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Cʜᴀɴᴇʟ Rᴏᴜx

Llegué al dojo junto con Miguel, Halcón y Robby.

—¿Habéis visto el video el video que os mandé del último Sekai Taikai?—cuestionó Eli.

—¡Dan patadas muy altas!—exclamó Miguel.

—Y fuertes—continuó Robby.

—Es increíble—dije sonriendo.

—Es el campeonato más importante del mundo—dijo Sam.

—Los ganadores del año pasado hicieron un anuncio en Taiwán—dijo Eli.

—Imaginaos salir en un anuncio—dijo Mitch—. ¿Qué haríais con tanto dinero?

—Yo compraría un yate con jacuzzi—respondió Chris—. Lo llenaría de Smarties y pibones.

Todos soltamos una risa.

—Venga, no nos adelantemos—dijo el señor LaRusso apareciendo con Johnny y Chozen—. Recordad: Cobra Kai hará lo que sea con tal de ganarse un puesto. Y si esta vez gana, chicos de todo el mundo tendrán que lidiar con las mismas agresiones que vosotros.

—Si ganamos, verán que podemos pararlos—dijo Sam.

—Antes desmostrad que podéis competir contra mejores—continuó Chozen.

—Para hacerlo tenéis que ser mejores que los mejores—habló Johnny—. Por eso os vamos a dar mucha caña.

—Los tres os prepararemos para la presentación de mañana—dijo Daniel—. ¿Vale? Pues venga, a calentar.

—¡Moved el culo!—ordenó Johnny.

[...]

Les enseñábamos a los jueces del Sekai Taikai lo que hacíamos en nuestros dojos.

Di una patada rompiendo una de las sandías que había colgadas de una cadena en la fábrica donde estaba el dojo del sensei Lawrence.

—Aquí no hay moderneces—explicaba Johnny—. Este dojo es de la vieja escuela. No mimamos a nuestros alumnos. Tienen que currárselo.

Golpeé otra sandía pero no conseguí romperla.

—¿Eso es una patada? ¡Más fuerte!—ordenó el sensei Lawrence.

Volví a colocarme y respiré antes de lanzarle una fuerte patada a la sandía haciendo que esta se rompiera y manchara al juez.

Mierda.

Un silencio incómodo llenó el lugar.

—Oiga, miré. Puede que os parezca raro, pero hay que reinventar el entrenamiento para llegar a otro nivel—habló Johnny rompiendo el silencio—. Hay quien usa basura de alta tecnología, y quien corre hasta lo alto de una montaña nevada y grita.

—¡Drago!—exclamó el juez.

Alcé mis cejas.

》Rocky Balboa es mi héroe.

—¡No jodas! ¡El mío también!—exclamó el sensei.

—Su victoria sobre Rusia restauró mi patria fragmentada—continuó el juez.

—Tiene razón—dijo el sensei.

—Sí. Quiero ver más—dijo el juez para luego hacer un puño.

Suspiré, aliviada al ver que no se había molestado.

—Pues claro—respondió Johnny.

[...]

Ya en el dojo Miyagi-Do, Sam y yo mostrábamos la técnica de la rueda que tanto habíamos estado practicando.

Después de eso y para finalizar les mostramos una kata.

Los senseis salieron a hablar con los jueces.

—Ojalá y nos escojan—mencioné—. Yo creo que tenemos potencial.

—Sí, tenemos un estilo variado y original—agregó Sam.

Los senseis volvieron.

—Bien, los jueces nos han dicho que un chico y una chica deberán pelear contra otros dos de Cobra Kai en un combate a tres puntos—informó Johnny.

—Debéis poneros de acuerdo por quién luchará—continuó LaRusso.

—El entrenamiento ha acabado—dijo Johnny.

Noté como Sam se acercaba a mí.

—Puedes pelear tú, si quieres—me dijo.

—Tú llegaste a la final—respondí.

—Después de lo del torneo, creo que aún no me siento preparada para volver a competir—explicó—. Además, estoy segura de que lo harás muy bien. 

—Bueno... está bien—accedí finalmente.

—Hey, chicas—dijo Daniel—. ¿Ya habéis decidido quién competirá?

—Ella lo hará—respondió Sam mirándome con una sonrisa.

Yo asentí dándole la razón.

—Bien, vamos a empezar a entrenar—dijo Daniel.

[...]

Estuve entrenando bastante hasta que se hizo de noche.
Di unas cuantas patadas a lo que sostenían Daniel y Chozen.

—Pareces invencible—dijo Daniel—. Pero, es suficiente por esta noche.

—¿Seguro?—cuestioné—. Aún puedo seguir.

—Debes descansar—dijo Chozen—. Guarda energía para mañana.

Asentí para luego ir a por mi mochila.

—Chanel—me llamó Daniel—. Lo haces mejor que nunca, en serio. La alumna supera al maestro. Tú puedes. Tory no tiene nada que hacer. 

—Gracias, señor LaRusso. Pero, por muy bien que lo haga aquí, luego en los combates me pongo nerviosa y acabo perdiendo. Encima, de nuevo con Tory; ella fue la que me ganó la última vez. Quizá debería haberle dicho a Sam que participe ella.

—Chanel-san, luchar no contra oponente—me dijo Chozen—. Hace muchos años, tu sensei y yo tuvimos una gran pelea. Supongo que conoces la historia—sonreí—. Yo quería demostrar que era mejor. Mejor luchador. Mejor hombre.

—Desde luego que era una pasada como luchador—añadió Daniel.

—Pero yo luchaba en contra—continuó Chozen—. Tu sensei luchaba por algo. Luchaba por amigos. Por pueblo, por... Por Miyagi-san.

—Por mis senseis—dije.

—Y por ti, Chanel—me dijo Daniel—. Por ti. Venga, no te quedes sin pizza. Te vemos luego.

Hice el saludo antes de ir hacia la salida del dojo.

Fui hacia la casa de Sam. Una vez allí llamé al timbre.

—Hola, Chanel—me saludó Amanda—. Pasa.

—Hola—dije con una sonrisa.

Pasé hacia la cocina y vi como algunos chicos devoraban literalmente una pizza.

Decidí que era mejor no meterme ahí así que caminé hasta la sala donde estaban Miguel, Robby, Eli y Johnny hablando.

—Hola—dije mientras me sentaba al lado de Eli.

—Hola, ¿qué tal el entrenamiento?—me preguntó Johnny.

—Bien, ¿y vosotros? ¿Ya habéis decidido quién competirá?—cuestioné.

—Pues, Halcón lo hará—respondió Robby sonriendo.

Miré al nombrado sonriendo.

—¡Qué bien!—exclamé.

—Sí, es genial—dijo él de la misma manera.

—Bien, Halcón—dijo Johnny—. A entrenar toda la noche.

—Sí, sensei—respondió él.

17·05·2023

ᴀ ꜰ ᴛ ᴇ ʀ  ʜ ᴏ ᴜ ʀ ꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora