Familia

1.7K 208 361
                                    

A veces te encasillas tanto en un problema, que se te olvida que la vida, todo el tiempo, te da está dando más situaciones de las que encargarte. El pasado es una carga, pero el presente es una carrera contra reloj.

Después de ese día que habló con Kenny, Stan y Clyde el pelinegro no volvió a saber más de su rubio amigo. Después de dos días sin responderle los mensajes ni aparecer en la escuela fue desesperado a hablar con sus padres en la cafetería, ahí ellos le dijeron que se encontraba internado en un hospital psiquiátrico en Denver por un episodio maniaco depresivo. Los adultos no quisieron decirle más ya que Tweek les había pedido que no dijeran nada hasta que él volviera para dar una explicación en persona, pero agradecieron mucho la comprensión de Craig con el tema y su preocupación genuina sobre su hijo, quedaron realmente impresionados al ver que el chico había estado investigando sobre la enfermedad del rubio lo que mostraba su verdadera preocupación por entender su condición.

Es entonces que ellos dijeron algo que se le quedó clavado en la cabeza a Craig.

—Esperamos que cuando él sea más abierto contigo, puedas seguir siendo tan compresivo con sus problemas.

Aquello lo dejó pensando una y otra vez, ¿a qué se referían? ¿qué estaba pasando realmente con Tweek? ¿sus problemas mentales eran incluso más graves de lo que le estaba diciendo?

Tenía muchas dudas y quería saber más del chico, pero debía ser paciente y respetuoso con el tema porque, así como Tweek fue comprensivo y tolerante con su comportamiento al principio, él debía mostrar la misma amabilidad.

Entre suspiros y ansiedad logró pasar una semana, fue ahí cuando por fin recibió un mensaje del rubio que ya había regresado al pueblo y se maldijo por no ser más atlético para poder llegar más rápido a la cafetería de los Tweak.

Cuando por fin estuvieron cara a cara, fue Craig quien, ante todo pronóstico, lo abrazó efusivamente con un alivio inmenso al poderlo tener cerca de sí de nuevo.

—Voy a demandar a tu psiquiatra por darte malos medicamentos—Comentó con enojo, el otro chico solo dio una leve risa.

—No fue culpa del psiquiatra, simplemente tuve una mala reacción. —Suspiró, se notaba realmente cansado, aún estaba algo dopado por la medicina del hospital—el nuevo medicamento anuló el efecto del otro por lo que entré en un estado maniaco, por eso tuve que quedarme toda una semana hasta que pudieran encontrar con que reemplazarlos y me estabilizara.

—Pero, ¿ya te sientes mejor? ¿realmente es bueno que estés aquí ahora?

—Estoy bien Craig, puede que en los siguientes días me veas algo desanimado, pero es por los efectos secundarios. ¿Porque no mejor me prestas tus apuntes para adelantarme? —Pide con una pequeña sonrisa.

—Oh si, igual tenemos que terminar el trabajo de Proyecto de vida, vamos a mi casa para poder hacerlo y ahí te puedo prestar mis apuntes.

—¿Estará bien que yo vaya de la nada? Ya sabes, tus padres ni siquiera me conocen.

—Todo estará bien, le avisaré a mamá que viene un amigo y ya está, vamos—Lo tomó de la mano y se despidió rápidamente de los Tweak avisándolos de a donde irían, ambos chicos fueron todo el camino hablando sobre las experiencias de Tweek en el psiquiátrico y como ahí debe convivir con personas de diferentes condiciones, al llegar a casa el pelinegro tuvo que detenerse antes de entrar.

—¿Sucede algo?

—Sin importar lo que se diga, ¿podrías simplemente llevarme la corriente? —Se escuchaba suplicante así que solo asintió. Al entrar, lo primero que vieron fueron a los dos padres del pelinegro poner la mesa y a su hermana menor trayendo lo que parecía ser una gran comida.

The Abyss | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora