𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞. 𝐭𝐡𝐞 𝐜𝐚𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐝𝐫𝐢𝐯𝐞

90 9 0
                                    

(𝐓𝐑𝐄𝐒)
𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐒𝐓𝐎𝐑𝐄𝐎



Abro mis ojos con lentitud y veo el sol entrando por la ventana indicando el inicio de un nuevo día, entrecierro los ojos para evitar quedar deslumbrado por la luz. Me levanto de mi cama en dirección al baño para lavar mis dientes y darme una ducha.

Apenas termino miro por la ventana y contemplo el paisaje, gotas cristalinas se deslizaban por los vidrios y el cielo se pintaba de un gris oscuro. Razón por la que decidí desayunar en casa y no en el parque, con suerte estaría más despejado cuando termine.

Después de comer una muy merecida hamburguesa salgo del bungaló y observo que las nubes ya se están disipando. Este día lo aprovecharé para conocer a los campistas, pues Dave y Roxie los llevarán en las girosferas a pastorear a los herbívoros a nuevos pastizales y por suerte este día lo tendría libre.

Una vez afuera del bungaló me voy en dirección al campamento, pero mis planes iban por el lado de tomar un atajo con tal de cortar camino. Mientras me abría paso entre la espesa vegetación de la isla caí en la cuenta que estaba yendo al lado contrario, la suerte no estaba de mi lado.

...

Volver había sido tardado, pero finalmente logré llegar al campamento, ¿el problema? Ya no había nadie. Decido llamar a Dave y ver si aun puedo alcanzarlos. Algunos intentos después de estar llamando finalmente me contesta.

—Dave, acabo de llegar al campamento, ¿dónde están? —interrogo. No podía molestarme pues fue mi culpa el llegar tarde.

—Ya nos encontramos con el grupo en los pastizales. Puedes alcanzarnos aún.

—Está bien —respondo con la voz entrecortada debido al camino que ya había recorrido—. ¡No se vayan sin mi!

Apenas digo esas palabras salgo corriendo del campamento. Mientras recorro el sendero que me lleva a los pastizales recuerdo que en el recinto de los Velociraptor hay una motocicleta que es para uso del personal. Desvío mi camino para dirijirme por ella.

No tardo mucho en llegar pues el recinto esta bastante cerca del campamento. Me dirijo hacia la motocicleta pero alguien llama mi atención.

—No sabes conducirla, ¿o sí? —se burla Owen. Voltee a verlo con disgusto, aunque eso era cierto, a pesar de todo tenía que responder con la verdad a su pregunta.

—Claro que se conducirla —Esto iba a terminar mal, muy mal. Owen me mira fijamente y me lanza unas llaves.

—Ve, conducela. —Miro a Owen sabiendo perfectamente que ésta era una prueba.

Con pasos lentos me acerco a la motocicleta.

«¿Qué diablos estoy haciendo? Yo no sé conducir», pienso mientras me acerco al vehículo.

Subo a la motocicleta pasando así uno de los momentos más vergonzosos de toda mi vida, pues no sabía donde poner la llave para encenderla. La vergüenza se apodera de mi, no lo puedo ver pero se que mi rostro esta enrojecido y todo empeora cuando siento una mano cerrándose sobre mi hombro, era Owen.

—La llave va ahí —señala en dónde insertarla. Después me explica de manera clara pero rápida cómo manejarla—. Y no vayas a chocarla.

Lo volteo a ver y noto una pequeña sonrisa en su rostro, tan solo asiento con la cabeza y me despido. A pesar del poco asesoramiento que recibí de Owen era suficiente para recorrer el tramo de aquí hasta el pastizal sin morir.

...

Mientras más me acercaba mayor era mi preocupación porque la tormenta parecía haber regresado y eso lo indicaban las nubes grises que empezaban a formarse en el cielo. Cuando llegué al punto de salida ya no había nadie y sin saber cuanto habían avanzado decidí tratar de alcanzarlos.

Continúe por la ruta que debían seguir hasta que escuché un gran estruendo y vi el cielo iluminarse de blanco. No sabía si seguir y me comencé a inquietar, mi más grande sospecha se volvió realidad cuando sentí el suelo temblar, pues una estampida de dinosaurios se abría paso en mi dirección.

Sin perder ni un solo segundo arranque la motocicleta para tratar de alejarme. Pero como si el mundo me lanzará todo su odio, resbale y caí al suelo. La motocicleta estaba bien pero yo no lo estaría si me quedaba ahí mirando cómo un Ankylosaurus corría en mi dirección.

—¡Ayuda! ¿Hay alguien aquí? —empiezo a gritar, apenas puedo mantener la velocidad mientras escapo del dinosaurio.

Me mantengo corriendo y comienzo a adentrarme en la vegetación, ni siquiera quiero mirar atrás por el temor de que aún me siga, un solo golpe de su cola y con suerte solo romperá algunos de mis huesos y en el peor de los casos no tendré tanta suerte.

Ya no sé el tiempo que llevo corriendo pero finalmente me detengo y miro sobre mi hombro, confirmando así que el Ankylosaurus  dejo de seguirme. Me recargo sobre un árbol para poder recuperar el aliento y comienzo a escuchar un repiqueteo en las hojas de los árboles, indicando así que comenzo a llover.

Continúo caminando en busca de ayuda, no iré por la motocicleta hasta estar seguro de que los dinosaurios están bajo control, no soy tan tonto. Comienzo a escuchar voces, no se distinguen bien debido a todo el ruido en el lugar, pero parecen ser de chicos. Me acerco poco a poco al lugar de donde provienen las voces y quito algunas plantas para poder ver quién es, pero al observar la escena me llevo una mano a la boca.

Los vi ahí, con una calma inexplicable con lo que parece ser una girosfera a medio hundir en un charco de lodo y dos chicos saliendo de ella. Una de las campistas comenzo a grabar, pero mi atención se centro en alguien más, una chica que se posiciono frente a una Sinoceratops y tomo una muestra de piel.

«Una muestra, ¿para qué quiere ella una muestra?», pienso.

Comienzo a dar cortos pasos hacia atrás tratando de alejarme sin producir ningún ruido, después de lo que vi no me parecía buena idea acercarme. Mis planes ahora son hablar con algún directivo del parque sobre lo que había visto, después de todo eso no está permitido.

Regreso por donde vine buscando la motocicleta que había dejado atrás y para mí suerte aún está en perfectas condiciones. De no ser así Owen me mataría.

Me monto sobre el vehículo y busco la manera de hacerlo arrancar, a pesar de los desniveles del suelo logro hacer que se mueva y tomo el camino en dirección al recinto de los Velociraptores.

...

El fuerte viento y las gotas de agua chocan contra mi cara haciendo que mi visión sea casi nula, yo sabía que sólo era cuestión de distraerme un segundo para que la motocicleta resbalara. Andar de noche en la isla con una tormenta no es la mejor de las ideas, mas yo sigo avanzando entre los senderos llenos de lodo hasta llegar al recinto.

Estaba totalmente desierto, todos se habían ido por la tormenta. Pensé seriamente si ir al parque o dirigirme a mi bungaló y claramente opté por ir al bungaló después de todo era un camino corto y al día siguiente podía hablar con Masrani sobre lo que vi.

Una vez en casa había tratado de improvisar un pequeño garage para la motocicleta, no salió muy bien pero cumplía su función. Estando dentro prendí la televisión para entretenerme con algo, puesto que la tormenta no terminaría pronto. Pasado un rato decidí apagar la televisión para ir a dormir y estar listo para el día siguiente, lo último que escucho antes de perderme en mis sueños en un trueno estremecedor que ilumina toda mi habitación de blanco, una noche de tormenta siempre dejaba estragos por la mañana.

𝐄𝐗𝐓𝐑𝐄𝐌𝐄 𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐀𝐋 | 𝐂𝐚𝐦𝐩 𝐂𝐫𝐞𝐭𝐚𝐜𝐞𝐨𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora