Corre las cortinas plegadas dejando que los primeros rayos de luz se asomen por la ventana. Llena el jarrón de agua para acomodar las flores recién cortadas dentro de ella. Se acomoda en el único sillón de la sala y se posiciona frente al chico rubio quien desde hace varios meses duerme en un profundo sueño. Kenny sonríe al ver su rostro y saca de su bolsillo una pequeña libreta para empezar a narrar.
—Buenos días Butterscup, hoy ya es jueves y la primavera está dando su entrada al verano—Comienza a decir, siguiendo sus pensamientos escritos el día anterior—han pasado muchas cosas desde que vengo aquí, por ejemplo, hace poco dejé de acompañar a Tweek para cuidarte, al principio no confiaba mucho en él ya que por su puta culpa te encuentras aquí en primer lugar, pero lo he visto cómo te trata y el cuidado con el que hace las cosas, incluso escuché que ha comenzado un curso de cuidados hospitalarios solo para atenderte mejor.
<<En cuanto a mi... la verdad te he extrañado mucho, demasiado diría yo. Hace unos días no podía dormir pensando en que ahora estabas prácticamente solo y si despiertas todo será demasiado para ti. Por eso sin pensarlo mucho me fui a la que era tu casa en Denver, esa en la que una vez te fui a visitar, ese día recuerdo cómo me hervía la sangre al ver como tus padres bailaban felices, como si estuvieran aliviados de que ya no estuvieras, fue realmente duro de presenciar.
Por eso con cuidado me metí a tu cuarto entre todas las malditas cajas que tenían para regalar con tus cosas, busqué algunas de tus pertenencias que recuerdo haberte escuchado decir que apreciabas. Desde tu peluche de Hello Kitty, algunas muñecas, tu ropa favorita y.... tu diario.
Perdón, sé que fue muy intrusivo de mi parte leerlo, pero sentí que esa sería la única forma de conocerte un poco más y efectivamente así fue, Dios, Butters... si hubiera sabido todo lo que has vivido, juro que hubiera ido por ti antes y te hubiera llevado lejos. —Suspira, quitando las lágrimas de sus ojos—pero es muy tarde para ello, solo puedo prometer que cuando despiertes me encargaré de ti y te haré la persona más feliz del mundo.
Ahora... quiero hablarte de algo. —Deja en cuaderno en la mesa junto a las flores y toma la fría mano del chico, mirando fijamente la unión—¿Recuerdas uno de los que eran mis amigos? el chico gordo, a quien consideraba cercano... joder, resultó ser un maldito violador, fue un gran shock para mi saberlo. —Cierra los ojos con enojo—¿pero quieres saber que es lo peor de todo? que cuando parecía que podía pagar por su crimen, él simplemente se declaró...
—Mentalmente impedido—Grita el abogado frente a la jueza, los testigos y el jurado. Todos quedaron sin palabras—según el último informe psiquiátrico de mi cliente, padece de Trastorno Antisocial de la Personalidad por sus siglas TAP, lo que significa que si cometió este crimen no fue totalmente su culpa si no de una enfermedad no diagnosticada.
—¿Es decir que su cliente se declara culpable del crimen? —Pregunta la jueza, el abogado mira a Liane pidiendo permiso, este era el único as bajo la manga que tenían, una jugada muy arriesgada. La mujer cerró los ojos y asintió.
—Así es su señoría—La sala comienza a murmurar y la jueza pide orden. Craig que estaba de testigo junto con Tweek, estaba de piedra.
—No entiendo, ¿qué significa esto? —Pregunta el de chullo sin creérsela. Tweek aprieta los labios y se toma el cabello con fuerza.
—Si es declarado mentalmente enfermo no será enviado a la correccional, irá a un psiquiátrico hasta que firmen que está listo para volver a la sociedad—Explica Tweek, mirando fijamente a Craig con ojos vacíos—igual que pasó conmigo.
—¡Orden en la sala! —Pide la jueza nuevamente—bien, ya que el acusado se declara culpable damos por terminada la última sesión del caso, esta semana junto con el jurado deliberaremos y se dará un veredicto final. Todos pueden irse—El mazo suena y todos comienzan a retirarse.
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The Abyss | Creek
FanfictionTodos merecemos ser amados. Fueron mordidos por la serpiente de la culpa, su veneno fluye por sus venas, pero no los deja morir. Caminan con la pesada carga de arrepentimientos en sus espaldas, orillándolos cada día más hacia el autodesprecio. Son d...