CÁPITULO 25

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Finalmente Charles llega y no dudo en subir a su coche.

-Charles, necesito hablar contigo –digo bajando la mirada.

-¿Ya vas a decirme la verdad? –cuestiona en un tono que yo desconocía.

-¿De qué hablas? –pregunto sintiendo como detenía el coche a unas cuadras más adelante.

Su mano fue hasta su bolsillo, sacando el celular de allí y mostrándome la pantalla.

Y allí estaba, el mensaje que algún día le envié a instagram diciéndole que tenía su collar con la foto incluida. Un mensaje que creí que jamás el vería, pero claro, ahora nos conocimos y éramos novios, pero jamás recordé nuevamente la existencia de ese mensaje.

-Yo...iba a decírtelo, e iba a contártelo todo...

-¿Cuando? Me viste la cara de imbécil todo este tiempo.

-¡No! No sabía cómo decírtelo Charles. –me doy media vuelta, acercándome a él para intentar tomar sus manos, pero él las aleja y todo su cuerpo estaba alejado de mí.

-Mil veces me escuchaste hablar de la forma en que yo había conocido a tu prima, mil veces me escuchaste hablar sobre esto y jamás me dijiste la verdad. –el negó, soltando una risa fingida pero no había nada de chistoso en su rostro- ¿Cómo pudiste mentirme así? Te di mi absoluta confianza en todo, sabias todo de mi –sentía que su voz se quebrara y mi corazón lo hacía aún más.

-Por favor entiéndeme también, tenía miedo de decirte, no sabía que hacer –digo casi que desesperada, llevando mis manos a mi rostro.

-¡No me pongas esas excusas! Tuviste miles de oportunidades, siempre las tuviste y preferiste mentirme, ocultármelo.

-¡No es cierto, nunca fue tan fácil decir las cosas para mí, esto no era fácil! –dije sintiendo como mil lagrimas rodaban, sabía que tenía razón pero yo también había tenido mis razones.

-Me escuchaste decir que le tenía cariño a alguien que en realidad no hizo nada por mí y no me lo dijiste, ¿hay algo más que me hayas ocultado? –cuestiona volteando a verme por pocos segundos, sus ojos estaban algo rojos y sentía que en cualquier momento lloraría. No podría soportar hacer eso en él.

-La persona que te encontró llorando en el muro aquella noche de enero fui yo –dije mirando hacia mis manos, no era capaz de mirarlo a la cara.

-Qué humillante, en serio –dijo negando, pasándose rápido y de forma brusca una de sus manos por el rostro.- Me hiciste mierda con esto, te juro que no puedo creérmelo, no de la persona de quien me he enamorado.

Me quedo en silencio apoyando mi cabeza contra el vidrio, sintiendo como mis lágrimas caían una vez más, merecía esto, merecía que él me odiara, merecía sentirme así. Él no merecía que yo le hubiera hecho esto, él no merecía sentirse roto por mi culpa.

-Desee mucho tiempo que hubieras sido tu aquella persona amable que me ayudó aquel día y al final sí lo eras, nunca lo supe, siempre creí que era Magdalena, alguien cruel y que se aprovechó de todo. Me siento tan estúpido.

-Perdóname Charles. –dije en un hilo de voz, levantando la cabeza y observando hacia sus ojos.- Por favor, lo siento, te lo iba a decir, en el bote te dije que quería hablar contigo, en la fiesta de Maranello, muchas veces quise hacerlo y siempre pasaba algo...

-No quiero escucharte, ¿vas a volver a tu casa? –el enciende el auto y simplemente comienza a conducir.

-Lo siento Charles –repito, negando sin dejar de observar su perfil y como una lagrima se deslizaba por allí.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora