Esa escencia. . . . no la reconozco ©

1.- Lo que fuimos.

Moral of the Story - Ashe.

❝Puedes creer que estas enamorado, cuando realmente solo estas comprometido❞

. . .

El frio de aquella habitación era sofocante, la soledad era inquietante y dolorosa. El reloj sonaba y su cuerpo estaba helado, tan horrible como para ser verdad. La mañana era bonita y radiante, mostrándose tan cálida como siempre, pero para el todo había sido frio desde que se caso.

Miro aquel dedo en su dedo, era tan bonito como para ser verdad. Desde aquel día que debería haber sido el mas feliz de su vida ya nada fue igual. La magia de aquella relación se desvaneció como si jamás hubiera existido.

¿Qué era el amor?

¿Realmente lo sentía? ¿Alguna vez lo llego a sentir siquiera?

Valt comprendió que nada había sido igual desde que se caso con Shu y que probablemente jamás volvería a como solía ser. Amaba tanto a aquel hombre, que fue capaz de llorar por el, de darlo todo por el. Fue capaz de ponerse de rodillas y suplicar ser amado.

Cerro los ojos para no pensar, para no sentir que realmente se había equivocado al enamorarse y creer tan ciegamente en aquel que era su esposo.

Probablemente era muy tarde cuando Shu llego de su trabajo, cansado e irritado como siempre. A un costado de la mesa estaba Valt con su cabeza recargada en la mesa, durmiendo después de tantas horas de esperar al albino. Shu paso de largo a Valt y fue rumbo a su habitación. Aun traía la ropa del día anterior así que empezó quitándose la camisa, notando el particular olor de una fragancia ya conocida. Olio aquella prenda, olía a el, ese perfume tan distintivo de aquella persona. A pesar de que ayer la había disfrutado, no podía negar que era jodidamente obvio que había faltado a su deber como esposo (y como ser humano decente) al haber estado con quien era el mejor amigo de Valt. Se sintió repugnante al saber que era un desgraciado.

Boto la camisa al cesto de la ropa sucia y procedió a quitarse el pantalón, que para desfortuna de Shu de igual forma olía a el. Todo olía jodidamente asqueroso.

Se puso una pijama y se tiro a la cama. A pesar de que juro que siempre amo a Valt, la vida de casados no fue lo que soñaba ni lo que imaginaba. Valt era desordenado y el muy pulcro, Valt era alegre y el muy serio, Valt siempre veía lo bueno en todo y Shu era critico con todo. Fue muy tarde cuando se dio cuenta de que el y Valt no encajaban. A pesar de eso, Valt siempre trato de encajar con el y daba todos los días lo mejor de si, procurando cumplir las altas expectativas de Shu, lo que hizo sentir muy mal a Shu pues el había llegado a una conclusión diferente. Shu tenia un trabajo de oficina como jefe de un área en especifico, por lo cual no pasaba tiempo en su hogar y si lo hacia estaba muy cansado para hacer algo.

Valt sacrifico su sueño por estar acorde a lo que Shu quería. Aprendió a limpiar, a lavar e incluso a cocinar. Dio todo lo que tenia por el.

Shu estaba cansado de su vida cuando comenzó a conocer al mejor amigo de su esposo, al principio no tenia ninguna intención mas que ayudar a Valt, sin embargo algo le resulto tan atrayente de aquel muchacho que no pudo evitar ser seducido por aquella cara encantadora. Se arrepintió, sin embargo no pudo parar de verlo, era una maldición.

No sabia que hacer con aquella situación, ¿Qué seria lo correcto? ¿Abandonar lo que siempre había querido o dejar lo que ahora quiere?

Estaba entre la espada y la pared.

Dejo de pensar y bajo las escaleras, encontrándose con Valt despierto y cocinando. A pesar de que la cocina no era el fuerte de Valt,  ya que era desastroso para todo lo que implicara acercarse a la estufa lo intento, todo por Shu.