Capítulo 52

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Una copa de vino alto, un cigarrillo para darle drama a la situación y una sonrisa sarcástica que seguramente enfurecería a la pelirroja en cuanto se percatara de su presencia, Yoongi se había metido en el papel, había logrado dar con el apartamento de Hyori, no había sido difícil entrar, solo necesitó de su credencial y de una hábil mentira como "Soy su prometido" para que las puertas se abrieran y la ingenua sirvienta le dejase ingresar sin problema, recostado en el amplio sofá del lugar, completamente a solas pues había logrado convencer con una seductora conversación a la mujer, ya solo era cuestión de esperar. No pasó mucho hasta que escucho a Hyori ingresar y adoptó nuevamente su pose arrogante, esta sintió su presencia de inmediato y sin voltear a verlo a los ojos, le cuestionó.

-Qué haces aquí Min Yoongi?- Y sí, definitivamente se conocían tan bien que ambos se reconocían sin necesidad de verse.

-Eso debería preguntar yo, creí que había sido suficientemente claro con que no quería verte de nuevo en Seúl- Soltó con fastidio.

-No tienes poder sobre mi, tu demanda no era para nada amenaza para mis padres, además Joe se encargó de retirarla el mismo día- Confesó con una sonrisa satisfactoria indicándole al rubio su victoria, por su lado Yoongi no se sintió intimidado, había despedido a Joe días atrás porque sospechó de él desde el momento que intento comprar su apartamento bajo otro nombre.

-De hecho la demanda sigue vigente y mi nuevo abogado va visitarte dentro de poco por incumplimiento del acuerdo, Joe ya está pagando por lo que hizo y tu jugoso contrato con los Jeon está sobre mi escritorio ahora mismo, bueno seguramente Namjoon ya no colocó en la trituradora, Hyori... la estupida Hyori...- Se acercó a ella increpándola y escupiéndole el humo de su cigarrillo en la cara -No insultes mi inteligencia, tengo años en el negocio y conozco a la perfección todas las artimañas legales- Hyori alzó su mano en un intento de agredirlo que no pasó más allá de eso, al sentir su fuerza lo maldijo y espetó con rabia.

-Crees qué haciendo esto la vas a recuperar?! Por favor, dime ahora quién es el estupido?!- Hyori sabía que la única forma de incomodarlo era tocando su pasado y lo estaba logrando pero Yoongi trató de contenerse, debía obtener una confesión más clara que la que ya tenía.

-Pudiste haberme hecho caer en lo sentimental pero en los negocios soy mucho más hábil que tú y lo sabes, un contrato casi imposible de creer solo para conseguir una venganza, solo me hace pensar en dos cosas, la primera estás más aferrada al pasado que yo y la segunda eres más estupida de lo que creí- Se burló consiguiendo casi al instante su propósito. Por su parte la pelirroja le arrojó lo que fue encontrando en su camino logrando que las risas de Yoongi fuesen en aumento.

-Ya lo veremos cuando el anciano tenga la oportunidad en sus manos, para entonces ni tú ni la mustia esa van a lograr hacerlo cambiar de opinión y solo entonces volveré a arruinarlos justo como ese día. Ganaré Yoongi, ganaré una vez más, ya lo verás- Confesó a viva voz y el rubio sonrió.

-Has tu intento, estaré complacido de verte fracasar nuevamente- Terminó su copa de vino y volvió a sonreírle victorioso -Ah, te recomiendo que esta vez si abandones el país, tal vez el presidente Jeon te perdone la vida pero yo jamás, voy ha atacarte con todo lo que tengo, que no quedarán ni las migajas de tu dinero, en fin una pequeña sugerencia, hasta nunca Hyori- Se despidió abandonando el lugar no sin antes dejarle el contrato de compra del apartamento con un evidente rechazado en la parte frontal del mismo y adjunto a el una demanda por el doble de lo que la demandó la primera vez, y sí Hyori estaba en graves problemas, esta vez no había escapatoria para su situación, ni todo el dinero de su familia ni toda la inteligencia de sus abogados la librarían de la vengativa mentalidad de Yoongi.



••••••••A través de tu mirada••••••••



-Siéntate jovencita, pareces más pálida de lo que espere, quieres algo de beber?- Ofreció el presidente sentándose junto a ella, en una postura tan paternal que Noori no supo digerir.

A Través De Tu Mirada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora