Problemáticos ━━━ [Mercenario Adolescente]

004.

―Ya no soportó a ese profesor. Se la pasa hablando de como todos se burlan de él por la infidelidad de su esposa. ―Me queje mientras íbamos hacia el súper porque Dayeon necesitaba comprar verduras.

―Pero así se pasan más rápido la clase. ―Comenta Dayeon dándole un mordisco a la barra de chocolate.―También nos hace reír con sus historias y nos a conseja cuando tenemos un problema o algo más.

Bueno, en eso tiene razón. El profesor es buena onda, solo que sus pláticas a cerca de su exmujer, son su unico defecto. Iba a decir algo pero algo hace que me detenga y me le quede viendo fijamente.

―¿Ese chico no es el del otro día? ―Le pregunté, volteando a verla.

Dayeon dirigió su vista al chico de camisa de rayas blancas y grises.

―Lo es, parece que esta lastimado. ―Asentí en respuesta al ver su chamarra manchada de sangre.―¿Lo golpearían los mismos de ayer?

―No lo creo.

Al parecer nuestra mirada era muy profunda porque volteo a vernos. En ese momento camino hacia nosotras mientras buscaba algo en sus bolsillos. Al estar enfrente, extendió un billete arrugado a Dayeon.

―Gracias... En serio me salvaste. ―Agradeció apenado.―Esto es todo lo que tengo, pero te pagaré el resto pronto y a ti también.

―No hace falta, pero, ¿te quedará algo para ti si me das esto?

―Esta bien, me las arreglaré. 

―¿Quieres ir a comer con nostras? ―Le pregunté, con una sonrisa al ver como sus tripas rugieron por hambre.―Es en lugar de la otra vez.

Unos minutos más tarde, nos encontrábamos comiendo al aire libre. Yo no dejaba de ver las heridas en su cara, las cuales, eran visibles.

―Para mí, esto es un rasguño. ―Exclamó al notar mi mirada en él.

―¿Cómo te hiciste esos rasguños?

Yo le di un sorbo a mi bebida de manzana escuchando la plática de ambos. El chico tiene la misma edad que nosotras y no estudia.

―Wow, tenemos a un amigo con padres ricos. ―Bromeo al oir decir que ha viajado a distintos países.―Debe ser genial conocer cultur...

Ni siquiera pude terminar de completar la frase cuando Ijin tumbo al chico al suelo con todo y mesa. Mi uniforme se manchó de comida.

Ijin y el chico sin dinero comenzaron a pelear con agresividad en sus puños provocando que yo y Dayeon los miramos con grande horror.

―Vayámonos a otro lugar, 001. ―Dijo el de orbes rosas al pararse. ―Ellas no tienen nada que ver conmigo, así que, déjalas ir sin...

―¿Ijin? ―Dayeon lo interrumpió.― ¿Qué haces aquí? ¿Que pasa?

―Váyanse de aquí, ahora. ―Exclamó de forma fría sin ni siquiera dejar de darle la espalda a Dayeon. Sus ojos ámbar daban miedo.

Antes de que Dayeon hablará, yo la tome de la mano y me la lleve para espera a su hermano en la esquina. No vaya a ser que se vuelva loco y quiera golpear al pobre chico sin dinero y vaya a la cárcel.