Los pasillos eran como laberintos: interminables y sin salida.
En todo el tiempo que llevamos de cruzar a cada pasillo Tegan se a mantenido en silencio, he tratado de averiguar con palabras persuasivas qué vio en ese cuarto de cocina.
Solo se queda callado.
De repente detiene abruptamente sus pasos y choco con su espalda.
—¡Ay, mi nariz! —me queje sobando con dolor mi naricita—¿Por qué te detiene-
—¡Una ventana! —vociferó con entusiasmo, me lanzó una mirada desde su hombro.
Me asomé por su lado y efectivamente, era una ventana y lo más importante.
Estaba abierta.
Salimos sin vacilación por ella, se que corrimos como si hubiera un mañana cuesta abajo por la montaña.
Todo al nuestro alrededor era oscuro, la noche sin estrellas ni luna, con el cielo nublado con nubes oscuras que daban la sensación de que en cualquier momento se nos caerían encima.
El aire frío entraba por mis pulmones, estaba nerviosa y mi corazón eufórico. ¿Cuanto tiempo estuvimos en ese lugar? Mi percepción del cuanto tiempo estuvimos allí no lo sé, ¡pero somos libres!.
Tegan me guiaba por entre los árboles en la oscuridad de la noche cuando frías gotas de agua cayeron sobre mi cabeza, helando y erizando mi piel, luego sin piedad se escuchó el sonido de truenos en el cielo y después un torrente de agua cayó por sobre nosotros empapandonos hasta los huesos.
Corríamos cuesta abajo. Respiraba por la boca, me dolían los pulmones, casi sin aliento. Intenté detenerme, pero Tegan me lo impidió.
—¡No hay tiempo, Diddy! —me jalo con más fuerza siguiendo con el mismo ritmo.
—Creo... que no... estás al tanto.... de mi condición... física. —jadeo con esfuerzo casi sin aire.
—¡Bien!.
Se detuvo de golpe, se volteo y se quedó mirándome o eso creo, tomó mis mejillas. Yo solo luchaba por oxígeno con la boca bien abierta, ¡que vergüenza! ¡debo parecer un pez afuera del agua!
No lo pude enfocar por más que quise, las lentillas de mis espejuelos estaban empañada con gotas de lluvia, sentí como me los quitó y acomodó mi cabello, con ternura y delicadeza, quitandolos de mi cara.
—¿Qué haces? —Apenas podía ver su figura borrosa y distorsionada, los alrededores estaban todos negros con el fuerte sonido de la lluvia en mis oídos.
—Es mejor así.
Bueno, no puedo correr por ahí a ciegas.
Si casi lo estás. Me reprendí.
Bueno, bueno al menos veo ¿no?.
—Hay que seguir. No sabemos cuanto nos queda hasta dar con la civilización.
—O que Lizzy cobre consciencia y como loca nos empiece a buscar.
Se puso rígido, como si hubiese recordado algo desagradable.
—Cierto, andando. —se dio la vuelta y empezó a caminar.
—¿Tan rápido?.
No recibí respuestas. Bufé y lo alcancé tomándolo del brazo para ser guiada.
No sé cuántos kilómetros cuesta abajo recorrimos hasta poder encontrar un pequeño refugio.
Una cueva con no más de dos metros de largo y uno de ancho, tan pequeño que estábamos acurrucados en una esquina mientras el clima afuera no parecía estar mejorando. Tiritando de frío, con la ropa empapada y sin una fuente de calor que no fueran más que nuestros cuerpos.
No podía ver nada solo la leve silueta de mi mano en la oscuridad.
Si no moríamos de hipotermia sería un milagro milagroso de los cielos.
—Cuando escampe seguiremos. —le escuche decir, por la forma en que lo dijo puedo deducir que le tiemblan los labios.
—Bien...
Nos quedamos en silencio unos minutos.
—Tegan —, lo llamé.
—¿Si?.
—¿Puedo preguntarle algo?.
—Umjm.
—¿Qué viste cuando estábamos en la cocina? —apretó más su agarré en mis hombros hasta pegarme todo lo posible a su cuerpo, esa acción fue tan... ¿protectora? Como si tuviera miedo de que me arrancarán de su lado en cualquier segundo, O... o seguro son ideas mías.
—Solo olvídalo, no quiero hablar de eso.
—¿Tan horrible es?.
—Espantoso.
Y con eso dio por finalizado nuestra conversación.
Me removí más junto a él, que paso por completo sus brazos por mi alrededor envolviéndome para darme calor.
Cerré los ojos y con gran dificultad me dormí en sus brazos.
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Últimos capítulos :3Mañana les traigo el siguiente.
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Secreto [La Obsesión]
NouvellesEsta entrada sonará cliché; estoy enamorada de mi mejor amiga. Esa es la absoluta verdad, cuento un poco de ella; Su actitud me contrastaba; ella era hermosa, inteligente, decidida, bromista, coqueta, alta, amargada, empática, gruñona, inalcanzable...