—¿Estás mejor?
—¿Tú qué crees? —bufé molesta—no sé cómo he llegado hasta aquí, lo último que recuerdo es a Lizzy golpeándote en la cabeza, luego todo es borroso. —solté una risa nerviosa—seguro todo esto es una broma de su parte que se salió un poco de control. —me quede en silencio pensando, mientras sentía su mirada—me es complicado procesar tal información,—me excuse pobremente.
Mi mente ya lo había aceptado, pero mi rebelde corazón me era una molestia.
—¡Entiendelo de una puta vez! ¡Lizzy nos secuestro, te drogo y quién sabe que otras cosas tiene en mente! Acepta que no está bien de la cabeza y que está situación es delicada, cualquier paso en falso puede terminar muy mal.
¿Por qué siempre este hombre de seguro poca inteligencia es el que me hace entrar en razón y salir de mi terquedad?
Resoplando ruidosamente cuán niña pequeña, después de lo que me pareció una eternidad me rendí.
—Tienes razón en todo. —sentí mis mejillas calentarse por la vergüenza y acomode los espejuelos que me dio Lizzy. —Aunque no te des todo el mérito, aún nos falta descubrir como salir de aquí.
—He estado pensando en una idea mientras estabas inconsciente.
—Pues, dilo ya que de tiempo carecemos.
—Cálmate, impaciente. —miró a los lados con evidente paranoia—Escucha con atención, lo que tenemos que hacer para salir de aquí es...
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Escuché el característico sonido de pasos acercándose.
—¡Buenos días mis amados! —saludó carismática y de buen humor —les he preparado un desayuno especial solo para ustedes que son mis amores.
Dejó una bandeja en el suelo y de ésta tomó un plato que contenía huevo revuelto y trozos de tocino, la puso a mi alcance mientras que repartía una misma porción a Tegan y se la buscaba dar con la cuchara.
Tegan se resistió moviendo la cabeza a un lado con la boca cerrada, sus ojos conectaron con los míos y sin necesidad de hablar entendió mi mirada (una muy amenazante por cierto), acepto comer de la cuchara. Más yo tampoco tenía apetito pero aún así tomé el plato e intenté comer todo lo que pudiera.
Un cuerpo alimentado valía oro en esta situación, aunque no lo quisiera era necesario.
—Umjm.. ¡rico, rico! —murmuró Lizzy con entusiasmo. Poco después acabamos el contenido—eso estuvo delicioso ¿no es así? Bueno, no importa le buscaré agua, ¡ya regreso!.
Se alejó con la bandeja en la mano.
Mire a Tegan.
—Es ahora o nunca, fastidiosa. No arruines nuestra única oportunidad.
—Eso lo sé, enano idiota.
Lizzy llego con una nueva bandeja, éste traía diferente contenido; una jarra de agua.
—¿Podrías...? —dejé la pregunta en el aire. Con un "sí, por supuesto" me dio a beber.
Rato después de escucharla hablar, vi la oportunidad perfecta.
—Lizzy —exclamé su nombre para llamar su atención.
—¿Si, cariño?.
—Necesito...—la miré apenada —necesito ir al baño.
—¡Cierto! Había olvidado que ustedes también lo utilizaban.
Veo el momento exacto dónde Tegan abrió la boca para seguro soltar uno de sus comentarios mal intencionados que la harían enojar. Así que antes de poder siquiera pensar...
—¡No aguanto Lizzy! ¡no podré! — solté entre un chillido con desespero moviéndome inquieta.
Se apresuró rápido a sacar una llave de sus bolsillos y se hincó de rodillas y yo seguía con mi drama sobreactuado.
Vi a Tegan aguantando una sonrisa, ¡d-desgraciado! Estaba dispuesta a reclamarlo, que bueno que Lizzy me arrastró a un baño en el primer piso.
Estaba revisando los cajones con desespero silencioso, por desgracia nada de lo que había ahí me era de utilidad ¡no puede ser!. Después de bajar la cadena con resignación abrí la puerta encontrandola arrecostada de la pared al frente, me le quede mirando embobada, mi corazón traicionero palpitó con ansias en mi caja torácica.
¿Era yo o estaba más sexy y provocativa qué de costumbre?
Espera.. ¿eso lo pensé yo? Me volví un tomate y desvíe la mirada a otro lugar.
Entonces lo vi, allí estaba esperando con afán su propósito, nuestra herramienta de salvación; unas tijeras, se encontraban colgadas junto a unas llaves. Mis neuronas hicieron un "clic" y una idea atrevida se implantó en mi cabeza.
La miré, se que estaba yo roja, sentía mi cara arder en llamas, la vi sonreír. Y con la adrenalina fluyendo libre por mis venas corrí hacia ella y la bese.
La sentí tensarse de pies a cabeza, pronto se relajó y me siguió con un ritmo deseoso. Sus labios color rosa, suaves y tibios me saboreaba con anhelo, le sostuve de las mejillas y sus manos por instinto fueron a mi cintura apretando mi piel suave, ardiente y erizada por la exitación.
El beso se profundizó y metió su lengua en mi boca, solté un gemido de placer que se perdió entre su boca.
La pegué a la pared, justo al lado del llavero donde estaban colgadas las tijeras.
Debía darme prisa o terminaría dominada por el deseo y olvidaría hasta mi nombre.
Su boca abandonó la mía besando mi mandíbula, dejando estelas de besos húmedos, mordía y chupaba mi piel a su gusto llegando a mi cuello, eché mi cabeza atrás para darle más acceso, mi piel estaba erizada y un cosquilleo placentero recorría mi vientre.
Sin que se diera cuenta estiré la mano colocandola justo en las tijeras, la sostuve y con paciencia la escondí entre las mangas de mi suéter.
Sentí sus manos por detrás de mis muslos, dí un salto y enrolle mis piernas a su cintura.
—Ahhh, L-Lizzy... —gemí cuando mordió mis pezones erectos por encima de mi sueter.
—Te llevaré al cielo, Diddy, y te encantará —, susurraba mientras desabotonaba mi blue jeans.
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Ufff, ¿soy yo o el ambiente anda un poco caliente?
Por desgracia este libro es para todo público y ajá los detalles se los dejo a su imaginación. Bueno, eso es todo. No olviden darle a la estrellita y comentar su opinión sobre qué tal a quedado el capítulo, acepto críticas constructivas y sugerencias, chaito.
Ellie.
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Secreto [La Obsesión]
Short StoryEsta entrada sonará cliché; estoy enamorada de mi mejor amiga. Esa es la absoluta verdad, cuento un poco de ella; Su actitud me contrastaba; ella era hermosa, inteligente, decidida, bromista, coqueta, alta, amargada, empática, gruñona, inalcanzable...