A Través De Tu Mirada

Capítulo 40

-Cómo que vendida? Quién autorizó esto?!- Espetó el rubio golpeando con rabia sus puños sobre el escritorio.

-La señorita es la dueña, usted le dio total libertad- Explicó Joe.

-Esta bien, está bien- Retrocedió tomando algo de aire -Ella puede hacerlo, es solo que... olvídalo-

-Lo lamento señor, yo solo trataba de informarle- Se disculpó.

-Esta bien, puedes retirarte- La oficina quedó en silencio, tan solo el sonido de los hielos chocando, un trago amargo seguido de un suspiro y una maldición, Yoongi no sabía como apelar a su corazón, estaba claro que su pasado ya no conmovía a la pelinegra y la idea de que esta estuviese cada vez más lejos lo estaba matando, aún así decidió engañarse y seguir creyendo en la posibilidad de poder tocar el corazón de Noori.

••••••••A través de tu mirada••••••••

-Me pasas esa caja por favor?- Pidió la pelinegra.

-Claro cariño- Contesto cariñosamente el pelinegro.

-Jungkook basta!- Lo reprendió.

-Qué? Si tú puedes decirme Kookie yo también tengo derecho a darte el mismo trato- Se excusó con una sonrisa traviesa en el rostro.

-Estamos en público, Danmi y Tae están en la habitación de al lado!- Contestó alterada.

-Y eso qué? Somos cercanos o no?- Continuó molestándola.

-Jungkook!- Se detuvo tratando de no maldecir, el pelinegro la tomó de la cintura con cuidado y la acercó con delicadeza a él.

-Quiero que todos sepan, que tú eres el motivo por el que despierto en las mañanas, eres el dulce de leche en mis postres, el azúcar del café de mis mañanas, el color de mis amaneceres y las estrellas de mis noches están en tu ojos, yo... no puedo estar más agradecido por encontrarte- Tanta poesía aturdía a la pelinegra, amaba la labia de Jungkook pero en situaciones así, escoger las palabras correctas eran un reto, tal vez no era tan rápida para contestar pero si para actuar, un beso recompensaba todo ese arte que emanó de los labios del pelinegro, una fusión que ambos disfrutaban y anhelaban cada día replicar, pues cada vez que sus labios danzaban, sus almas se elevaban al paraíso en donde la devoción que se profesaban era lo único que importaba. 

-Creí que querías ser cuidadosa en público- Dijo Jungkook viendo de reojo a Danmi parada inmóvil en una esquina sin saber que hacer ante la situación.

-Ay joder- Maldijo finalmente.

-Yo... yo no vi nada, no existo, olvídense que me vieron, soy una caja, sí una caja- Dijo escapando rápidamente de la habitación provocando las risas de la pareja.

-Menos mal que fue ella- Suspiró aliviado el pelinegro.

-Y qué si hubiera sido Taehyung? También somos amigos- Cuestionó.

-Eres muy poco observadora cariño, qué haré contigo?- Bromeó dejándola de lado para continuar con su trabajo.

-Estás insinuando que Taehyung...- Se detuvo antes de completar la frase -No, imposible-

-Olvida eso Noori, sigamos o realmente no vamos a acabar- Jungkook nunca quiso tocar el tema, pero Noori era bastante hábil para deducir, esto podría salir muy bien o muy mal, pero si algo era seguro es que uno de los dos saldría lastimado y temía profundamente por su hermano.

••••••••A través de tu mirada••••••••

-Trajiste las tijeras?- Cuestionó Taehyung al escuchar a la castaña entrar.

-Eh?-

-Qué te pasa? Tienes la cara roja, estás enferma?- Preguntó llevando su mano al rostro de Danmi.

-Es que... creo que vi algo que no debí ver-  Sacudió la cabeza con fuerza para entrar en razón -Olvídalo, toma aquí están las tijeras- Contesto finalmente dejando las tijeras entre las manos de un confundido Taehyung, aunque hubiese captado todo, fingir ser despistado era su pasión, después de todo era su especialidad desde que Jungkook comenzó a salir con chicas. Apretando con fuerza el mango de metal, libero un poco su frustración, debía ser fuerte y deshacerse de ese sentimiento absurdo por su propio bien.

••••••••A través de tu mirada••••••••

-Así que fuiste con una amiga toda la noche a hacer un proyecto, pero no puedes mostrarnos ninguno de tus avances- Suspiró calentándose -Crees que soy idiota?! Estuviste con un hombre no es así? Estuviste revolcándote con un malnacido!!!- Espetó furiosa, descargando su ira en la espalda de la pelinegra haciéndola caer de rodillas ante el impacto de las manos de su tía sobre ella -No sé lo que los hombres miran en ti, no tienes nada que ofrecerles, no tienes dinero ni belleza, aunque a decir verdad si puedes tener algo, unas piernas dispuestas a abrirse a cualquier imbecil que se te acerque, tal como una ramera, eres la vil copia de tu madre-

-No le permito hablar así de mi madre- Masculló mirándola a los ojos.

-Qué dijiste perra malnacida?!- Gritó presa de rabia.

-Con mi madre no!- Le devolvió el grito levantándose del suelo, proporcionándole una cachetada que resonó en la habitación -Nadie tiene derecho a hablar de mi familia, mucho menos de mi madre! No tenemos porque aguantarnos sus humillaciones, así que para su tranquilidad y mi felicidad porque yo sí lo soy, esta misma tarde nos iremos de su casa y espero no volver a ver su asquerosa cara de cerdo nunca más-

Noori había tenido suficiente, si se había dado la oportunidad de amar, porque no darse una oportunidad de vivir, eso la llevó a vender sus recuerdos para poder adquirir unos nuevos, unos que deseaba con toda el alma fuesen eternos.