ante la FIA y el ojo público, todo iba de acuerdo al plan, sabía que estrategias usar dentro y fuera de la pista...
Hasta que su...
Nota: Ignoren la notificación que les salgan para los capítulos anteriores, solo pasaré a corregir faltas de ortografía que note ahí, sin más que decir, disfruten el capítulo qué hay mambo.
𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨𝐕: 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Max, ¿has estado con un omega últimamente?— La pregunta de su doctor fue repentina, el mencionado dejó de darle la atención a su hija, quien estaba en sus piernas con los ojos adormecidos por el medicamento suministrado en su sistema.
— No, ¿pasa algo por ello?— El beta de bata blanca se quitó sus anteojos, suspirando un poco.
— Max, esto es algo bastante importante de saber, ya que el lobo de tu pequeña se enlazo con un omega.— Max sintió su saliva atorarse y su piel sufrió un escalofrío.— La razón es sencilla, ella detectó que tu alfa ya reconoció a un omega.
— Eso ni de joda puede ser posible.— Habló rápidamente, negando con la cabeza.— No he estado con ningún omega desde que adopte a Amalia y los omegas que la rodean, están enlazados o son amigos directos, no me he vinculado en ningún sentido con un omega.
El alfa miró a su pequeña, quien tenía su cabeza adormilada en su pecho, deseando irse a casa. Max cerró los ojos, mientras colocaba sus dedos en el puente de su nariz, repasando a todas sus amistades que poseían esa casta que tuvieran una posibilidad de haberse vinculada con la bebé; Max se maldecía en distintos idiomas al enterarse de tan estupido evento.
— Se que es repentino y bastante difícil de digerir...
— Vaya, ¿en serio?— Respondió con evidente sarcasmo, abriendo un momento su ojos.
— Max, la razón por la cual te digo esto es bastante seria.— Espetó con un semblante preocupante.— Amalia al enlazarse con un omega, el o ella será pilar para la salud de tu hija y la tuya.— Explicó, poniéndose de pie, acercándose un poco al alfa para tomar asiento en la orilla de su escritorio.— Amalia sigue siendo una cachorra pequeña, aún necesita leche, pero no cualquiera, la que él omega la provee.
—¿Por eso no quiere comer la fórmula usual?
— Exacto, su lobo está exigiendo a su madre, no puedo suministrarle medicamento para que coma o dañaré su salud, tampoco puedes llevarla con los omegas de confianza, ella inmediatamente rechazará a cualquiera que no sea tu omega.— Comentó, poniendo sus manos en una posición de rezo.— Max, lamentablemente esto no es lo peor.
—¿Qué demonios puede ser peor? Mi hija está muriéndose de hambre porque busca a un omega que claramente no tengo ni puta idea de quién es, yo no...— Bramó Max, su lobo asustado ante la idea de perder a su niña.— Yo no...
