¿Entender qué?

12 3 0
                                    

¿Cómo llegué aquí?

Fue lo primero que pensé.

Después de correr como desquiciada en medio del bosque en la oscuridad, el cansancio vino a mi y terminé rendida en algún lugar.

Si me preguntan si todavía estoy en la tierra o fui secuestrada por un ovnis y llevada a una tierra marcial de la extrogalaxia—ni siquiera se si ese término existe— con gusto les digo; no tengo una reverenda idea, señores.

Una habitación de paredes blancas me reciben, sin nada más que la cama donde me encuentro, unos cuadros que no distingo muy bien, una mesita de noche y una vía intravenosa en mi brazo. ¿Estoy en el hospital? No lo parece. Un aromatizado de flores reposa en el aire, un no característico de los hospitales.

Llevo un vestido blanco, estoy descalza y muy segura de que limpia igual. En mi estómago están mis lentes, me los pongo por acto de reflejo.

La decoración es demasiado mínimalista. Al costado derecho se encuentra una puerta y al lado una ventana donde se aprecian los árboles y los rayos del sol se cuelan por las cortinas.

¿Dónde estoy?

Intente levantarme, un dolor en mis rodillas me pincho desprevenida. No sé cuándo me lastimé. Recuerdo borrosamente fragmentos confusos de los últimos días. Quizás todo lo imaginé y fue tan solo un sueño.

No, imposible.

Cavilando, descubro la otra mitad de mi cuerpo, hay vendas alrededor de mis rodillas.

El estómago me arde, tengo la garganta seca y malestar.

El sonido de pasos acercándose rompe el silencio, alguien abre la puerta. Alguien a quien vi numerosas veces, el cual los últimos días espere a que regresara.

—Tegan, —pronuncié con voz rasposa—¿dónde...?.

Camino hasta quedar de pie frente a la cama, con una bandeja en las manos. Me tendió el vaso de agua, como pude me senté recostada en la cabecera, tomé el agua hasta no dejar nada.

Más relajada empecé a interrogar.

—¿Dónde estamos? ¿Dónde estabas? ¿Cómo me lastimé? ¿Estás bien?.

Y entonces me di cuenta de un pequeño detalle, desde que llego ha estado en silencio, y su cara inexpresiva.

—T-tegan ¿estás bien...? —repetí lentamente, preocupada de que algo le haya pasado para estar así.

Se inclinó a mi lado tomando el vaso y dejándolo en una mesita junto con la bandeja, yo me quedé expectante, esperando silenciosa a que respondiera mis preguntas, o que hablara.

Contuve la respiración cuando su mano se poso en mi mejilla, su mirada clavada en mi rostro. Inexplicablemente me sentí nerviosa. ¿Por qué actúa tan raro?. El corazón me dioun vuelco cuando su cara se posó a centímetros de la mía.

Sus labios fríos tocaron la punta de mi nariz, en apenas un roce. Se separó un poco para mirarme a los ojos.

—Ahora entiendo el por qué de todo —murmuró bajo, con su intensa mirada traspasado todo mi ser. Tragué saliva, confundida por sus palabras.

Aun sin entender nada, él solo me tendió la bandeja, pidiendo que me lo comiera y salió sin mirar atrás.

¿Qué acaba de pasar? No entiendo nada.

××××ו–•×××××

Secreto [La Obsesión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora