Capítulo 1

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Siempre había sido de esa clase de chicas que lo había tenido todo. Dinero, poder e inteligencia. Nunca me había importado una mierda el amor o la amistad, ni siquiera me había inmutado de lo infeliz que era mi vida. Siempre encerrada en la misma mansión de grandes puertas caoba y paredes blancas perfectamente cuidadas, pero ahora todo iba cambiar. Ahora iba a perderlo todo, mi dinero y mi poder. Supongo que, hasta que no me vuelva loca del todo, no perderé la inteligencia pero, en un reformatorio como al que voy a ir, no creo que mi periodo cuerda dure demasiado. Pronto seré una demente más. Una asesina compulsiva en busca de venganza. Seré lo que, en una vida de cuento, la gente llamaría: villana.

Los villanos siempre fueron mi gran devoción. A mí nunca me interesó lo hermosa que fuese Jasmine o lo linda que Ariel hubiese llegado a tener la voz, eran Maléfica, Úrsula, y todos esos villanos de cuentos los que siempre captaron mi atención aunque, no me había dado cuenta hasta ahora. Hasta ahora que estaba encerrada en la parte trasera de una especie de furgoneta blindada que usan para transportar a los chicos hasta el reformatorio, incluso me pusieron esposas. El tacto frío del metal en mi piel me hacía sentir esto cada vez más y más real. Al fin siendo quién quería ser, quién había nacido para ser, una delincuente, alguien que hace el mal incluso sabiendo que aquello no puede llevar nada bueno pero, todo conlleva su precio. Para despertar esa parte de mí, tuve que ser violada por tres idiotas, y ahora tengo dos grandes pegas en mi vida, una la puedo solucionar y la otra, es el primer atisbo de locura: Uno de aquellos capullos me ha dejado embarazada, aunque abortaré o quizás daré a luz y daré en adopción a esa criatura diabólica que ahora mismo llevo en mi vientre, de una forma u otra, me desharé de él; la otra consecuencia es que, no soporto el contacto humano. Parece raro pero, según el loquero que me vio, algunas personas después de una violación desarrollan un escudo defensivo donde, nada más ser tocado por otra persona, aunque sea en el brazo sin que ellos quieran, les pone nervioso y, el acercamiento físico podría llegar a algo mayor. Suena excitante ¿no?

La furgoneta se paró en seco repentinamente. Los otros tres jóvenes con los que iba se quedaron helados por un momento para después, dejar paso a la misma serenidad con la que todos veníamos durante todo el camino. Excepto una chica. Ella estaba nerviosa, se le podía ver en el movimiento de sus manos que articulaban gestos nerviosos. En especial, ella no dejaba de chocar las yemas de los dedos una y otra vez, sin cesar y sin apartar la vista de allí, como si esa repetitiva escena fuera la película más interesante del mundo.

Un hombre, creo que se llamaba Clay, abrió hábilmente ambas puertas, como si fuera la cosa más normal del mundo para él: transportar jóvenes delincuentes. Aunque, supongo que no seremos los únicos, ni los primeros, ni los últimos que este señor traiga.

Nos va sacando uno a uno. La primera es la chica que estaba nerviosa. La veo mirar al guardia en busca de clemencia pero, él simplemente la mira con pena y se la da a uno de los trabajadores de allí. Supongo que será un trabajador de allí ya que, lleva un uniforme parecido al de un policía pero, no es azul, sino negro y gris, y se encuentra bastante desgastado. La chica en cuestión, parece ser algo más joven que yo, quizás un año o dos menos, y está terriblemente asustada, sinceramente, o actúa asquerosamente bien o realmente, no ha hecho nada para entrar en este asqueroso lugar lleno de mierda.

La siguiente que bajan es otra chica. Esta lleva el uniforme de otro reformatorio, sé de su existencia ya que, mis padres hablaron con el loquero para ver si me podían enviar a ese en vez de a este pero, parece que matar a alguien a base de puñaladas una y otra vez, no es algo que se olvide o se perdone con tanta facilidad, según él, tengo que dar gracias de estar aquí y no en un sitio peor, si no hubiese sido por el temilla de la violación, no me lo hubiesen terminado ¿no se les ha ocurrido pensar a esos idiotas que si no me hubiesen violado no hubiese tenido razones para hacer nada? Algunas personas no saben comprender las mentes complejas como la mía, que anteriormente se guiaban por dos cosas, la inteligencia y la maldad, ahora lo rige cuatro cosas, la maldad en niveles mucho más avanzados, la inteligencia, el instinto de supervivencia y "yo". Suena raro lo último pero, yo he tomado el control de mí misma y de mis actos en el momento en el que papi y mami no están más para vigilar a la pequeña Bianca.

Dejan al único chico de la furgoneta para el último y me bajan a mí. No tengo ningún reparo en bajar de allí por mi cuenta, es más, evito cualquier contacto físico, les veo demasiada pinta de pedófilos. El loquero también me advirtió sobre esto y, sinceramente, odio cuando los médicos llevan razón porque, todo lo que los médicos te digan, te puede matar. En mi caso, la violación ha desarrollado en mí una pequeña secuela parecida a la esquizofrenia pero sin serlo exactamente. En realidad, es algo como que me imagino que todo el mundo me quiere violar, cosa que digamos, no es divertida, ni agradable, ni mucho menos, es fácil vivir con ella.

Después de que todos hayamos bajado de la furgoneta, el hombre de uniforme gris y negro se presenta ante nosotros, diciendo el típico rollo de "Hola, soy Adam. No soy vuestro enemigo sino, vuestro amigo, sí, realmente quiero ayudaros a superar esta racha de vuestras vidas para que... bla bla bla". No tenía ninguna intención de escucharlo así que, a la tercera clásica estupidez simplemente deje que mi cabeza volase por los grandes muros que impedían que viésemos el reformatorio. No sé cómo sería eso por dentro pero dios santo, por fuera eso parecía totalmente una cárcel.

Levante las manos a modo de pregunta, aún no me habían quitado las esposas por lo que me era imposible levantar sólo una mano. El hombre centró su atención en mí algo incrédulo. Supongo que no estará acostumbrado a que le interrumpan en su discursito de "Por favor confiad en mí, soy vuestro amigo". Ni que fuera uno de los Teletubbies.

-          ¿Pasa algo?

-          Mire. Soy bastante nueva en esto. Nunca he estado en un reformatorio, por favor, en realidad ni en un campamento he llegado a estar. ¿Podría dejar su discursito y decirnos cómo coño funcionan las cosas aquí? Quiero decir, habrá normas ¿no? En todos los sitios para controlar a la gente como si de robots se tratasen hay millones de normas – digo algo exasperada, nunca fui demasiado buena con la delicadeza ni con el buen uso de las palabras, siempre las escogí para hacer daño.

Durante unos instantes él simplemente me miró. Todos me miraron. Todos sorprendidos menos la chica esa, la del otro reformatorio que me miraba con satisfacción, supongo que alguien estaba tan asqueada de tanto discursito estúpido como yo.

-          Antes que nada, no hay palabrotas. No hay interrupciones inadecuadas y nada de exigencias señorita Montgomery. Los castigos aquí puedes ser muy duros.

-          Usted, perdone, pero no tiene derecho alguno de hablarme acerca de castigos duros. Me violaron tres tíos. Maté a uno de ellos. Uno de ellos, a saber cuál me ha dejado embarazada, sí. Estoy de dos putas semanas de embarazo. Y encima me han mandado a este horrible lugar porque soy un puñetero peligro para la sociedad – le digo mientras trato de gesticular irritada –. Pero no soy ningún peligro, era una niña rica normal hasta que me convertí en la mosca de la jueza esa que simplemente quería cerrar el caso. No tengo ninguna razón real de estar en este maldito lugar, sólo soy el capricho de alguien con poder.

Todos, esta vez, todos, me miraban asombrados pero es la maldito realidad, claro que, omitiendo algunos detalles que me harían parecer loca como que, me pone mucho estar en este lugar, que tengo muchas ganas de entrar y que, en el caso que me sacasen de aquí antes de que yo quisiera, mataría a alguien sólo para volver porque, esto realmente resultaría excitante y misterioso, todo lo que se puede vivir aquí. Claro que, todo menos lo que me encantaría porque estoy jodidamente embarazada, y tengo miedo a que me vuelvan a tocar íntimamente. Una putada ¿no?

-          Creo que será mejor que vayamos entrando, se nos está haciendo tarde. Todavía hay que quitaros las esposas, asignaros cuartos, limpiaros, daros el uniforme. Debéis estar listos para por la mañana – dijo él algo apurado mirando el reloj.

-          ¿Para mañana? ¿Qué hay mañana? – dijo el único chico con un poco de asco en su voz.

-          Clases, claro. Esto no deja de ser un reformatorio para jóvenes a fin de cuentas – dijo Adam con voz resuelta.

Genial. Esto iba mejorando. ¿En serio iba a tener que dar clases incluso aquí? Me deben de estar tomando el pelo. Esto tiene que ser mentira. Me niego a que sea verdad, es imposible. Creo que este sitio empieza a gustarme un poco menos.

Embarazada y dando clases, ¿algo que odie se puede unir creo que sobra algún sitio por aquí? Todavía no odio lo suficiente este sitio.

SCREAMINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora