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Cʜᴀɴᴇʟ Rᴏᴜx

-¿No tomarás ningún folleto?-le pregunté a Robby al ver sus manos vacías.

-No voy a ir a la universidad-respondió.

-¿Por qué?-cuestioné, mirándolo.

-Sé honesta, ¿crees que me admitirían en alguna?-cuestionó-. Mi expediente es una mierda y, para colmo, tengo antecedentes.

-Por probar-tomé dos folletos de una universidad y le pasé uno-. Podríamos ir juntos, tampoco iré a una universidad de lujo.

》Además, te queda el Sekai Taikai, si lo ganamos, nos abrirá muchas puertas.

-No sé...

-Piénsalo, ¿vale?-cuestioné-. Yo me encargo de buscar las opciones, pero quiero que lo intentes.

-Bueno... lo haré por ti-respondió.

-Y por ti, mereces aspirar a un buen futuro.

Me sonrió de lado.

-No sé qué haría sin ti-dijo acariciando mi mejilla.

-Nada porque el mundo no avanzaría sin mí, soy un pilar fundamental para este-bromeé.

-Me da que te he pegado el egocentrismo-comentó.

-Puede, pero dudo que te quite el puesto, Swayze.

-Obviamente no lo harás-respondió.

Le sonreí.

-Luego iremos a visitar una uni, y no te vas a librar-le dije.

-¿Es en serio?-cuestionó.

-Y tanto-respondí-. Luego te puedo llevar a cenar unas hamburguesas o algo.

-Bien, pero de postre te quiero a ti-habló.

Golpeé su pecho, avergonzada, por el lugar en el que había dicho eso.

Él soltó una pequeña risa.

》¿Trato o no?

Asentí.

-Claro.

[...]

—Por ahí tenéis la biblioteca—explicó el guía de la universidad—. También hay piscina, por el equipo de natación.

—¿Podemos irnos ya? Esto es una mierda—pidió.

—Pareces un niño pequeño, literalmente, te quejas más que Axel—dije—. Esta universidad es nuestra mejor opción, tan solo está a 20 minutos de nuestras casas.

—No te lo niego, pero el tío este más que hacer una visita parece que nos está cantando una nana—se quejó—. Además quiero cenar ya y ganarme lo prometido.

Entonces se me ocurrió una idea, probablemente, no muy buena.

Lo miré con una sonrisa.

》¿Por qué sonríes?

—Se me ha ocurrido algo.

Tomé su mano para detenerlo y dejar que el grupo de la visita avanzara.

Cuando se había alejado bastante, caminé junto a él hacia un lado donde había una clase.
Giré el pomo notando así que estaba abierta.

—¿Qué hacemos aquí?—cuestionó mientras bajaba las escaleras de la gran clase—. Pensaba que querías ver la universidad.

—Quiero ver cómo son las aulas—comenté mientras cerraba la puerta con el seguro que, afortunadamente, tenía.

—Esto es enorme—dijo bajando las escaleras mientras que yo me aseguraba de que todas las puertas estuviesen cerradas.

—Dudo que esto sea una clase normal—comenté mientras bajaba las escaleras también—. Esta universidad tampoco es tan grande.

—Imagínate dar clase aquí—habló sentándose sobre lo que parecía la mesa del profesor—. Qué tortura.

Asentí mientras llegaba a donde él estaba. Una vez frente a él, puse mi mano a un lado de su cuello para besarlo.

Él colocó sus manos en mi cintura mientras que yo bajaba mis besos a su cuello.

—¿Qué haces, Coco?

—No quiero esperar a luego—comenté—. Pero si tú quieres...

Detuve mis besos.

—Ni de coña—habló bajándose de la mesa para besarme de nuevo y después colocarme sobre esta—. De todas formas, luego podemos repetir.

Solté una pequeña risa ante su desesperación.

[...]

Salimos del aula.

La cara de Robby era de felicidad pura, en vez de aburrimiento.

Tras caminar un poco, pudimos encontrar de nuevo al grupo de visita, aunque dudaba que quedase mucho de esta.

—Mira, aún podemos continuar la visita—le dije a Robby tirando de su mano para acercarnos.

Robby me siguió sin ninguna queja.

—Yo creo que deberíamos descartar esta universidad—opinó Robby—. Porque como tenga que dar clase ahí, solo voy a poder pensar en ti.

—O quizá, podríamos repetirlo—continué.

—Te recordaba más tímida.

—Y yo, pero no me digas que no lo repetirías—respondí.

—No podría negarme.

[...]

Robby me acompañó a mi casa tras la visita y nuestra cena prometida.

—Ya estoy en casa, mamá—la avisé.

—Hola, chicos—saludó mi madre—. ¿Qué tal la visita a la universidad?

—Muy bien—respondí.

—Súper bien—continuó Robby.

Lo miré, divertida.

—La verdad, es una buena opción para el presupuesto que tenemos—comentó mi madre—. Así no tendrás que irte tan pronto de casa y abandonarme.

Estrujó mis mejillas.

—Ay, ¡mamá!—me quejé haciendo que Robby riera.

—En fin, ¿te quieres quedar a dormir, príncipe azul? Hoy estoy de buen humor—le pregunto mi madre a mi novio.

—Vale—respondió—. Vendrá bien en mi casa porque ahora mismo somos cinco personas viviendo con dos habitaciones.

—¿Y eso?—le pregunté.

—Ha explotado una tubería en casa de Miguel, así que se quedarán en casa unos días—explicó.

—Pues probablemente les va a costar un dineral arreglarla—comentó mi madre—. En fin, voy a ver si Axel ya se ha dormido. Portaos bien.

—Tranquila, mamá.

25•07•2024

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ᴀ ꜰ ᴛ ᴇ ʀ  ʜ ᴏ ᴜ ʀ ꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora