Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T2)

Reuniones extrañas

JODIE

Dame la fuerza.

Para guiarla en este nuevo viaje, oh Matheius, e impartir los poderes que tan prudentemente me has mostrado.

Que tú y tu poderosa hueste de espíritus lupinos me otorguen esa sabiduría, para que pueda mostrar a mi propia carne y sangre cómo explotar su poder interior, para que, juntas, podamos usarlo para glorificarte. Para glorificar a Vulpes.

¡Da mihi potestatum! ¡Da mihi potestatum! ¡Da mi...

—Disculpe, Alfa Jodie.

Mi confección celestial con los dioses de Vulpes se rompió cuando mi torpe Beta irrumpió impertinente mente en mi habitación.

—¡Demonios, Carl! ¿Qué demonios quieres? —grité.

—Siento interrumpir, Alfa, pero tres espías de Sombra de Luna han sido capturados en las instalaciones. Quería hacértelo saber inmediatamente...

—¿Espías?

¡Maldición!

Siempre supe que podría alejar a Mariana de su manada, pero no había previsto que su manada vendría a nosotros.

—Muy bien. Me ocuparé del destino de esos infiltrados. Traelos a mi corte para ser juzgados.

—Sí, mi Alfa —Carl chasqueó los talones e hizo un giro hacia la puerta.

—Y Beta —le grité—, convoca a mi sobrina y a su compañero para que se reúnan conmigo enseguida.

—Sí, Alfa —dijo Carl mientras salía de la habitación.

Tal vez haya una manera de utilizar esto como una oportunidad de aprendizaje.

Para demostrar a mi impresionable sobrina quién soy realmente.

Y para mostrarle cómo Vulpes atiende a los huéspedes no invitados.

SKY

—¡Sigan caminando! ¡Y mantenganse calladas!

Un grupo de guardias de hombros anchos nos escoltó a Harper, Zara y a mí por una escalera sinuosa y escarpada a un pasillo poco iluminado.

Los guardias nos hicieron una mueca, claramente tratando de intimidarnos.

Pero mis amigas y yo estábamos completamente preparadas.

Todo iba según lo previsto.

Después de abrirnos paso sigilosamente a través de la vasta red de cuevas que componían la extensa fortaleza de los canallas, no habíamos hecho ningún progreso para descubrir el paradero de Kook o Mari.