La cena

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-¡Aléjate de mi, loca! -gritó.

Lizzy le sostuvo de la cabeza evitando el movimiento de la misma. Le colocó una jeringa en el cuello de dudosa procedencia, en segundos parece haber perdido toda fuerza de voluntad y orientación.

-¿Qué le hiciste? -pregunte siguiendo el movimiento de su mano sobre el cabello de un desorientado Tegan que parece fuera de sí.

-Es un secreto que lo hace más... obediente -Soltó junto con una risita traviesas que tanto le he escuchado cuando ha tramado un travesura.

Le pregunté con temor:

-.... ¿M-me darás de eso también?.

No pude evitar tragar saliva temerosa.

-¿Eh? Noo... tu ya eres muy obediente.

Sin miramientos Lizzy me tomó de la cadena como si fuera su mascota no se a donde me lleva. Estoy demasiado débil para oponer resistencias, solo quiero dormir y que todo esto sea una pesadilla.

-Ayúdame a llevarlo arriba.

-¿Qué planeas, Lizzy?.

-Cállate y ayúdame.

Odiaba el poder que tenia sobre mí. Como si mi cuerpo tuviera vida propia, me agache ayudándola a cargar a un Tegan en modo Zombie.

Subimos por las escaleras y cruzamos unos cuantos pasillos llegando a una salón de estar, adornada por unas paredes marrones y feos retratos viejos, no era para nada acogedor.

Dejamos a Tegan en el sofa, mientras ella me ordenaba que me sentará.

-Quédate quieta aquí ¿ok?, Se obediente.

Solo asentí con la cabeza en un gesto afirmativo, la vi cruzar por un pasillo que ni idea de a donde lleva. Inspeccione más a detalle donde me encontraba, parecía la vieja sala de un viejo ermitaño. No tenía nada de interesante, unos cuantos estantes llenos de libros, unos cajones, lámparas y dos ventanas cerradas.

Me acerqué viendo los barrotes que estos conformaban del otro lado del grueso cristal, la vista daba hacia un bosque, se veía nublado y por la dirección en las que se mueven las hojas de los árboles deduzco que nos encontramos en una montaña.

Sigo apreciando el horizonte que me parece ajeno a lo que estoy viviendo: tan pacífico e imperturbable. Por un minúsculo momento deseé ser un animal salvaje corriendo con total libertad las llanuras de los bosques, sin cadenas, sin restricciones solo yo y mi libertad.

Salí de mi ensoñación, el cielo oscurecido me produjo nostalgia, la voz de Lizzy a mis espaldas me hizo voltear sobre mi eje, la vi con un vaso de agua.

-Bebe.

-¿Me drogarás?.

Su sonrisa cínica me respondió ante su silencio, soltando un suspiro me bebí todo el contenido.

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-¡Bienvenidos a nuestra primera y ultima cena romántica!

Estoy amarrada en una silla, frente a mi del otro lado de la mesa se encuentra Tegan de la misma manera y más probable aún con la misma cara de confusión que yo debo tener. La mesa que nos separa está desbordante de comidas y vino, un lindo jarrón de flores transparente adorna el centro de la mesa junto a unas velas.

Alrededor todo el pequeño cuarto está iluminado por numerosas velas rojas. Un hermoso y ajustado vestido rojo llamó mi atención; Lizzy servía la comida en los cubiertos de manera elegante y con mucha habilidad.

¿Cómo haciendo algo tan irrelevante se veía tan sexy? ¡Oh! ¡Parezco una persona con Estocolmo!

Ohh ¿enserio? Si no dices nadie se da cuenta.

Secreto [La Obsesión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora