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Jungkook veía a través del casco a aquel rubio como mordía sus labios con ligereza y movía su pie de un lado a otro con un nerviosismo notorio, así que decidió acercarse al más bajito con pasos rápidos, siendo así que teniéndolo ya al frente suyo se retiró el casco, fijando sus ojos oscuros sobre los suyos.

—¿Nunca has montado una moto?—cuestionó extrañado a lo que el contrario con algo de vergüenza negó.

—Con esas cosas, robaban a la gente, así que me daba miedo subirme a una de esas—formuló un puchero mientras se sujetaba con fuerza de las pitas de su mochila, causando que sus palabras le causarán gracia al azabache, quien estalló en risas.

—Jimin, hablamos de mí, yo no te robaría a menos que me lo permitas—mencionó con una sonrisa ladina para conectar su mirada con el de ojos caramelo quien al oír aquello, levantó su rostro como un pequeño gatito curioso mientras empezaba a inflar sus mejillas.

Jimin arrancho de las manos del contrario el casco para ponérselo encima con torpeza.

—Me robaste una respuesta, así que no puedo estar seguro—espetó con los labios abultados —por lo tanto me aseguro de mi seguridad con esto—tocó el casco para someterlo por completo dentro de su cabeza, sacando una vez más una sonrisa al azabache.

Jungkook tan simplemente no podía creer que se estuvo perdiendo todo este tiempo aquellas actitudes de la persona que le gustaba tan solo por miedo.

En verdad había sido un completo estúpido.

—Bueno ni tan seguro—respondió a lo que el mayor ladeó su cabeza a la izquierda —necesitas ponerle seguro al casco—cogió con delicadeza el cinturón de abajo para abrocharlo y así quedara sujeto debajo de la barbilla del pequeño.

El rubio dirigió sus pasó con algo de torpeza hacia la moto para empezar a analizarla.

Era negra con toques rojos y se veía bien cuidada por más que no fuera tan nueva, aunque al ver esas dos ruedas hacía que tragara saliva con algo de temor.

Jungkook por su lado terminó de colocarse el otro casco para subirse primero y luego ayudar al más bajito a subir, quien al sentirse incómodo por el peso del casco, le pidió sacarlo, aunque por otro lado solo sentía que su equilibrio dependía de un hilo en estos instantes.

—Solo tienes que sujetarte con fuerza si no quieres volar por el cielo como una cometa—habló con gracia, recibiendo un ligero golpe por parte del contrario.

—Tonto—refunfuñó para luego sujetarse con fuerza del abdomen de contrario, apoyando su mejilla por inercia sobre la espalda de éste.

Todo su mundo se movió en ese momento y no exageraba, es que sentía aquella pequeña electricidad de la que tanto había oído, recorrer por todo su cuerpo en ese preciso instante con solo aquel toque.

Su cuerpo ardía, su corazón era un desastre y su boca estaba seca, así que sin pensarlo más empezó a conducir su moto hacia la dirección que le había dado el mayor hace un rato.

Jimin por su escasez de experiencia, seguía sus instintos como un pequeño niño, así que de vez en cuando se daba la potestad de oler la camisa del que manejaba, sintiendo un aroma particular el cual no era a perfume.

Un olor embriagante que no era fuerte ni llegaba a disgustar su sentido del olfato, un aroma único que emanaba tranquilidad, siendo así que sus manos se anclaron con más fuerza a él.

El viento corría sobre su cuerpo, sintiendo toda la adrenalina llenar su pequeño cuerpo.

Si hablara del Jimin de hace dos años, nunca habría pensado en subir a una moto por lo sometido que estaba a las decisiones de sus padres hasta que logró revelarse un poco.

❥Through my eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora