Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T2)

Descubrimientos Impresionantes

SKY

Ah, ¡me encanta la fiesta! Absolutamente todo, desde los preparativos hasta revivirla a través de fotos al día siguiente.

Me ricé el pelo rubio para que rebotara sin esfuerzo. También estrené un nuevo par de zapatos. Los tacones eran mis amigos desde que era tan bajita.

Y ahora Harper, Zara y yo estábamos junto al bar improvisado: una fila de taburetes frente a una larga mesa de comedor. La mesa estaba repleta de buen licor, todas ellas de alta gama.

También teníamos muchas mezclas, y también cerveza y vino. Era barra libre, en el sentido de que podías acercarte y prepara el cóctel que quisieras.

Era una escena bastante diferente en comparación con nuestras típicas peleas en el salón de baile. Más suelto, más jovial.

Me preparé una margarita fuerte. Fuerte, porque no sabía realmente qué medida de alcohol llevaba una margarita.

Lo único que faltaba era uno de esos pequeños paraguas de cóctel.

Ya sintiendo el tequila en mi cuerpo. Estaba observando a la gente felizmente. Los chicos y chicas de las otras manadas se mezclaban, disfrutando de la musica en directo.

Todo tan atractivo. Todos tan brillantes, fascinantes y únicos.

Cada persona del planeta es totalmente única, pensé.

Me encantó eso.

—¿No es genial que aún no tengamos compañeros? —pregunté a las chicas.

Me devolvieron la mirada, con las cejas alzadas. Zara se sentó a mi lado con un baso de vino tinto. Harper se apoyó en la barra sorbiendo algo con whisky.

—Nos permite descubrir lo que nos gusta y lo que no. Podemos tener citas y explorar las posibilidades, siempre preguntándonos quién podría ser realmente el elegido. Es muy emocionante.

Siempre me he preguntado: cuando conociste al elegido, ¿lo supiste sin ninguna duda? O, ¿una situación de amistad que poco a poco, con el tiempo, se convirtió en algo más allá?

Había escuchado historias de ambos lados.

¿Cuál sería la historia de mi compañero?

¿Romántico o platónico? ¿Incendio lento o fuegos artificiales instantáneos?

—Tengo que ser sincera. Se me antoja un chico malo —dije, dando un sorbo a mi bebida.

—Oh Dios, aquí vamos —Harper resopló.

Ignorándola, seguí desplegando mi fantasía.

—Alguien a quien tenga que mantener en raya, pero que me proteja y vigile, ¿sabes? No de una manera machista y anticuada. No le haría la cena y hornearía galletas a cambio. Lo haríamos juntos.

—¿Así que quieres un imbécil melancólico al que tengas que arrastrar a la cocina? —dijo Harper, todavía claramente poco impresionada—. Suena romántico.

—Para. No. No es un idiota. Sólo un tipo duro. Y quizás, en cierto modo, algo... Prohibido —solté una risita, mirando mi vaso. La mezcla chapoteaba en un remolino.

Claro, sonaba estúpido. Pero el corazón quiere lo que quiere, ¿no?

Levanté la vista para evaluar a mi público. Zara también parecía decepcionada e indiferente, pero a diferencia de Harper, mantenía los labios sellados.