𝐭𝐰𝐨. 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐬

137 11 2
                                    

(𝐃𝐎𝐒)
𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒

Había estado toda la noche ayudando a Owen con las revisiones de la jaula y estaba a punto de ceder ante el cansancio.

«Si tan solo me hubiera quedado en el bungaló», pienso mientras camino hacia las escaleras del recinto.

Mis piernas ya no daban respuesta, el ardor en mis músculos era una consecuencia de haber estado en constante movimiento. Con mucho esfuerzo logro llegar a las escaleras donde no dudo ni un segundo para tomar asiento.

—¿Cansado? —se burla Owen y yo lo miro con mala cara.

—No todos estamos acostumbrados a despertar a media noche —replico con molestia. Owen anteriormente sirvió a la marina por lo que despertarse a mitad de la noche por una emergencia debía ser algo común, o al menos así lo hacía parecer.

Owen se limita a reír. Tras pasar un rato él se aleja del lugar, puesto que la revisión ya había sido completada. Lo veo subir su motocicleta lo que me hace incorporarme de golpe, pues si se iba yo tendría que caminar hasta el laboratorio de genética.

—¡Oye Owen! —grito mientras trato de alcanzarlo—. ¿Crees poder llevarme al laboratorio de genética?

—Claro que sí, sube. —Señala la motocicleta y subo a gran velocidad.

...

—¿Cúando es la próxima sesión de entrenamiento? —Ver las sesiones con los Velociraptor de la isla se había vuelto mi pasatiempo favorito.

—Dentro de dos días, pero tú tienes una cita con Masrani.

Owen esboza una media sonrisa y yo me cruzo de brazos y resoplo. El Señor Masrani me llamó hace unos días y me convenció de acompañarlo a dar una vuelta a la isla en helicóptero. No es que no me agradara, al contrario, el Señor Masrani me cae de lo mejor, pues él y yo compartíamos algo en común y era que sabíamos que había una manera de saber como se sentían los dinosaurios, a través de su mirada.

El resto del camino voy hablando con Owen sobre la conducta de los Velociraptor, él sabe mucho del tema y realmente siempre aprendo cosas nuevas. De pronto un rugido nos hace ponernos alerta.

No es que desconfiara de la seguridad del parque, pero en esta zona suelen poner en cuarentena a los dinosaurios que son demasiado peligrosos e impredecibles como para ser mostrados al público. Si no mal recuerdo el último que vi por aquí fue un Carnotauro y su comportamiento era muy impredecible.

—Es el Carnotauro —susurro.

Owen me mira con preocupación, se perfectamente que no se preocupa por él, si no por que yo estoy aquí y eso me pone también en peligro.

—Echemos un vistazo a la jaula y regresemos —me dice. —A pesar de haber pasado mucho tiempo con Owen desde que llegue a la isla, no soy ni la mitad de valiente de lo que él es.

Pero eso no importa, porque ya nos adentramos en la selva en dirección a la reja de contención. Fue cuestión de tiempo para estar frente a la imponente construcción, no tarde en soltar un suspiro al ver que estaba intacta. Mas hubo algo que llamó mi atención, pues el conducto que servía para alimentar al Carnotauro estaba dañado.

—El dinosaurio no cabe por ahí, es demasiado pequeño el espacio —explico y señalo el conducto.

Owen se queda mirando durante unos segundos, esta analizando con detenimiento la situación, tal vez él puede ver algo que yo no.

—Hubo alguien más aquí —dice señalando un tronco junto a la compuerta del conducto y unas pisadas frente a este.

Ahora me doy cuenta, eso es cierto, pero se supone que nadie tiene acceso a esta parte de la isla además de los empleados, claro. De pronto me entra una idea, es poco probable mas no imposible, pues la única persona además de los empleados que tiene acceso es Kenji Kon, hijo de Daniel Kon quien es dueño de diversos condominios en la isla y mi relación con él no es nada buena debido a problemas en el pasado.

𝐄𝐗𝐓𝐑𝐄𝐌𝐄 𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐀𝐋 | 𝐂𝐚𝐦𝐩 𝐂𝐫𝐞𝐭𝐚𝐜𝐞𝐨𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora