Me levante de la cama a duras penas pues me sentía mal. Me gire de la cama buscando entre la mesilla de noche un termómetro el cual encontré.
Me lo puse y en unos minutos ya estaba pitando. Me lo saqué y lo mire.
38,7
Cerré los ojos tapándome hasta la cabeza con la manta. Mi teléfono empezó a sonar.
Miles de notificaciones me llegaban de toda la gente que le estaba gustando mi canción.
Una llamada entrante apareció en la pantalla de mi teléfono.
Era mi manager, Steve.
- Dime
- Uy, vaya voz de enferma, ¿Estas bien? - Me preguntó preocupado.
- Tengo 38,7 de fiebre, muy bien no estoy
- Ay nenita, recuperate pronto, un entrevistador me pide que le concedas una entrevista, ¿Te parece bien? - Me quedé pensativa.
Creo que ya iba siendo hora de ir a una entrevista.
- ¿Cuando es?
- La semana que viene el día 17, ¿Te parece bien? - Asentí como una boba ya que claramente no me podía ver.
- Claro, el 17 seguimos hablando, ahora quiero descansar
- Claro que si nenita, recuperate - Y entonces me colgó.
Dejé el teléfono al otro lado de mi cama y me tapé hasta arriba con la manta y entonces tocaron el timbre.
- ¡Joder! ¡Cuando estoy enferma es cuando mas me necesitan! - Grité harta de todo.
Me levanté y con la manta enrollada por todo el cuerpo y cabeza fui a abrir la puerta.
- ¡Voy! - Abrí la puerta y vi a alguien el cual tenía que hablar seriamente.
- Amor, ¿Como estas? - Elies entro sin siquiera preguntarme.
- Elies... - Me puso el dedo índice en la boca diciéndome que me calle.
- Te veo enferma, ¿Que te pasa? - Me preguntó mirándome con cara de pena.
- Elies, tengo que hablar contigo - Me aparté de él.
Este me miro con algo de miedo.
- ¿Que pasa? Me das miedo - Me mordí el labio.
- Yo... - Suspiré del miedo que sentía - Quiero dejarlo Elies - Entonces los ojos de Elies cambiaron de miedo a enfado.
- ¿Como? - Apretaba los puños.
- Tranquilízate por favor, no... - No me dejó acabar pues me dio un puñetazo en la nariz la cual acabó sangrando.
Yo gritaba de dolor en el suelo, pero Elies no paraba, me seguía dando patadas e insultándome repetidas veces. Lo único que podía hacer era llorar y desear que no me matase.
Una de sus patadas acabó en mi pierna izquierda haciendo que los cortes recientes empezasen a sangrar llenando el suelo de sangre.
De un momento para otro dejé de sentir golpes y sentí como la puerta se cerraba de un portazo.
Se había ido.
Sentía las orejas tapadas y mi cara llena de sangre. Me levanté como pude hasta llegar a mi habitación y agarrar el teléfono y llamar a Tom.
Busqué su número y al querer llamarlo me salió que me tenía bloqueada.
- ¡Joder! - Tiré el móvil hacia la pared y este se rompió en mil pedazos.
Empecé a llorar, me levanté y caminé hacia el baño quejándome de dolor.
Me miré al espejo y lo único que podía ver en mis ojos era sangre y lágrimas. Tenía la nariz llena de sangre y los ojos algo hinchados. Me levanté la camiseta y en la parte de las costillas había varios hematomas.
Me resbalé por la pared del baño hasta acabar sentada al suelo con mil lágrimas que no cesaban y las manos llenas de sangre de aguantarme las heridas de la pierna.
En ese momento solo deseaba estar muerta.
(...)
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𝑇𝑎𝑛 𝐽𝑜𝑑𝑖𝑑𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝐻𝑜𝑟𝑚𝑜𝑛𝑎𝑙𝑒𝑠... || 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛
Fanfiction𝖤𝗆𝗒, 𝗎𝗇𝖺 𝖼𝗁𝗂𝖼𝖺 𝖽𝖾 𝗍𝖺𝗇 𝗌𝗈𝗅𝗈 15 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝗂𝗇𝗀𝗋𝖾𝗌𝖺 𝖾𝗇 𝗎𝗇 𝖼𝖾𝗇𝗍𝗋𝗈 𝖽𝖾 𝗆𝖾𝗇𝗈𝗋𝖾𝗌 𝗉𝗈𝗋 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗋𝖽𝗂𝖽𝖺 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝗎𝗇𝗂𝖼𝖺 𝗆𝖺𝖽𝗋𝖾, 𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝖻𝖾 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗊𝗎𝖾𝗇̃𝖺 𝗇𝗂𝗇̃𝖺 𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗏...